Opiniones innecesarias

opiniones innecesariasDar opiniones innecesarias sobre personas es algo que compromete, porque da demasiadas referencias de quien eres, de cómo piensas y de que se puede esperar de ti.

Las ideas que nos formamos de las personas, y la información que transmitimos de ellas con palabras, gestos y actitudes, son pistas gratuitas que damos sobre nosotros mismos.

Son pistas que califican o descalifican por mucho tiempo y pueden ser un lastre cuando hay que proyectar buena imagen. Pueden hacer perder oportunidades que están al alcance.

Dar opiniones es una tendencia natural en las relaciones humanas, pero no conviene comprometerlas sin necesidad.

Es paradigmática la contestación que dio Churchill cuando le preguntaron qué opinaba de los franceses: «No puedo opinar porque no los conozco a todos».

 

Los nuevos parquímetros

parquimetroLos nuevos parquímetros instalados en Madrid eran innecesarios y nos están complicando y encareciendo el aparcamiento. Los parquímetros anteriores funcionaban razonablemente bien y todos nos habíamos acostumbrado a utilizarlos, para lo que bastaba echar las monedas según el tiempo de aparcamiento deseado de acuerdo con la tabla informativa de tiempos de aparcamiento y precios. Se puede decir que cumplían su función a satisfacción de los usuarios y que la recaudación llegaba correctamente al Ayuntamiento.

Los nuevos parquímetros parece que son en número menos que los anteriores, por lo menos yo ya he ido en un par de ocasiones a parquímetros cuya localización conocía y me los he encontrado mas lejos. Además ya me ha sucedido varias veces que he tenido que volver al coche otra vez para ver la matrícula ya que no tengo el hábito de memorizarlas. Tampoco entiendo la injerencia de que el Ayuntamiento controle las matriculas de quienes aparcan y tampoco me parece razonable que las matrículas antiguas paguen más con el cuento de la contaminación. Yo tengo un coche con 32 años de uso y estoy seguro de que contamina menos que el coche oficial de la Alcaldesa pues circulo muy poco con él.

La operación de los nuevos parquímetros es más complicada y entretenida que la de los anteriores y además uno no sabe hasta cuanto dinero echar pues no indican la información pertinente que los anteriores si ofrecían. Pero lo peor es que los nuevos parquímetros han supuesto una inversión innecesaria que pagaremos los contribuyentes o los usuarios. Iniciativas como esta pueden entenderse cuando sobra el dinero, pero no cuando en el país todavía estamos gastando mas dinero del que tenemos y la deuda sigue creciendo.

Somos lo que parecemos

Somos lo que parecemosCasi todos somos en esencia más o menos iguales y servimos para casi todo, aunque desde que nacemos nos vamos especializando y diferenciando. Pero para la sociedad somos lo que parecemos, o mejor dicho lo que la gente cree que somos.

La vida diaria es en realidad como un teatro en el que estamos interpretando aunque no seamos conscientes de ello. Si sabemos lo que queremos, tenemos claro el papel que queremos interpretar y podemos motivar mejor todo lo que decimos y hacemos, pero si no estamos seguros de lo que queremos tendremos que pasar más desapercibidos.

Somos actores que representan unos guiones escritos sobre la marcha improvisando y lo más importante de la representación es comunicar alegría, optimismo, simpatía y humanidad, para transmitir una idea positiva de quienes somos.

Conductas

ConductasLas personas solo muestran su verdadera forma de ser cuando ejercen algún poder porque es cuando su conducta realmente les compromete. Y conocer las conductas humanas ayuda a observar las actitudes y los comportamientos de las personas con las que nos relacionamos.

En un mundo que está conducido por las emociones y las pasiones, nuestra suerte depende demasiado de las relaciones humanas y de la influencia que podamos tener en ellas. Para progresar necesitamos entender como son las personas que nos rodean y como somos nosotros mismos.

El libro Conductas ayuda a formarse una idea de cómo se manifiestan los tres poderes de una persona y como determinan su actitud ante la vida y marcan sus posibilidades de progreso. Dedica especial atención a las conductas de las personas como los signos externos por los que podemos identificarlas.

