Futuro de la vida humana

La ciencia no ayuda demasiado en aclarar si la vida inteligente surge por casualidad o si es un eslabón necesario en la evolución del Universo. Es difícil de imaginar que el desarrollo de la inteligencia humana en la Tierra solo sea un hecho accidental fruto de caprichosas mutaciones y que un buen día comience a desaparecer sin dejar rastro ante la indiferencia del resto del Universo. No sabemos si nuestra misión, si es que existe, es relevante para el Universo. Llevamos poco tiempo sobre la Tierra y apenas hemos progresado hasta que empezó la revolución tecnológica hace cuatro o cinco generaciones. La electricidad, la energía atómica, el teléfono, la televisión, los computadores, internet, los nano robots,….etc., suponen grandes avances pero no cambian nuestra débil y vulnerable estructura biológica.

El simple choque de un asteroide con la Tierra sería el fin de nuestra existencia. Hace poco se detectó el choque entre dos asteroides equivalente a la explosión de una bomba atómica y ya hay quien calcula que en el año 2034 puede chocar uno de ellos con la Tierra. Pero aun suponiendo que una catástrofe como ésta nunca suceda, la simple evolución del Sistema Solar hará nuestro planeta inhabitable para el género humano. Poco importa que sea dentro de cientos, de miles, o de millones de años.

Para entonces, ¿cual habrá sido nuestra aportación al Universo? Para el planeta Tierra, lo único previsible es que lo estropeemos cada vez más y contribuyamos a hacerlo inhabitable. En la Vía Láctea, nuestra galaxia, parece que no llegaremos a acercarnos a ningún sitio habitable. Viajar a esas distancias lleva mucho tiempo y no se vislumbra para que serviría. El género humano también podría surgir en otros confines del Universo sin necesidad de viajes que parecen imposibles. Tampoco parece que viajar por el Universo sea una forma de supervivencia.

En unas décadas, los computadores o lo que de ellos crezca serán suficientemente inteligentes para tomar el relevo y la raza humana comenzará a transformarse o a desaparecer. El silicio, que es el elemento más abundante en la Tierra después del oxígeno, en torno al 28% de la corteza terrestre, es un elemento base de los microchips sobre el que se desarrollan los computadores. Ya se han reportado experimentos de inserción de microchips en células vivas que actúan de sensores, como si estuviera surgiendo una nueva biología del silicio. Otro material recientemente descubierto, el grafeno, superdenso, del grosor de un átomo, de alta resistencia, buen conductor de la electricidad y el calor, ya ha sido utilizado para construir microchips diez veces más rápidos.

Quien sabe cual será el final. Es todavía más interesante la evolución del espíritu y la conciencia colectiva, que es una dimensión humana muy poco explorada, todavía embrionaria, que por el momento es terreno de las creencias.

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