PP y PSOE deberían entenderse

Hay razones de fondo por las que PP y PSOE deberían entenderse y dejar de lado la demagogia. El importante desarrollo económico de estos años, la estabilidad social y política conseguida y la plena integración en la Unión Europea se han producido bajo gobiernos de estos dos partidos. Ambos partidos están preparados para gobernar y cualquiera de los dos puede proporcionar estabilidad y progreso. Cierto que hay diferencias ideológicas entre ambos, pero hoy en día la ideología es un telón de fondo tras el primer plano más importante del desarrollo económico y social que cualquiera de los dos partidos debería considerar prioritario.

En los últimos treinta años en seis legislaturas ha gobernado el PSOE y en tres el PP, por lo que el PSOE ha tenido el doble de influencia que el PP, aunque paradójicamente el PSOE este siempre planteando «el cambio» sin concretar demasiado. Hay ciertamente reformas a realizar, a las que ya me he referido, que requieren pactos políticos porque requieren mayorías cualificadas. Una mayoría podría formarse sobre la base de «todos contra el PP», frente popular que algunos políticos destacados están promocionando y que todo parece indicar fue objeto de análisis en la famosa reunión en casa del Sr. Bono. Lo que no se sabe es si sobreviviría el PSOE a esta coalición. Otra mayoría solo puede surgir si PP y PSOE aparcan sus «sub-objetivos» ideológicos y piensan en una administración conjunta del desarrollo económico y social, en lo que a buen seguro podrían estar de acuerdo en casi un 100%.

En los últimos treinta años, el conjunto PP+PSOE ha ido creciendo en porcentajes de participación del voto ciudadano en las elecciones generales: 65% en 1989,  73% en 1973, 76% en 1996, 79% en 2000, 80% en 2004 y 84% en 2008, hasta que en el año 2011 regresó dicho porcentaje al 73%. En las próximas elecciones generales cabe esperar que continúe bajando hasta el 58% dado que las elecciones municipales ha sido el 53% y según las cifras históricas dicho porcentaje aumenta no menos de un 12% en las siguientes elecciones generales. El reparto entre los dos partidos de dicho porcentaje conjunto ha variado de unas elecciones a otras según puede verse en el cuadro adjunto y cabe destacar que el PSOE tuvo su mayor desplome en las elecciones generales de 2011 bajando del 52% al 39% (del 44% al 29% en voto popular) y que ahora en las últimas elecciones municipales ha cosechado un 25% de apoyo popular que es su peor resultado de los últimos treinta años.

Si en las próximas elecciones generales el conjunto PP+PSOE solo obtiene un 58% como indican las proyecciones históricas, ya no podrá haber una mayoría cualificada que aborde reformas estructurales de progreso dentro de La Unión Europea, salvo que se imponga un «frente popular» que plantee reformas en otra dirección mucho más allá de la socialdemocracia. PP y PSOE deberían entenderse, aunque ambos tendrían que analizar porque han perdido tanto apoyo popular y cambiar en consecuencia sus políticas.

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