Pero sobre todo muestra cual es el camino del progreso que todos tenemos a nuestro alcance aunque muy pocos sepan cómo avanzar por él sin quedarse estancados. Entender cuáles son los “motores” que impulsan el desarrollo y la madurez de las personas nos puede permitir vivir la vida con plenitud y llegar tan lejos como nos propongamos y nos permitan las limitaciones del ambiente.

Aznar ante el desafío soberanista

desafio soberanistaHoy, los medios de comunicación recogen las recientes declaraciones del ex-presidente Aznar ante el desafío soberanista y su mensaje de que «se debe poner fin al desfalco de soberanía nacional que se está llevando a cabo por parte del nacionalismo«. Son declaraciones que suenan bien e invitan a apoyarlas, pero no puede olvidarse uno de quien es Aznar y cuales fueron sus decisiones de gobierno cuando estaba en el poder.

Aznar asumió la presidencia del gobierno «cambiando cromos» con el nacionalismo catalán, lo que se tradujo en la transferencia a la Autonomía de Cataluña de las competencias de Educación y de Sanidad, nada menos que unos dos tercios del presupuesto. De repente, la oligarquía catalana se encontró administrando enormes cantidades de dinero, cuando ya se decía, incluso en sede parlamentaria, que por allí se cobraban comisiones de forma habitual, de lo que hoy en día tenemos noticias frecuentes. Mientras tanto el ex-presidente Aznar presumía de hablar en catalán en su casa en muestra de simpatía con el entorno de sus entonces aliados políticos. La ambición soberanista actual es consecuente con la necesidad de blindar el manejo de» la pasta».

Tampoco es ajena al desafío soberanista la decisión del gobierno Aznar de suprimir el servicio militar. Aparte de que pasar unos meses por la disciplina militar es positivo para la educación de la juventud, es en la milicia donde únicamente se inculcan los valores de la Patria y de la unidad en torno a la Bandera nacional. Los nacionalistas catalanes se apresuraron a sustituir el hueco ideológico que dejaba el servicio militar por el adoctrinamiento separatista sembrado en el sistema de educación que ya controlaban. Lo mejor que puede hacer Aznar ante el desafío soberanista es reconocer sus errores y en caso contrario guardar silencio.

Alcohol en el Congreso

alcoholicosEstos días mucho se ha hablado de el alcohol en el Congreso y de que se despachan «gin and tonics» y «whiskeys» a precios por debajo del de mercado y lamentablemente la crítica se ha centrado en que el servicio de bar está subvencionado, sin cuestionar la mayor de que en el Congreso se despachen bebidas alcohólicas. No parece oportuno que los Diputados desarrollen su labor entre copa y copa, y desde luego no es habitual que en cualquier centro de trabajo el personal de servicio beba alcohol. Es cierto que por lo general deben de aburrirse bastante, dado que la mayoría de los diputados parece que limitan su tarea a votar en el sentido que les «ordena» su jefe de fila, pero es preferible que jueguen con los computadores que también tienen con dinero público como ya se ha visto en algún caso.

Bromas aparte, puestos a ser consecuentes, debería preocuparnos más que un Diputado debata y vote bajo los efectos del alcohol que el que un ciclista suba el «Tourmalet» dopado. Ninguna de las dos tareas debe de hacerse estando dopado, pero las decisiones del Estado que afectan a todos los ciudadanos parece que tienen mayor trascendencia. No creo que hoy en nuestro país el alcohol en el Congreso sea un problema relevante, aunque pueda haber quien piense que influye en el tono agresivo de las intervenciones y los reproches continuos que se hacen unos a otros. Algún día, en algún país, se extenderá a los protagonistas de las grandes decisiones el control antidoping que se aplica hoy a los deportistas.

La Marca España

La marca EspañaEn nuestro país siempre nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena. Ahora que pasamos por circunstancias adversas de paro, déficit, deuda, falta de crecimiento, destrucción de puestos de trabajo, corrupción, y como consecuencia de todo ello de falta de credibilidad, se nos ocurre sacar pecho con la promoción de la Marca España. No es que esté mal promocionar la imagen del país pero había que haberlo hecho en circunstancias favorables y no empezar ahora a contrapelo.

