Con el paso del tiempo

El paso del tiempoCon el paso del tiempo descubres muchas cosas que ignorabas pero que sin embargo podrías haber intuido o deducido. Son enseñanzas difíciles de transmitir que normalmente se aprenden cometiendo errores, porque como dice el dicho popular “no se escarmienta en cabeza ajena”.

Equivocarse es casi un mandato divino porque estamos abocados a tener que decidir sobre nuestros actos, sin tener tiempo suficiente para pensar, mediante reacciones prefabricadas del Subconsciente. Nuestras reacciones están en parte programadas en nuestros genes, en parte son pautas extraídas de nuestras experiencias y en parte son reacciones inducidas subliminalmente por el ambiente y por terceros.

El razonamiento y el pensamiento consciente son posteriores a la acción y sirven para digerir las experiencias y proporcionar al Subconsciente información para poner a punto los reflejos. También para discriminar sobre las influencias externas y sus consecuencias. Pero el razonamiento consciente está siempre cercado por la duda mientras que las reacciones emocionales se manifiestan espontáneamente.

Al final, con el paso de los años, te das cuenta de que la vida es un ejercicio continuo de aprendizaje para comprender la realidad y asimilar las pautas, provisiones y cautelas que guían tus impulsos emocionales.

La conciencia es un misterio

ALEGORIA_optLa conciencia es un misterio. La Ciencia considera que es producto de la información y de las conexiones neuronales del cerebro y que por lo tanto se extingue cuando el cerebro deja de existir. Pero algunos científicos opinan que la conciencia sobrevive al cerebro. El cardiólogo holandés Van Lommel así lo cree tras 30 años de operar a pacientes en los ha contrastado numerosos casos de experiencias cercanas a la muerte. También Eben Alexander, experimentado neurocirujano norteamericano que relata en el libro “Proof of Heaven” su experiencia personal tras varios días en coma a causa de una meningitis bacteriana de la que inesperadamente se repuso.

Otro autor que trata este tema es el médico y psicólogo Raymond Moody en su libro “Life after life“, en el que relata experiencias vividas por sus pacientes. La “John Templeton Fundation” ha dotado 5 millones de dólares para un proyecto para estudio de la inmortalidad (Inmortality project), que será dirigido por John Martin Fischer, profesor de filosofía en la Universidad de California. No está claro si el cerebro incorpora información de los genes, de lo que parece haber indicios según los hallazgos de conocimiento innato del proyecto Blue Brain. Arrojar luz en esta materia es fundamental para saber si la actividad de un cerebro es reproducible en un ordenador y el Mind Uploading es viable y puede considerarse como una posibilidad de futuro.

Ampliar el conocimiento de la frontera entre la vida y la muerte es crucial para entender como puede ser el futuro de la vida inteligente más allá de la aventura humana y como puede que sea la realidad existencial en los amplios confines del universo. La ciencia en general tiene un discurso favorable a que la conciencia es un misterio pero sólo es una creación del cerebro. Es una visión materialista que presupone que la muerte es el fin de toda forma de conciencia. Sin embargo la cuestión no está clara ni se ha formulado con la amplitud necesaria.

Vivir en el siglo XXI en occidente

siglo XXIVivir en el siglo XXI en occidente es un privilegio que compensa con creces los contratiempos de la vida diaria. No es fácil de entender que quejarse de todo y de todos se haya convertido en el deporte nacional, y que estar indignado y no ver el lado positivo de las cosas sea el estado mental que está de moda. Es cierto que hay muchos motivos de disconformidad en el transcurso de la vida diaria pero hay que ver las cosas con la perspectiva correcta.

