La madre de todas las reformas

la madre de todas las reformasTodos los que razonan un poco sobre la situación económica actual entienden que para que aumente el empleo tiene que haber crecimiento económico y que para que haya crecimiento económico tienen que aumentar las iniciativas empresariales y las inversiones. No hay que ser muy listo para entender que el crecimiento económico no es posible si no somos capaces de hacer reformas que generen credibilidad y confianza en el futuro económico.

Partiendo de un déficit que llegó a escalar al 11% y de una deuda total con el exterior en torno al 300% del PIB, empleando el 4% del PIB en aumentar año a año la plantilla del Estado y desplomándose la construcción que suponía el 12% del PIB, es evidente que hay que hacer reformas. Nadie en su sano juicio puede argumentar en contra y de hecho nadie lo hace.

Otra cuestión es qué reformas hay que hacer y quién las hace. Quién las hace está muy claro que tiene que ser el Gobierno que los ciudadanos han elegido por mayoría absoluta. Qué reformas deben hacerse tendrá que ser también el Gobierno y el Parlamento quien las decida, a ser posible con amplia mayoría, después de asesorarse y de escuchar las propuestas de los ciudadanos, aunque esto último no es posible debido a que la soberanía popular está intervenida por los partidos políticos.

Por desgracia los ciudadanos estamos al margen y no podemos opinar. No tenemos otra opción que dejar hacer las reformas al Gobierno que hemos elegido. Desde luego es mejor opción que hacer caso a todos los mequetrefes, chisgarabís, zascandiles y calandracos que se lanzan a la calle para tratar de imponer otra voluntad que la que dieron las urnas. Otra cosa sería si en la calle se pidiera hacer la madre de todas las reformas, base de todas las demás, un sistema electoral con circunscripciones uninominales para articular la representación y participación popular.

Vivir con pensamiento positivo

pensamiento positivoLos medios de comunicación difunden el pesimismo nacional, las protestas de los profesionales, los funcionarios, los autónomos, los asalariados, los parados, los empresarios, los sindicatos…etc. Parece que todo es negro y que estamos condenados al fracaso. Casi todo es pensamiento negativo y el pensamiento positivo en general brilla por su ausencia. A todos los que protestan les transportaría al tiempo de sus abuelos a vivir como vivían ellos y a meditar sobre lo poco que han contribuido ellos al bienestar actual y sobre el país «de alpargata» que teníamos en tiempos no muy lejanos. Y no digamos si hubieran nacido en ciertos países subdesarrollados.

Una cosa es discrepar de las decisiones, proponer soluciones alternativas, oponerse a ciertas medidas, …etc, y otra es el radicalismo negativo de que todo es un desastre y que los demás tienen la culpa de todo. Los derechos que todos estos protestantes creen tener, no se por que motivo, sería imposible satisfacerlos incluso por el Rey Midas o por el tío Gilito, sencillamente porque ya no es ni siquiera una cuestión de dinero. El pensamiento negativo es una espiral que genera pobreza, amplifica los problemas y hace difícil que prosperen las posibles soluciones, que seguro que las hay.

Es complicado decirles a quienes les desahucian de su casa o a los millones de parados que tengan pensamiento positivo,  pero también es cierto que incluso en las situaciones más difíciles es bueno tener esperanza en las propias fuerzas o en conseguir las ayudas necesarias, y ambas cosas son muy difíciles con un ambiente tan negativo como el que nos envuelve. También es cierto que para ser optimista y mentalizarse de forma positiva tendría que ser posible la participación ciudadana, lo que no permite la ley electoral vigente. Con una ley electoral basada en circunscripciones uninominales, los ciudadanos tendrían un cauce natural de participación y no tendrían que estar siempre reclamando en la calle.

Con pensamiento positivo viviríamos de otra manera, quizás de la misma forma, pero sin mortificarnos, ni por ello volver la cara los problemas. Los políticos que administran el país y los que están en la oposición, deberían velar por la satisfacción de los ciudadanos, y desde luego no pretender beneficios imposibles fuera del marco legal. Y desde luego deberían ponerse de acuerdo unos y otros aparcando los intereses electorales. Mucho nos quejamos de Alemania, pero ellos han seguido este camino y el éxito está a la vista.

