La realidad desconocida

realidad desconocidaNo podemos descartar que los ovnis, apariciones, saltos en el tiempo y otras manifestaciones extraordinarias que la ciencia descarta, sean parte de una realidad desconocida por el momento indetectable. Lo que vemos es una pequeña parte de la radiación electromagnética comprendida entre 400 y 750 nanómetros (1 nanómetro = 0,000000001 metros). Con la vista llegamos a distinguir directamente la espiral de Andrómeda, que es una galaxia muy cercana, pero lo que vemos es algo que existió hace 2.250.000 años. De lo que hay en el centro de nuestra propia galaxia, la Vía Láctea , nos llega una radiación que fue emitida hace 27.700 años.

Los radiotelescopios y demás instrumentos tan solo nos muestran un 4% del universo, ya que el 23% es materia oscura y el 73% energía oscura , de los que tenemos indicación de su existencia por los efectos gravitacionales que producen. La materia oscura incluye los agujeros negros , concentraciones de masa de las que la velocidad de escape es superior a la de la luz. Incluye también materia intergaláctica no luminosa, WIMP´s (weakly interacting massive particles), que son partículas elementales que interactúan muy débilmente de las que solo el neutrino ha sido identificado, axiones, de existencia no demostrada,….etc. La energía oscura es mucho más enigmática y se supone que está más o menos uniformemente repartida, como una especie de “éter” aristotélico responsable del incremento de la aceleración del Universo.

El mundo infinitesimal de las partículas y fuerzas elementales está bastante más estudiado y al menos la física cuántica, con todas sus lagunas, proporciona un conocimiento que ha demostrado ser cierto y ha servido de base para el desarrollo de la tecnología electrónica. No obstante hay todavía en lo infinitesimal un mundo desconocido, por el momento indetectable, que está alimentado de hipótesis como los universos paralelos o por el recientemente detectado Bosson de Higgs, u otras, que abren el camino de la coexistencia en espacio y tiempo con otras realidades que ni percibimos ni imaginamos. No podemos descartar que haya una realidad desconocida de las que los ovnis, las apariciones, los saltos en el tiempo o las manifestaciones en las que la conciencia sobrevive al cerebro, sean puntos de enlace por el momento indetectables que puedan llegar a hacernos entender como puede ser el futuro de la vida inteligente más allá de la aventura humana y como puede que sea la realidad existencial en los amplios confines del universo.

Los viajes interestelares parecen imposibles

viajes interestelaresHace 51 años del primer viaje orbital alrededor de la Tierra y 23 años del viaje a la Luna, pero los viajes interestelares parecen imposibles, porque las distancias son inmensas y los humanos tenemos una vida demasiado corta. En las dos últimas generaciones todo se ha acelerado y estamos cerca de conocer la programación de la vida humana, de clonar seres humanos y de artificializar funciones fisiológicas con nanorobots, pero no tenemos ni idea de que estamos haciendo en el Universo ni cual será nuestro futuro cuando las condiciones ambientales en la Tierra hagan imposible la vida humana.

Suponiendo que la tecnología estuviera lista para los viajes interestelares, los viajeros de llegada serían los descendientes de múltiples generaciones, y necesitarían que las condiciones en el punto de destino fueran apropiadas para la vida humana. Parece imposible y no soluciona nada, porque si las condiciones son favorables, la vida podría surgir allí sin que tenga que proceder de la Tierra. Es decir que los viajes interestelares parecen imposibles y además carecen de utilidad.

Puede elucubrarse que en algún tiempo futuro pudiera independizarse la mente humana del sustrato que la alberga y que viajara solo información y lo hiciera a la velocidad de la luz. La mente y/o conciencia incluiría la experiencia vivida, ideas, criterios, conceptos, valores, emociones, sentimientos, ….etc., un contenido que es pura información y teóricamente podría viajar a la velocidad de la luz. El sustrato de cuerpo humano no sería necesario en el punto de llegada porque, o bien se podría reconstruir a partir del código genético, que es también pura información, o bien la mente podría albergarse en otro sustrato más afín con las condiciones locales.