Los que tienen el privilegio de vivir en un país occidental y protestan de todo por sistema tendrían que tener en cuenta que la población mundial crece en 1000 millones de personas cada trece años y que este crecimiento se produce en países pobres donde todavía hay gente que muere de hambre. Pensar que podrían haber nacido en alguno de los países que nos vienen a la mente y que no viene a cuento señalar. Y si esta comparación no es suficiente podrían simplemente pensar que podían haber nacido hace cien años, con las condiciones de vida que tuvieron nuestros abuelos. No se puede ignorar que vivir en el siglo XXI en occidente es un privilegio que debería hacernos ver siempre el lado positivo de las cosa a la hora de afrontar los problemas de la vida diaria.

Simulación del cerebro humano

simulación del cerebro humanoLa Comisión Europea ha dotado mil millones de euros en su Programa Marco para el Human Brain Project, que  tiene como objetivo la simulación del cerebro humano con la que los científicos sean capaces de analizar  sus funciones, estudiar el desarrollo de enfermedades, mejorar el diagnóstico de las mismas y ensayar la aplicación de tratamientos. En el proyecto participan científicos de 87 instituciones y será dirigido por Henry Markram, profesor de la École Polytechnique Fédérale de Lausanne en Suiza. Socios en este proyecto son el Instituto Pasteur de Francia, IBM en los Estados Unidos y SAP en Alemania. La mitad del dinero será aportado por los Estados Miembro y el resto por, empresas, institutos y universidades.

El proyecto de simulación del cerebro humano requiere construir un computador muy superior a los actualmente disponibles, pero esto no es lo más importante del proyecto, ya que según la ley de Moore la capacidad de los computadores está creciendo exponencialmente y no está lejos el día en el que tendrán una capacidad miles de veces superior al cerebro humano. Lo verdaderamente relevante del proyecto es aproximarnos al entendimiento de en qué medida el cerebro es reproducible y sustituible por un computador (mind uploading) y de si un cerebro simulado por muy perfecto que sea puede llegar a ser consciente.

El misterio de la conciencia

El misterio de la concienciaLa conciencia no se acaba de entender ni explicar y es por lo tanto un misterio, quizás uno de los más profundos de todos los que nos rodean. Así lo entiende Eben Alexander, experimentado neurocirujano norteamericano que hace unos meses ha publicado el libro “Proof of Heaven” sobre su experiencia personal de “vida después de la muerte” tras haber estado varios días en coma a causa de una meningitis bacteriana de la que inesperadamente se repuso.

El médico y psicólogo Raymond Moody, en su libro “Life after life“ relata experiencias vividas por sus pacientes, así como el cardiólogo holandés Pim Van Lommel en su libro “Conciousness beyond life”, publicado hace algo más de un año, tras 30 años de operar a pacientes en los ha contrastado numerosos casos de experiencias cercanas a la muerte.

La “John Templeton Fundation” ha dotado 5 millones de dólares para un proyecto para estudio de la inmortalidad (Inmortality project), que será dirigido por John Martin Fischer, profesor de filosofía en la Universidad de California. Sin embargo, la ciencia en general es más favorable a que la conciencia sólo es una creación del cerebro, visión materialista que presupone que la muerte es el fin de toda forma de conciencia. Pero la cuestión todavía no está nada clara ni tampoco se ha formulado con la amplitud necesaria.

El Yo autónomo, poder ejecutivo

el yoEl Yo Autónomo es el poder ejecutivo de la mente. Es uno de los tres poderes de la mente junto con la inteligencia emocional y la inteligencia racional. Decide los actos conscientes movilizando la voluntad, sabiendo que lo que se hace suele ser irreversible y además compromete, en ciertos casos hasta el punto de que puede cambiar el curso de la vida.

El Yo sólo interviene en cada uno de los instantes vividos, en el momento preciso en que la historia ya no puede cambiarse y el futuro todavía no existe. Hay personas que les cuesta decidir lo que quieren hacer, mientras que otras lo hacen con facilidad, incluso con precipitación, pero casi todas las personas tienen siempre dudas, porque no resulta fácil valorar de antemano las consecuencias que pueden tener los actos.

