Reforma del Estado

reforma del estadoLa reforma del Estado del año 1978 la hicieron siete políticos que representaban dos partidos de derechas, dos partidos de izquierdas y un partido nacionalista. Aparte de poner al día muchas normas de convivencia, el núcleo fundamental de la reforma del Estado consistió en que la soberanía residiera de hecho en los partidos políticos y en que los tres poderes del Estado fueran controlados por la mayoría en el poder. Los siete «padres» hicieron este desaguisado a conciencia para asegurar que nacía una casta política con largos años de privilegios por delante, que se repartiría el poder con alternancia entre la derecha y la izquierda, dejando a la ciudadanía la única participación de votar cada cuatro años a un partido político.

Si hubieran sido honestos, hubieran adoptado la esencia del sistema electoral que está vigente en las principales democracias: Francia, Alemania, EEUU, Reino Unido…etc, en las que el ciudadano no vota a un partido sino a un candidato concreto, aunque éste pueda pertenecer a un partido. Es decir, un solo candidato por circunscripción electoral, de forma que el diputado elegido en cada circunscripción es el representante de todos los ciudadanos de dicha circunscripción y a él pueden dirigirse individualmente o en grupo para opinar, cuestionar, proponer, censurar, …etc, lo que en la actualidad no puede hacerse. Si esto hubiera existido en España, el clamor popular se desesperación se hubiera canalizado estos años pasados a través de los representantes (hoy inexistentes), y el Parlamento hubiera servido para tratar los temas que en realidad interesan a la ciudadanía, en lugar de servir para pelearse los unos y los otros.

Si hubieran sido honestos, la reforma del Estado hubiera incorporado la separación de poderes, cuestión elemental que no hay que ser un genio para entenderlo, y entonces hoy en día hubiéramos tenido un poder judicial independiente. Si hoy tuviéramos un poder judicial independiente y una leyes elaboradas con la participación ciudadana, muchos políticos deshonestos, corruptos, o simplemente irresponsables, estarían en la cárcel en lugar de seguir disfrutando de privilegios a costa del dinero público.

La reforma del Estado que ahora hay que hacer debe de incluir este núcleo fundamental, además de la elección directa del Jefe del Gobierno y muchas otras cosas como eliminar la mayor parte del tinglado autonómico. Lo malo es que no sabemos quien puede hacerlo sin que corra la sangre. Los mismos políticos (o mejor dicho sus sucesores) que un día se pusieron de acuerdo para hacer la reforma del Estado a su conveniencia no parecen dispuestos a ello. Si el actual Jefe del Gobierno estuviera por la labor podría empezar por intervenir las autonomías inviables sustituyendo sus órganos de gobierno y recuperando las principales transferencias de servicios. Aunque algo parecido debería suceder a nivel del Estado si se produce la intervención europea.

Con un Monti o sin un Monti, es urgente plantearse la reforma del Estado con criterios de separación de poderes, de representación y participación ciudadana, de máxima eficiencia económica y de máxima simplicidad administrativa, elementos indispensables para recuperar la confianza de los inversores.

Situación económica y augurios

situacion economicaSituación económica y augurios no siempre van en la misma dirección. En el caso de España, no sabemos exactamente si cabe esperar pronto una mejoría de la situación económica, pero lo que si puede observarse es que hay cuatro augurios negativos.

El primero es que aumentar impuestos frena la economía y no garantiza los incrementos de recaudación previstos. En cualquier empresa en crisis se reducen gastos y no se confía en ingresar más incrementando precios y en el Estado habría que hacer lo mismo. Obviamente hay un largo camino a recorrer en la reducción drástica de gastos después de varios años de derroche irresponsable. El 60% de las medidas económicas que se están aprobando están colgadas de los impuestos cuando el 100% debería ser de reducción de gastos.

El segundo augurio es el pesimismo y la desconfianza que trasmiten algunos miembros del gobierno y los medios de comunicación en general. Se puede hablar con claridad pero hay que evitar transmitir pesimismo y tristeza. No se puede decir que hay que elegir entre lo malo y lo peor, ni se puede decir con dramatismo en sede parlamentaria que «no hay dinero». Se puede transmitir alegría incluso en situaciones límite. Recuerdo un ministro hace unos treinta años cuando dijo en tono positivo: «la situación es desesperada pero no grave».

El tercer augurio es la impresentable oposición, sobre todo el partido mayoritario, que aun siendo consciente de haber provocado el actual desaguisado en sus últimos cuatro años de gobierno, solo sabe oponerse a todo lo que plantea el gobierno sin decir a los ciudadanos que es lo que considera que hay que hacer. Su política es salir a la calle en defensa de los mineros, a pesar de que fueron ellos los que con acierto planificaron el cierre progresivo de las minas, o salir a la calle en defensa de los funcionarios, aun cuando es evidente que hay que reducir el tamaño de la administración y/o los sueldos aunque sea de lamentar, …etc. El propósito parece que es dar señales de desconfianza para acelerar la intervención y cambiar el gobierno.

