No a la proporcionalidad entre votos y escaños

proporcionalidadLa proporcionalidad entre votos y escaños favorece a los partidos políticos minoritarios con implantación a escala nacional. Por eso Izquierda Unida defiende la implantación del llamado cociente Hare, aduciendo que todos los votos han de tener el mismo valor. Esta propuesta la reivindicaba también el movimiento 15-M y la propone Unión del Progreso y Democracia porque está claro que les favorece. Los defensores de la proporcionalidad entre votos y escaños parten del supuesto viciado de que son los partidos políticos y no los ciudadanos quienes han de estar representados en el Parlamento. Entienden que los ciudadanos tienen que limitarse a votar a los partidos políticos cada cuatro años para delegarles la soberanía popular para que impere la partidocracia.

Muy al contrario, la soberanía popular en una verdadera democracia reside en los ciudadanos y no puede delegarse, y son los ciudadanos y no los partidos quienes tienen que estar adecuadamente representados. Y si no hay una representación cierta, genuina y verdadera, la democracia no es legítima aunque sea conforme con las leyes. Si de verdad queremos vivir en democracia, la ley electoral tiene que adoptar el sistema mayoritario de circunscripción uninominal, que es el que funciona en EEUU, Francia, Alemania, Reino Unido, Canadá, Nueva Zelanda,….etc, porque es el único con el que cada ciudadano tiene su representante y puede a través de él participar en la vida política si lo desea.

Además, el sistema de circunscripciones uninominales  conduce a mayorías sólidas sin que por ello dejen de estar representadas las minorías ciudadanas. Éstas últimas están mejor representadas caso a caso a través del diputado de cada circunscripción que por una minoría parlamentaria dispuesta a “vender” sus votos cuando puedan ser decisorios. En Italia tenemos la prueba del fraccionamiento entre partidos, la ausencia de representación política del ciudadano, y las dificultades de gobernabilidad a causa del abandono del sistema mayoritario (al 75%) y la adopción del sistema proporcional que propició el Sr. Berlusconi en 2005.

Si además de tener circunscripciones uninominales eligiéramos en directo al jefe del poder ejecutivo y se legislara la independencia del poder judicial, estaríamos en el camino del verdadero progreso porque todo lo demás vendría por añadidura.

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