Elevado gasto público

gasto publicoLos debates políticos se centran en pelearse unos contra otros sin analizar con seriedad y transparencia el problema del elevado gasto público. Los políticos no quieren enfocar el problema del elevado gasto público en el largo plazo porque anteponen la demagogia electoral y porque solo representan a quien les puso en la lista y no pueden ni quieren votar en conciencia. El partido en el gobierno ha planteado medidas para atajar el déficit a base de deteriorar la economía de la gran masa de ciudadanos asalariados con un aumento considerable de la presión fiscal y deterioro de las condiciones salariales. Quizás había que hacerlo, pero esto no arregla el problema de fondo del insostenible elevado gasto público.

Cada partida de gasto público debería de estar calificada en función de si es necesaria, conveniente o superflua. Y por otra parte también debería estar clasificada en función de que sea recurrente u ocasional. Esto lo entiende todo el mundo y si en el seno de una familia con un presupuesto ajustado se evitan gastos superfluos, o incluso gastos convenientes recurrentes, en la gran familia del sector público habría de hacer lo mismo. La calificación de cada partida de gasto público debería publicarse y aunque pueda ser en muchos casos opinable, para eso está el debate y para eso debería articularse la participación ciudadana, hoy inexistente, adoptando el sistema electoral de circunscripciones uninominales.

Es evidente que gastos superfluos y ocasionales como «la subvención para explorar restos de dinosaurios en Argentina» se eliminan fácilmente, pero se trata de analizar seriamente partidas de gasto público que pueden suprimirse. Por ejemplo, el Senado es superfluo, lo mismo que las ayudas al cine que sean recurrentes, o las subvenciones a partidos políticos, sindicatos y patronales, máxime si a menudo tenemos noticia de que son objeto de desviaciones fraudulentas. Y a lo largo y ancho de las administraciones públicas hay partidas de gasto perfectamente suprimibles. Este ejercicio es el que se hace en cualquier empresa que tiene que ajustar su presupuesto. Y lo que no hace es confiar la mayor parte del esfuerzo de ajuste a un incremento de los ingresos. Primero hay que atender a lo que es necesario, después a lo que es conveniente si puede pagarse y desde luego eliminar lo superfluo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *