Aznar ante el desafío soberanista

desafio soberanistaHoy, los medios de comunicación recogen las recientes declaraciones del ex-presidente Aznar ante el desafío soberanista y su mensaje de que «se debe poner fin al desfalco de soberanía nacional que se está llevando a cabo por parte del nacionalismo«. Son declaraciones que suenan bien e invitan a apoyarlas, pero no puede olvidarse uno de quien es Aznar y cuales fueron sus decisiones de gobierno cuando estaba en el poder.

Aznar asumió la presidencia del gobierno «cambiando cromos» con el nacionalismo catalán, lo que se tradujo en la transferencia a la Autonomía de Cataluña de las competencias de Educación y de Sanidad, nada menos que unos dos tercios del presupuesto. De repente, la oligarquía catalana se encontró administrando enormes cantidades de dinero, cuando ya se decía, incluso en sede parlamentaria, que por allí se cobraban comisiones de forma habitual, de lo que hoy en día tenemos noticias frecuentes. Mientras tanto el ex-presidente Aznar presumía de hablar en catalán en su casa en muestra de simpatía con el entorno de sus entonces aliados políticos. La ambición soberanista actual es consecuente con la necesidad de blindar el manejo de» la pasta».

Tampoco es ajena al desafío soberanista la decisión del gobierno Aznar de suprimir el servicio militar. Aparte de que pasar unos meses por la disciplina militar es positivo para la educación de la juventud, es en la milicia donde únicamente se inculcan los valores de la Patria y de la unidad en torno a la Bandera nacional. Los nacionalistas catalanes se apresuraron a sustituir el hueco ideológico que dejaba el servicio militar por el adoctrinamiento separatista sembrado en el sistema de educación que ya controlaban. Lo mejor que puede hacer Aznar ante el desafío soberanista es reconocer sus errores y en caso contrario guardar silencio.

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