Teniendo claro lo que se quiere conseguir se puede actuar con resolución, pero no estando seguro domina la tendencia de dejarse llevar por los acontecimientos sin tomar iniciativa. En ocasiones hay que afrontar conflictos de intereses, porque hacer lo que se considera oportuno puede ir en contra de creencias o costumbres establecidas, o ir contra las propias ideas o hábitos, para lo que hay que preservar la libertad y autonomía.

Cuando hay que reaccionar ante algún hecho concreto sin tiempo para analizar lo que ocurre, la voluntad se deja guiar por emociones y sensaciones. Es muy frecuente reaccionar ante los hechos sin apenas reflexión, por reflejos automáticos, movilizando más el ánimo que la razón, especialmente si todo sucede con rapidez, con la consecuencia de cometer errores que serían evitables teniendo tiempo para pensar antes de actuar.

Las emociones que acompañan a las experiencias vividas canalizan matices de información que amplían conocimiento. Si las emociones son excesivas, las experiencias son demasiado apasionadas, y las sensaciones nuevas se desbordan y producen una convulsión en las ideas. La voluntad está entonces dominada por la inteligencia emocional.

El Yo autónomo valora hasta donde luchar por los propósitos para que los sentimientos estén equilibrados y no se desborden. Para dominar el ritmo e intensidad de las actividades y tener actuaciones responsables hay que conseguir un equilibrio razonable entre las sensaciones, emociones, ambiciones y deseos.

La inteligencia racional, poder judicial

poder judicialPor medio de la inteligencia racional somos conscientes de la realidad que vivimos y analizamos las cosas que suceden a nuestro alrededor. No aporta valoraciones inmediatas que sean de utilidad para reaccionar en el momento, sino conclusiones y criterios elaborados en frío que hay que ir contrastando en el pensamiento.

Quien tiene una actividad excesiva, no dedica la atención necesaria a las nuevas situaciones y recarga la memoria. Si este desajuste es continuado, el exceso de información pasa al subconsciente sin contrastar con el pensamiento. El subconsciente incorpora entonces imperfecciones que llevan a cometer errores que no son advertidos, lo que genera confusión y estrés. Por el contrario, la inactividad produce un vacío en la mente que relaja pero también desanima, porque la tensión es estimulante aunque en exceso tenga efectos destructivos.

Una forma de regulación consiste en desconectar los sentidos para captar menos información y concentrarse más en aclarar las ideas. Es lo que en realidad hacen las personas que parecen despistadas o ausentes. Si a pesar de seleccionar mucho la información no acaban de estar las ideas claras, habrá que reducir la actividad y dedicar más tiempo al descanso y al sueño para digerir el exceso de información y restablecer el equilibrio. Todos los días se aprende algo nuevo y las nuevas ideas siempre hacen dudar algo de lo que ya se sabe.

Es frecuente adaptar la valoración de las cosas observadas para no contradecir las ideas, con lo que se puede conseguir que los actos sean coherentes con los criterios y valores, pero esto no es garantía de hacer cosas razonables. La tendencia a justificarse incorpora criterios que hacen más rígidas las posiciones ante las situaciones, lo que dificulta la relación con otras personas en las que siempre hay que ceder rompiendo en algo los esquemas.

Uno de los signos más claros de madurez de las personas es la capacidad de conciliar situaciones de conflicto, la habilidad de encontrar un punto de encuentro tolerable entre lo que uno piensa y lo que piensan los demás. A medida que madura una persona deja de ser radical y se hace más tolerante, aunque su personalidad esté cada vez más definida y sus puntos de vista puedan ser muy diferentes de los de los demás. Es el camino para tener equilibrio y armonía, para conquistar la paz interior y estar contento con uno mismo, con plena capacidad de acción y deseo de superación.

Soñar es progresar

soñarSoñar es progresar. Los sueños parecen fantasías lúdicas destinadas a entretener el espíritu en la pausa nocturna, algo así como un calidoscopio con el que se pueden generar infinitas vivencias imaginarias.

