Indignación y sistema electoral

IndignacionIndignación es lo que lleva a la calle a los ciudadanos como única forma de protesta que prevé nuestro sistema político. La participación política del ciudadano se reduce a delegar en un partido político votando cada cuatro años y a manifestarse de cuando en cuando para desahogarse. No existe forma de canalizar sistemáticamente ideas y propuestas para su debida consideración porque los ciudadanos no tienen representante a quien dirigirse.

La partitocracia suplanta la soberanía popular y facilita que el partido o la coalición en el poder gobierne a su criterio sin censura. Lo que no entiendo de los protagonistas de la indignación es que quieran influir en las decisiones políticas y sin embargo propongan un sistema electoral proporcional que refuerza todavía más la partitocracia. Véase lo que sucede en Grecia donde la proporcionalidad ha conducido a la fragmentación de partidos, a la potenciación de partidos extremistas y a serias dificultades para formar gobierno, sin que los ciudadanos puedan hacer otra cosa que manifestarse.

La forma de canalizar positivamente la indignación es con un sistema electoral en el que los ciudadanos tengan su representante y puedan a través de él participar en las decisiones políticas, que es el de circunscripciones uninominales en las que se elige a un solo diputado. El diputado electo representa a todos los electores le hayan o no le hayan votado, lo que no conoce. A través de él se pueden canalizar críticas y propuestas día a día y el diputado  vota en el Congreso según el sentimiento mayoritario en su circunscripción y si no lo hace así pone en peligro su reelección. Es el sistema que rige en Alemania, Francia, Reino Unido, EEUU y otras democracias de éxito.

Este sistema tiene además la ventaja de que permite gobiernos fuertes que no tienen que comparar votos de partidos minoritarios, sin que por ello las minorías dejen de estar representadas. Los intereses minoritarios están mejor defendidos día a día a través de los auténticos representantes que por votar a un partido minoritario cada cuatro años.  Es también preferible un gobierno fuerte día a día criticado que un gobierno precario con patente de corso por cuatro años.

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