El cuarto augurio es el desmadre político europeo y la interminable secuencia de reuniones de las múltiples instituciones europeas y nacionales para tomar decisiones de supervivencia, decisiones que en EEUU toman en veinticuatro horas. A esto hay que añadir las pocas ganas que tienen de ayudar a nuestro país, y las declaraciones puntuales negativas de personajes relevantes que parece escogen con cuidado y largan con la mayor inoportunidad.

Situación económica y augurios no siempre van en la misma dirección y esperemos que así sea.

Modelo de estado cambio radical

modelo de estadoEl modelo de estado fue diseñado en España por políticos de uno y otro bando a espaldas de los ciudadanos, que no pudimos opinar sino solamente decir si o no una vez que todo estuvo cocinado. Estos políticos cuidaron de que no hubiera democracia real con representación y participación y de que no hubiera separación de poderes, es decir, cuidaron en que todo estuviera «atado y bien atado». Pero lo más grave es que diseñaron un modelo de estado que era de partida excesivo en tamaño y con tendencia a crecer de forma incontrolada sin criterio de unidad.

El diseño de modelo de estado fue tan desproporcionado que el país necesitaba crecer cada año por encima del 2% para generar empleo neto. Pero los políticos de turno en el poder hacían los presupuestos suponiendo que el país siempre crecería por encima de esa cifra y que las cuentas podían tener déficit amplios para lo que aumentaban cada año la deuda llegando en los tres últimos años a niveles gravemente irresponsables.

Ahora hemos tocado fondo y hay que hacer cambios radicales porque el plan recientemente anunciado no sirve. Hay que eliminar de raíz todo lo superfluo: asesores, empresas públicas prescindibles (más de 3000), coches oficiales (¿30.000?), televisiones públicas, embajadas, subvenciones a partidos, sindicatos y patronales,….etc., pero esto solo para empezar porque tampoco parece que basta. Habrá que revertir las competencias de comunidades autónomas que suponen el 60% del gasto total del Estado y que el mero hecho de fraccionarse en 17 partes arruina la ecuación económica.

El cambio de modelo de estado es urgente y si no se aborda inmediatamente, sucederá la temida intervención europea, aunque quizás no haya otro remedio y sea Bruselas quien nos impone el gobierno de coalición entre PP y PSOE que debió haber desde el primer momento y que no han sabido nuestros políticos poner en marcha. Si esto sirve para cambiar radicalmente el modelo de estado bien venido sea, pero habrá que encontrar un Monti español que no sea político, que conozca la administración y el mundo privado, que tenga prestigio y que pueda aglutinar voluntades y genere confianza, rara avis en nuestro altamente politizado país.

Si esto llegara a suceder, el nuevo modelo de estado tendría que incorporar tres ingredientes de orden político: La elección directa del jefe del poder ejecutivo, la independencia del poder judicial y una sola cámara legislativa elegida en circunscripciones uninominales, es decir en circunscripciones en las que se elija a un solo diputado. Con esto los ciudadanos estaríamos representados y podríamos participar y nunca más los ciudadanos tendríamos que contemplar como la situación política y económica se desboca sin poder hacer nada para impedirlo.

Recortes para salir de la crisis

recortesLos recortes para salir de la crisis que el Gobierno está acometiendo parece que son necesarios dadas las circunstancias, pero todo se entendería mejor si por delante se suprimen gastos realmente innecesarios. Está claro que si la minería es deficitaria hay que ir eliminándola y que si las cuentas del Estado tienen alto déficit, los funcionarios tendrán que reducirse, en número y/o en sueldo, como los empleados de cualquier empresa con pérdidas. La cuestión es que antes habría que empezar por recortar el desmadre económico derivado de iniciativas superfluas e irresponsables.

Cualquier ciudadano tiene buen cuidado de administrar prudentemente la parte que le queda del sueldo una vez que paga sus impuestos, pero ve con horror, sin poder hacer nada para evitarlo, que los políticos dilapidan alegremente la otra parte de su sueldo. Ven como en cuanto algún político tiene poder en una zona de España, construye un aeropuerto, promociona un parque temático, crea dos televisiones públicas, construye un museo, crea decenas de empresas públicas innecesarias, inaugura embajadas por el mundo, riega de subvenciones a su entorno de amiguetes, pone en la quiebra a la caja de ahorros con inversiones deficitarias, y ….etc, gastando lo que no tiene y endeudándose sin freno. Los gastos corrientes derivados de estas iniciativas deberían ser los primeros recortes para salir de la crisis, aunque solo sea para mantener la moral ciudadana.

