Las elecciones generales y el túnel del tiempo

tunel del tiempoEl planteamiento político del socialismo en este país está atrapado en el túnel del tiempo. Está todavía contaminado por doctrinas fracasadas de los estados socialistas y no tiene la flexibilidad suficiente para ofrecer estabilidad y competitividad en un entorno de libertad como es el de la Unión Europea. Los dirigentes socialistas son conscientes de esto pero están atrapados por su clientela y no se atreven a cambiar el rumbo de forma sensible.

Subyace en la doctrina socialista la idea de un estado paternalista que interviene excesivamente en la economía y en los usos y costumbres de los ciudadanos, con un sector público sobredimensionado y en continuo crecimiento, y con reglas proteccionistas que estimulan el aburguesamiento social y desincentivan las iniciativas emprendedoras. El país acumula ineficiencias, pierde competitividad y su economía se deteriora.

Si el país no formara parte de la Unión Europea y fuera un espacio de dictadura o un estado socialista, el planteamiento paternalista podría funcionar, aunque a costa de devaluar la moneda cada cierto tiempo y empobrecer a la ciudadanía. El sector público, lleno de “clientes” adictos a la causa, evitaría el descontento social con la propaganda de las virtudes de la protección social y el progresismo.

Lo malo es que hoy en día existe internet y la gente comienza a estar más informada. Pero es que, además, estamos integrados en un entorno que exige tener viabilidad económica, porque nuestra moneda es el euro y no cabe el recurso empobrecedor de la devaluación. La doctrina de gastar más de lo que se tiene y de incrementar irresponsablemente año a año los presupuestos del estado, conduce a unos niveles de déficit y endeudamiento que son insostenibles. Todavía los presupuestos contenían substanciales incrementos cuando ya caminábamos “cuesta abajo y sin frenos”.

Las elecciones generales de hoy 20-N dan una oportunidad al país de ser gobernado con rigor económico, abordando seriamente la reducción del déficit y del endeudamiento para  impulsar la economía, manteniendo al mismo tiempo como prioridad la protección social. El punto de partida esta tan deteriorado que hará falta que los dos grandes partidos se pongan de acuerdo en las cuestiones básicas para no depender de minorías oportunistas. Es una oportunidad también para que el partido socialista salga de una vez por todas del túnel del tiempo que le ancla al pasado.

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