Las muchas empresas españolas que han adquirido prestigio internacional no necesitan a la Marca España para seguir teniendo éxito, entre otras cosas porque se han diversificado y solo tienen en el país un cierto porcentaje de su riesgo. Es para ellas más bien un lastre. Y para las empresas que plantean su expansión internacional o que buscan inversión extranjera, no parece que el intangible de una simple promoción de marketing pueda cambiar el proyecto económico ni la credibilidad de sus cuentas.

Por otra parte, el concepto de España es por desgracia «discutido y discutible» (en expresión no lejana del anterior Presidente del Gobierno) y políticos nacionalistas con importante representación lo discuten y desafían abiertamente. No hay ni siquiera unidad de mercado en el país y en el exterior operan delegaciones comerciales de varias Autonomías que parecen contradecir la idea de la Marca España. Solo la Selección Nacional de Fútbol ha conseguido que la idea de España sea indiscutible para la mayoría de los ciudadanos, y eso porque su promoción se hace desde los éxitos y no desde las horas bajas que tantos años sufrió.

Quizás la mejor promoción que podría hacerse de la Marca España, aparte de arreglar los problemas de fondo, sea apoyarse en la buena racha de la Selección de Fútbol y dar por fin una letra al Himno Nacional que todos puedan cantar con pasión y devoción como si fuera nuestra Marsellesa.  Dejo aquí el enlace a la propuesta de Himno Nacional que ya hice el pasado 1 de julio.

Nueva aristocracia de los políticos

aristocracia de los politicosVivimos como vasallos de la nueva aristocracia de los políticos. Los líderes políticos tienen en teoría la vocación de servir a los demás, pero luchan por tener poder y por aumentarlo lo más posible y en realidad muchos de ellos sirven ante todo sus propios intereses. Les votamos por su comunicación mediática y sus principales argumentos son la imagen y la palabra. Dicen lo que la gente a la que se dirigen quiere escuchar, sabiendo que las promesas se diluyen y la memoria histórica es efímera y manipulable.

Las elecciones sirven para otorgar poder a personas que buscan el poder. Nadie presta dinero por sintonía emocional pero sin embargo designamos a los que organizan nuestra vida y manejan nuestro dinero por adhesión a su imagen. Los líderes políticos son elegidos democráticamente lo que no garantiza que vayan a tener un comportamiento democrático, pues la realidad está plagada de abusos de poder y de enriquecimientos ilícitos.

En épocas antiguas el dinero y el poder caminaban juntos y los señores feudales cobraban impuestos y manejaban las finanzas a su antojo y conveniencia. Servían al pueblo lo estrictamente necesario para que no se sublevara o para no gastar demasiado en reprimir el descontento social. La sociedad occidental fue evolucionando entre guerra y guerra, aumentando la presión del pueblo sobre la clase dirigente y se fueron creando instituciones que asumían el poder y el dinero de los señores feudales.

Entonces surgió la democracia como forma de gobierno, rescatada de épocas antiguas olvidadas. Después, la revolución industrial propició concentraciones proletarias de cuyo poder de coacción surgieron impulsos revolucionarios de reivindicación social. Las ideas de reparto de la riqueza, de justicia social, de que la soberanía reside en el pueblo, o de asumir el Estado en mayor o menor medida los medios de producción, han impulsado importantes transformaciones sociales.

Ahora, la convivencia democrática requiere que los que mandan sean elegidos por los ciudadanos. Pero el poder sigue siendo ejercido por personas concretas que tienen impulsos y motivaciones en esencia similares a las de los señores feudales de antaño, aunque hoy haya leyes e instituciones que velan por la paz, la libertad y la justicia. Los que mandan siguen siendo humanos y ya no son señores de horca y cuchillo, al menos en el mundo occidental, y no cometen los excesos de épocas pasadas, pero es porque no pueden y no porque la naturaleza humana haya mejorado.