Las televisiones públicas son innecesarias en una sociedad moderna y solo sirven para acumular déficit, subvencionar producciones de amiguetes, colocar a los afines y hacer propaganda ideológica. Muchas subvenciones son prescindibles y especialmente podría prescindirse de las que perciben partidos políticos, sindicatos y patronales. Algunas además de prescindibles son escandalosas. Puestos a suprimir podría prescindirse de Senado, que no sirve para nada útil a los ciudadanos. Y sería bien visto por éstos suprimir radicalmente coches oficiales, cuentas de libre disposición, asesores superfluos, chóferes, guardaespaldas y demás privilegios que en gran medida constituyen pagos en especie libres de impuestos. No son éstos últimos, recortes para salir de la crisis que por si solos resuelvan mucho, pero tienen el gran valor de ser ejemplares para que la ciudadanía pueda tener confianza en quienes gobiernan.

Que le pide el ciudadano al Gobierno

que le pide el ciudadano al gobiernoQue le pide el ciudadano al Gobierno es una pregunta fundamental que todo político debe hacerse, porque la política debe de servir al ciudadano. En política, es habitual que quien tiene algún poder haga uso de él a su conveniencia. El poder suele anteponer los intereses del partido y los de los que lo sustentan, sobre todo en un sistema que tiene mucho de autocracia.

No es complicado meditar sobre que le pide el ciudadano al Gobierno, si la voluntad es la adecuada y seguro que una amplia mayoría de ciudadanos suscribiría las siguientes orientaciones:

Administrar prudentemente los bienes comunes, no malgastar el dinero del contribuyente y no incurrir en altos endeudamientos.

Mantener al mínimo la estructura del Estado y los impuestos.

Impulsar la economía productiva y la justicia social, interviniendo lo menos posible en las actividades de la sociedad civil.

No imponer preceptos ideológicos que no cuenten con apoyo popular de muy amplia mayoría.

Ponerse  de acuerdo con la oposición mayoritaria para decidir las cuestiones más importantes.

Dar buen ejemplo a los ciudadanos y reprimir la corrupción, el nepotismo y la administración irresponsable.

Dar prioridad a la educación y no contaminarla con doctrina ideológica.

Respetar las tradiciones, la historia y la cultura y mantener buena relación con otros estados.

Reprimir la delincuencia y proporcionar paz y seguridad a los ciudadanos.

No hacer demagogia, tener un perfil mediático limitado y no estar demasiado tiempo gobernando.

Democracia autocrática no representativa

democracia representativaEn España funciona la libertad de prensa, la libertad de expresión, la libertad de asociación.…etc., pero el sistema político está diseñado con elementos autocráticos esenciales que lo convierten en una democracia autocrática no representativa. En estos elementos radica el núcleo de nuestros problemas.

Para empezar, no hay separación de poderes. El partido que gobierna controla también el poder legislativo y dispone de influencia suficiente para alinear el poder judicial en las decisiones más importantes, ya que domina la designación de los miembros del Tribunal Constitucional, tribunal que tiene el poder de desautorizar al Tribunal Supremo.

Tampoco hay representación política de los ciudadanos, porque la soberanía la tienen los partidos políticos que son quienes deciden las listas de diputados. El ciudadano no tiene un representante en el Parlamento y su participación se reduce a votar a un partido político cada cuatro años. La ley electoral está diseñada de forma que los diputados sólo representan a quien los incluyó en las listas y votan en el Parlamento con rigurosa disciplina de voto. El partido político dominante puede legislar durante cuatro años al margen de los ciudadanos, imponiendo las leyes que le interesa sin pulsar caso por caso la voluntad del pueblo. Es decir con autoritarismo y sin participación.

La democracia autocrática no representativa fue impuesta por los dos partidos políticos dominantes (la derecha y la izquierda) al diseñar la concentración de poderes y el sistema electoral con largas listas, renunciando a inspirarse en lo que hacen los países más avanzados. Hay quienes todavía dicen que la concentración de poder fue diseñada para evitar los riesgos derivados de la falta de cultura democrática, pero en realidad el diseño responde al interés de la clase política de aprovechar la oportunidad histórica de tener el poder absoluto, como el que existía en la Dictadura, aunque tuvieran que aceptar de vez en cuando alternarse.