Pero sobre todo es un proceso de fermentación de las experiencias vividas en el que se destilan las esencias del conocimiento. Las vivencias reales son enlazadas de todas las maneras posibles y son ensayadas en todas las situaciones. El espíritu reedita todas las posibles hipótesis vivenciales, en una actividad simulada, en la que los propios órganos de percepción suministran imágenes a la conciencia como si de la realidad se tratase.

En el sueño la mente va “exprimiendo” la experiencia, que se enriquece y amplifica con el efecto multiplicador de esa mágica combinatoria mezcladora de vivencias, liberada en la noche del consumo energético de lo somático.

Una vida sin contrastes tiene escaso potencial para la fantasía de los sueños y el espíritu se debilita y no evoluciona perdiendo capacidad para imponer una identidad. Como el velero que en la calma pierde velocidad y no puede mantener un rumbo.

Las experiencias de vida que desafían a nuestros esquemas mentales, son como líderes del movimiento de reforma de la conciencia, con un amplio protagonismo en el debate misterioso de la ensoñación. Modelan e impulsan la evolución del espíritu.

Las vivencias traumáticas tardan en ser asimiladas y a veces se enquistan como fallas de la conciencia y pueden generar ajustes somáticos que conducen a lo patológico. Es como traspasar la barrera de la evolución y situarse en la frontera de ruptura de la identidad. Es el “bang” de los conceptos, que sólo pueden superar los espíritus esforzados que tienen el reto de caminar hacia lo imposible.

El momento presente

Solo vivimos el momento presente. El pasado solo está en los recuerdos y poco a poco se va desvaneciendo hacia el olvido. Yace en la memoria a merced del subconsciente para aportar enseñanzas, pero ya solo son datos que no tienen vida. Agua pasada que no mueve el molino.

Los sentimientos que evocan experiencias vividas en el pasado son en realidad sentimientos del momento presente sobre residuos de información rescatados de la memoria y revividos con el pensamiento. Son escenas que ya no existen y lo que fueron ya no puede cambiarse.

El futuro tampoco se vive. Es una entelequia que todavía no existe y que nunca podemos estar seguros de lo que nos deparará, aunque la experiencia de vivir va trazando esbozos de lo que es probable que nos suceda.

Solo se vive en realidad cada momento presente antes de que pase a la historia. Es en el momento presente cuando nuestro aparato emocional está reaccionando y tomando las decisiones que van construyendo nuestro destino. Las personas responsables no pueden vivir sin preocupaciones, pero está en su mano enfocarlas como problemas de una realidad virtual sin involucrar los sentimientos más allá del momento presente.

Paz interior del subconsciente

La paz interior es el clima de conciencia en el que se gesta la felicidad y la satisfacción. Es un estado de gracia en el que el subconsciente se desarrolla libre de contradicciones irreconciliables y la personalidad humana crece con consistencia.

La ética y el respeto a las personas son doctrinas básicas para conquistar la paz interior del subconsciente. No se aprenden por generación espontánea y es de lamentar que su enseñanza esté poco extendida. Muy poca gente se preocupa en tener un comportamiento ético, aunque sea el camino más corto para ir a la raíz de los problemas.

Los principales problemas que turban la paz interior se derivan de situaciones de confrontación con otras personas. Las diferencias de criterio entre las personas son frecuentes e inevitables porque cada persona tiene su propio punto de vista, pero estos desencuentros son enriquecedores y no causan mayores problemas mientras haya comprensión y entendimiento.

Si no hay un fondo de respeto humano en las relaciones sociales surge la tensión y el enfrentamiento. Hay personas que consiguen con engaños y deslealtades cosas que se proponen que posiblemente no conseguirían jugando limpio. Es por desgracia cosa común y en muchos casos los que juegan sucio incluso no tienen conciencia de su comportamiento.  Pero cuando lo tienen, lo que tarde o temprano llega, suelen acabar mal, porque el poder y la riqueza no pueden comprar la paz del interior del subconsciente.