Sigue habiendo sangre azul, pero ya no corre por las venas, sino que se conquista en la lucha por el poder, aunque se dan también muchos casos de transmisión del poder de padres a hijos. Es la aristocracia de los partidos políticos la que decide quien es el «heredero» tras un proceso de confrontación entre facciones y grupos de presión al estilo de las antiguas intrigas palaciegas. El “heredero” adquiere compromisos para repartir la tarta del poder, o eso es al menos lo que esperan quienes han contribuido a encumbrarle. Y de hecho la mano del poder reparte prebendas a sus fieles. Y si las cuentas del Estado se desbordan y no son suficientes para pagar los excesos del poder político, se recauda mas dinero del pueblo tal y como ocurría en épocas medievales. Es la nueva aristocracia de los políticos.

O buscas la solución o eres parte del problema

problemaO buscas la solución o eres parte del problema es una reflexión que cualquier persona que tenga responsabilidades debe siempre platearse. Es oportuno, especialmente en estos tiempos, para los responsables de las instituciones del Estado, partidos políticos, clase política, medios de comunicación, sindicatos, patronales, empresas y ciudadanos. Porque todas las noticias, comentarios y debates se ocupan casi exclusivamente en incidir sobre los detalles de los problemas, y en las continuas acusaciones de unos a otros, pero nadie plantea seriamente las soluciones que hay que aplicar. Y sin embargo los problemas básicos están suficientemente identificados para proceder a buscar soluciones.

Si los ciudadanos no tienen representante político ni cauces de participación, porque la soberanía reside en los partidos políticos,  habrá que devolver la soberanía a los ciudadanos. La sociedad debería estar debatiendo sobre un nuevo sistema electoral y no lo hace, y lo poco que se comenta se centra en el tópico de las listas abiertas. Casi nadie plantea adoptar el sistema de circunscripciones uninominales que es el que hay en las democracias occidentales relevantes. Si el poder judicial está controlado por los partidos y hay dos instancias supremas, habrá que discutir soluciones para su independencia y unidad. Si las leyes son tan permisivas que los delincuentes salen a la calle al día siguiente o los políticos y empresarios corruptos no van a la cárcel ni devuelven el dinero, habrá que discutir como endurecer las leyes. Si el Estado gasta más de lo que ingresa habrá que debatir la simplificación de sus estructuras. Si el Senado no sirve para nada habrá que plantearse suprimirlo. Y ….etc, etc, etc.

En lugar de discutir sobre las soluciones a aplicar, los políticos están peleándose unos con otros. Los unos para seguir gobernando sin abordar los cambios esenciales que habría que hacer,  los otros para la quimera de derribar un gobierno que tiene mayoría absoluta. Si discutieran sobre las soluciones con seriedad, sin demagogia, dejando aparte las rencillas y los intereses bastardos, probablemente tendrían unos y otros bastantes puntos de encuentro. Los medios de comunicación tendrían que ser más constructivos y dejar de dedicarse solo a «echar leña al fuego». O buscas la solución o eres parte del problema.

Bases democráticas en la Unión Europea

bases democraticasNo se entiende que en Europa los Estados Miembros hagan grandes esfuerzos en legislar la unidad monetaria, la unidad fiscal, la unidad bancaria…etc., y no se preocupen en absoluto de exigir que en el territorio de la Unión Europea existan las bases democráticas fundamentales sin las cuales no debería permitirse la integración ni la permanencia en el proyecto europeo.

Si un país no puede garantizar la separación de poderes no puede calificarse de democrático y esta carencia constituye una amenaza autocrática que no es compatible con el espíritu de unidad europea. Tampoco es compatible con el espíritu europeo que en un país no haya representación política de los ciudadanos ni cauces de participación en la actividad parlamentaria. Un país que obliga a que la soberanía popular esté delegada en los partidos políticos no cumple con las bases democráticas fundamentales que deberían ser exigibles a los países de la Unión.

Si la Unión Europea dedicara más atención a exigir estas bases democráticas fundamentales, en nuestro caso podríamos vernos obligados a legislar la separación de poderes y a adoptar un sistema electoral con circunscripciones uninominales, de forma que cada ciudadano supiera quién es su representante político y pudiera dirigirse a él siempre que lo desee. Si no lo exige la Unión Europea es casi imposible que lleguemos a tener las bases democráticas más elementales ya que no convienen a la clase dirigente porque sin ellas nos pueden seguir teniendo atrapados a los ciudadanos en un sistema autocrático disfrazado de democracia.