Entre la peseta y el euro

PesetaEl Gobierno afirma que la financiación de la deuda española es insostenible con los intereses que estamos pagando, lo que quiere decir que o bien se reducen pronto dichos intereses o se rompe la situación de forma drástica por algún lado. Según la información en los medios, el Tesoro ha emitido ya el 70% de la deuda que necesita emitir para todo el año, lo que supongo quiere decir que la liquidez llega por lo menos hasta mediados de septiembre. No sabemos por cuanto tiempo podrá el país seguir emitiendo deuda a estos intereses tan elevados pero está claro que si no hay cambios radicales de la situación llegaremos pronto al limite de decidir entre la Peseta y el Euro.

Dicen los políticos de uno y otro bando que la solución es «más Europa», es decir que se produzcan decisiones a nivel europeo que puedan relajar la desconfianza y abaraten la financiación. Lo que pasa es que ni en España se producen reformas suficientemente drásticas para merecer más confianza ni en Europa parece que están por la labor de aplicar decisiones rápidas y contundentes por el hecho de que España tenga problemas. Parece que les importa poco que nos movamos en el filo de la navaja entre la Peseta y el Euro.

En España parece imposible que los dos grandes partidos se pongan de acuerdo para tomar decisiones conjuntas de alcance, pues las que el Gobierno puede tomar, aún con la mayoría absoluta, son al parecer insuficientes. Los políticos se ocupan en discutir los unos con los otros y sobre todo en conservar sus privilegios y los ciudadanos poco podemos influir porque no sabemos quien es la persona concreta que a cada uno nos representa. Por el lado de las reformas en marcha es obvio que avanzaremos, pero no parece que «el mercado» restablezca la confianza al ritmo necesario para evitar llegar al punto de decisión entre la Peseta y el Euro.

Por otro lado, no está nada claro que Europa nos solucione el problema. La Unión Europea es una maquinaria lenta y pesada que está llena de controversia. Un día alcanza un acuerdo precario a altas horas de la mañana y la Bolsa sube un ocho por ciento, pero a la semana siguiente diversos responsables políticos de varios países cuestionan el acuerdo alcanzado y volvemos al punto de partida. Una simple declaración del Gobernador del Banco Central Europeo hace bajar la Bolsa un cinco por ciento para regocijo de las posiciones cortas. No parece que la estabilidad venga porque vayan a inventar los Eurobonos ni porque el BCE tenga un mandato más orientado a como opera la Reserva Federal.

No tengo ni idea de que significa volver a la peseta, salvo que nos haría a todos mas pobres y tendríamos graves problemas de relación con Europa, pero tampoco parece que lo sepan en detalle los expertos. Los políticos desde luego ni idea, pues son por lo general gente de escasa formación. No estaría mal que los que conocen la materia nos den una idea sobre el asunto, sobre todo porque si llegara a producirse sería una noticia de la noche a la mañana que nos cogerá de improviso.

Letra del Himno Nacional y la Roja

Himno nacionalA continuación propongo una letra del Himno Nacional y la Roja para comenzar a superar el hecho de que la letra del himno nacional sea inexistente, lo que es una de las causas de que en España haya falta de unidad y cada uno vaya por su lado aun en los momentos más críticos. Produce envidia ver como en cualquier celebración los franceses entonan fervorosamente «La Marsellesa» o los británicos el «God Save the Queen» mientras que en España tenemos que entonar el «chunda, chunda, tachunda chunda chunda….».

La bandera española es considerada por muchos como un símbolo fascista del que hay que avergonzarse y cuando los sindicatos convocan una manifestación, por la razón que sea, aparecen banderas republicanas. Y hay regiones españolas en las que exhibir la bandera española es causa de problemas, mientras que en EEUU o en el Reino Unido utilizan los colores de la bandera nacional con orgullo para los usos más diversos.

Sin embargo ha surgido en los últimos años el fenómeno nuevo de «la Roja», que es lo único une a los españoles bajo la bandera nacional sin mayor distinción de nacionalismos ni ideologías. En el día de hoy, en el que se juega la final de la Eurocopa, podemos ver la bandera española en coches, rostros, vestidos,….etc., y desde luego en muchos más balcones que cuando se celebra la fiesta nacional. Creo que hay que aprovechar este único nexo de unión patriótica entre españoles y darle de una vez una letra al himno nacional centrada solo en el fútbol y huyendo de cualquier matiz político. A continuación mi propuesta:

Aúpa la Roja – que siendo campeona – del fútbol mundial – no cesa de triunfar

Aúpa la Roja – que con el tiki taka – sabe encontrar – el camino del gol

Aúpa la Roja – de los Iniestas, Xavis, – Ramos y Piqués, – Casillas y Busquets

Todos unidos – cantemos con Reina – los triunfos que la Roja – nos conseguirá