El sentimiento

sentimientoLa emoción es una sensibilidad interior que cuando se manifiesta domina la consciencia y da un contenido de drama a los recuerdos. El sentimiento se alimenta de las emociones que fluyen en los episodios de la vida. Son como golpes de cincel que van tallando ángulos y rasgos de la personalidad y consumen la materia. Inevitablemente van marcando y desgastando.

Las emociones bañan el mundo interior como las olas del mar. Pueden colmar a la vez de paz y de inquietud, o de ansiedad y sosiego, o de angustia y placer. Son más o menos intensas según lo sean las experiencias, y pueden provocar agitación pero también un fondo de calma. Las más emotivas llegan a conmocionar y a dar una dimensión especial a la existencia.

Unas veces la fibra humana está llena de emociones con la vivencia del momento, otras veces las emociones emanan del  mundo interior cuando se reviven los recuerdos. En cuanto más profundo es el sentimiento más difícil resulta expresarlo con palabras, pero también es más fácil de comunicarlo en silencio.

Hay personas tan sensibles que les afecta todo lo que ocurre a su alrededor y sufren por ello un desgaste excesivo, pero desarrollan más su capacidad emocional y con ello se enriquecen. Otras viven más ajenas al murmullo humano y se desgastan menos, pero también tienen menos virtudes, defectos y debilidades, y una existencia más elemental que no tiene motivo para prolongarse demasiado.

El sentimiento siempre produce algún agobio, tanto si se trata de emociones placenteras como si es de amargura y dolor, porque deja notar el drama de la vida. Las emociones intensas y las vivencias apasionadas son las que producen los contrastes más patéticos y las que aportan mayores enseñanzas, pero también son las que más hacen sufrir y más exigen recomponer el ánimo.

Quien asume mucha responsabilidad tendrá muchas experiencias, pero también muchas frustraciones porque tendrá que superar muchos problemas. Afrontar problemas es enriquecedor porque obliga a la máxima atención y a tomar iniciativas que siempre alimentan el espíritu de emociones. Y para superar el desgaste de las emociones, hay que movilizar las intenciones en las mismas proporciones que el sentimiento. Entonces se alcanza el fondo de equilibrio necesario para ser un manantial de amor y de progreso.

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