Con esta visión, hoy por hoy onírica, podría especularse si los viajes interestelares consistirían en externalizar la mente y conciencia de los viajeros para darles a su llegada otro cuerpo de su mismo código genético para continuar con su vida como cuando partieron de la Tierra. No se puede elucubrar mucho más y si de todas formas los viajes interestelares fueran imposibles, habrá que empezar a entender para qué sirve la vida humana y que hacemos aquí en la Tierra.

Vida extraterrestre

extraterrestreThe Royal Society” dedicó a principios de año su publicación “Philosophical Transactions” al tema de la vida extraterrestre. Es un tema de actualidad, porque los medios ahora disponibles de exploración del Universo permiten detectar planetas que orbitan alrededor de estrellas similares a nuestro sol. Se están detectando diversos planetas similares a la Tierra y parece que habrá pronto una escalada importante.

En dicha publicación, editada por Martin Dominik y John C. Zarnecki se plantean si el modelo de evolución de La Tierra será también el que opera en los planetas que puedan tener biosfera y si las formas de vida serían similares a la de los humanos. El artículo que publica Simon Conway, de la Universidad de Cambridge, sugiere para empezar que aunque los procesos físicos y químicos de la vida y sus límites son probablemente los mismos en cualquier parte del Universo, la diversidad de escenarios en los que puede aparecer la vida es mucho más amplia que la de La Tierra.

Conway indica como hipótesis poco probable que las biosferas que pueda haber en planetas extraterrestres sean estrictamente similares a la nuestra y que la inteligencia surja de forma inevitable. El conocimiento actual parece señalar que nosotros y nuestra biosfera son bastante únicos y que estamos solos en el Universo. Por lo tanto, parece que nos movemos entre dos posibilidades a cual peor: que en planetas lejanos nos encontremos a nosotros mismos o que no encontremos a nadie.

La cosa no ha hecho más que empezar pero plantea cuestiones importantes. Si estamos solos, ¿qué pintamos en el Universo? Si no estamos solos, ¿podremos estar en contacto? ¿Serán similares a nosotros o serán extraños y repulsivos? ¿Qué intenciones tendrán? ¿Cómo afectará a los humanos? De momento el programa SETI de detección de vida extraterrestre lleva 50 años de rodaje infructuoso pero no puede descartarse que un buen día aparezcan indicios sólidos de inteligencia extraterrestre.

Viajes interestelares

Cumpliéndose ya 50 años desde que Gagarin hizo el primer viaje orbital sobre la Tierra estamos muy lejos tan solo de pensar que algún día sean posibles los viajes interestelares, porque la inmensidad del universo contrasta patéticamente con la fragilidad y la corta vida de los seres vivos.

Nuestro sistema solar tiene más de 4.600 millones de años, pero el “homo sapiens” solo tiene unos 160.000 años de antigüedad y no aprendió a cultivar la tierra hasta hace unos 7000 años. Nos separan de Jesucristo tan solo 64 generaciones y cuando nacieron nuestros abuelos o bisabuelos todavía se creía que el futuro del Universo estaba determinado por leyes matemáticas.

Hace menos de cien años se formuló la mecánica cuántica, teoría de lo infinitamente pequeño que se ha comprobado que gobierna el comportamiento de los transistores y de los circuitos integrados, componentes esenciales de los aparatos electrónicos, y es la base de la química y de la biología moderna. La estructura helicoidal del ADN se formuló hace tan sólo 58 años y parece que hemos abierto el cauce para entender la programación de la vida humana.

El progreso de la inteligencia  humana en las dos últimas generaciones es notable y estamos a punto de clonar seres humanos y de artificializar funciones fisiológicas con nanorobots, pero no tenemos ni idea de que estamos haciendo en el Universo ni cual será nuestro futuro. La Tierra desaparecerá algún día, pero antes las condiciones ambientales harán imposible la vida humana, por lo que o bien la humanidad se extinguirá entonces o bien habremos emigrado hacia otro confín del Universo. Lo malo es que los viajes espaciales parecen imposibles pues para llegar a la estrella más cercana a nosotros, la Alfa del Centauro, la luz tarda cuatro años viajando a 300.000 Km. por segundo.

Hay en teoría dos fórmulas para los viajes espaciales lejanos: o bien transcurren múltiples generaciones durante el viaje y llegan algunos descendientes, o lo que viaja es solo información y lo hace a la velocidad de la luz. La primera posibilidad es bastante absurda porque no parece útil al Universo trasplantar la vida humana de unas estrellas a otras cuando puede generarla en cualquier parte como sucedió en la Tierra.

Queda la segunda posibilidad que parece la más lógica. El ser humano es al fin y al cabo un soporte biológico que alberga la información para manejar el cuerpo, para almacenar la experiencia vivida, parea alojar su libre albedrío y para agrupar en el subconsciente la conducta automática, las emociones y los sentimientos. El contenido es pura información y no cabe duda de que la tecnología se desarrollará hasta el punto de poder transmitirlo a la velocidad de la luz. El continente no será necesario transmitirlo porque se puede reconstruir en cualquier parte a partir del código genético que también es pura información.

Los viajes interestelares consistirían en una externalización de toda la información que caracteriza el conocimiento de las personas para poder darles a su llegada otro cuerpo fabricado con su mismo código genético, es decir un clon, y continuar con su vida como cuando partieron de la Tierra. Teniendo en cuenta que la vida humana se alargará considerablemente, habrá margen para viajar en nuestra galaxia dando continuidad a nuestra aventura humana. Si no fuera así no puede entenderse que hacemos aquí.

Vemos muy poco de lo que existe

lo que existeNuestra percepción de la realidad está muy limitada por los sentidos corporales y por la pobreza que todavía tienen los instrumentos con los que tratamos de llegar un poco más allá. Vemos muy poco de lo que existe.

De nuestros sentidos corporales, sólo la vista nos permite percibir cosas lejanas a nuestro entorno, pero lo que nuestros ojos detectan es una pequeña parte de la radiación electromagnética que es la comprendida entre 400 y 750 nanómetros (1 nanómetro = 0,000000001 metros). Aún así podemos llegar a distinguir directamente la espiral de Andrómeda, que es una galaxia “cercana”, pero lo que vemos es algo que existió hace 2.250.000 años. De lo que hay en el centro de nuestra propia galaxia, la Vía Láctea, solo nos llega radiación que fue emitida hace 27.700 años.

Hoy nuestros ojos ya sirven de poco para percibir lo que ocurre en el universo, pero disponemos de instrumentos que detectan y nos informan de la radiación electromagnética aunque sea infrarroja o ultravioleta. Sin embargo los instrumentos tampoco llegan “muy lejos” porque de la realidad existente de la que hay noticia directa o indirecta solo pueden detectar aproximadamente un 4%, ya que el 23% es materia oscura y el 73% energía oscura, es decir materia y energía que no se detecta por radiación porque solo interactúa con la gravedad, produciendo efectos gravitacionales que son los que dan indicación de su existencia.

La materia oscura incluye los agujeros negros, que son concentraciones de masa de las que la velocidad de escape es superior a la de la luz, incluye también materia intergaláctica no luminosa, WIMP´s (weakly interacting massive particles), que son partículas elementales que interactúan muy débilmente de las que solo el neutrino ha sido identificado, axiones, de existencia no demostrada,….etc. La energía oscura es mucho más enigmática y se supone que está más o menos uniformemente repartida, como una especie de “éter” aristotélico responsable del incremento de la aceleración del Universo.

La parte del mundo infinitesimal de las partículas y fuerzas elementales está bastante más estudiado y al menos la física cuántica, con todas sus lagunas, proporciona un conocimiento que ha demostrado ser cierto y ha servido de base para el desarrollo de la tecnología electrónica. No obstante hay todavía en lo infinitesimal un mundo desconocido, por el momento indetectable, que está alimentado de hipótesis como los universos paralelos o por el Bosson de Higgs, u otras, que abren el camino de la coexistencia en espacio y tiempo con otras realidades que ni percibimos ni imaginamos.

Siendo tan limitada nuestra percepción de la realidad hay que preguntarse si los sucesos extraños en los que alguien ve o detecta realidades extraordinarias como “apariciones”, “ovnis”,….etc., o tiene una visión de sucesos futuros, u otras manifestaciones que la ciencia descarta, no pudieran ser una especie de “contactos” con parte de la existencia que nos es totalmente desconocida y es por el momento indetectable.