La política del partido socialista

 

partido socialistaNo está nada claro lo que actualmente defiende el partido socialista aparte de tener la actitud radical negativa de oponerse a todo lo que haga el Gobierno y de apoyar todas las protestas callejeras. Su propuesta política actual considera que no hay que recortar prestaciones sociales para ajustar la economía, aunque lo hizo cuando gobernaba, y que se puede seguir viviendo con gastos que no se pueden pagar, con un déficit como el del 9,4% del pasado año. Es cierto que el Gobierno podría recortar con prioridad otros gastos de menor impacto social y es lamentable que no lo haga, pero muchos de ellos requieren que el partido socialista tenga una actitud positiva, o por lo menos la falta de esta actitud es una escusa para ignorarlos. Tampoco contribuye a la cooperación el recuerdo de que tampoco contaban en el pasado con la actitud positiva de la oposición cuando gobernaban.
Dejando a un lado la cuestión emocional, que genera adhesiones inquebrantables, el ciudadano que reflexiona dejando la pasión a un lado, espera que un partido socialista defienda que la sociedad progrese en igualdad, pero sobre todo en igualdad económica, es decir en ensanchar la clase media, incorporando las capas sociales más desfavorecidas. De poco sirven las «igualdades» puramente ideológicas (que también son dignas de atención) si amplias capas ciudadanas viven bajo el umbral de la pobreza. El ciudadano que piensa un poco, lo que quiere es que los gobernantes administren austera y sabiamente el bien común y que procuren que haya prosperidad y oportunidades y votará «en contra» del partido que no lo haga. Mas allá de esto, los ciudadanos tienen sus preferencias ideológicas y según ellas votarán a unos u a otros, dentro de las deficiencias del sistema electoral actual.

En la actualidad el Gobierno tiene el apoyo mayoritario de la sociedad y hay que asumir que las decisiones que toma tienen por tanto apoyo mayoritario, aunque ciertamente, debido a que el sistema electoral actual impide la participación ciudadana, el verdadero apoyo no se sabrá hasta dentro de cuatro años. Pero es lo que tenemos, en buena parte porque así lo quiso el partido socialista cuando se adoptó el sistema electoral vigente. Hay por lo tanto que dejar al Gobierno que gobierne y hacer oposición con proposiciones alternativas a las decisiones planteadas, para lo que los exabruptos parlamentarios y la algarabía en las calles ayuda muy poco. La estrategia de desatar pasiones y provocar rechazos viscerales buscando el «quítate tu que me pongo yo» es lamentable y deja traslucir que los valores que se defienden no son realmente socialistas sino los de beneficiarse de las prebendas que se consiguen estando en el poder.

Un partido socialista que defendiera el poder adquisitivo de las clases más desfavorecidas, promoviera otros principios ideológicos de igualdad pero defendiera las libertades individuales, hiciera contribuciones positivas para la superación de las dificultades económicas sin dejar de hacer oposición, dejara de apoyar el desorden callejero, y estuviera dispuesto a hacer un pacto con el partido popular para simplificar y abaratar la administración del Estado, para reformar la ley electoral introduciendo la verdadera representación y participación ciudadana, y de paso legislar la total independencia del poder judicial, contaría con un amplio apoyo ciudadano. Además dejaría en evidencia al partido del Gobierno si deja pasar la oportunidad de consensuar materias que puede entenderse que merecen apoyo si son bien explicadas.

Clases de líderes políticos

lideres politicosHay diferentes clases de líderes políticos según su forma de actuar para llevar a cabo las actividades y proyectos. Los líderes autoritarios anteponen el principio de autoridad y suelen generar tensión y estrés. Los líderes pragmáticos se centran en los objetivos que pretenden alcanzar y procuran guiarse por la razón. Los líderes idealistas se guían más por las ideas que por las razones y tienden a desconectarse de la realidad. Los líderes utópicos se suelen guiar por meras conjeturas y se esfuerzan en objetivos imposibles.

Todos ellos pueden situarse en cualquier posición en el espectro político: ser conservadores, poco partidarios de cambios en la sociedad; ser estatalistas, partidarios de incrementar la intervención del estado en la economía, ser liberales, partidarios de desarrollar la iniciativa privada; o ser teócratas y anteponer preceptos doctrinales. Según su ideología y sus actitudes, se muestran el la figura dieciséis clases de líderes que oportunamente iremos describiendo.

Separatismo y ley electoral

separatismo y ley electoralHay una estrecha relación entre separatismo y ley electoral porque el sistema electoral favorece que haya que «comprar» votos a minorías oportunistas que viven de la propaganda identitaria. El sistema electoral de listas de partidos tiene la carencia fundamental de que el ciudadano no tiene representante político ni puede en consecuencia participar en el desarrollo legislativo, lo que hemos señalado en muchas ocasiones anteriores.

Este sistema tiene además la nefasta consecuencia de que produce resultados precarios que raramente permiten un gobierno de mayoría absoluta. El partido mayoritario se ve obligado a «comprar» votos para completar su mayoría y de aquí la relación entre separatismo y ley electoral, pues la dinámica de «compra» otorga poder y dinero a pequeñas minorías oportunistas que emplean su poder y siembran a su vez dinero para extender la identidad separatista y el odio al «opresor» y naturalmente incrementar sus patrimonios personales.

El sistema electoral vigente en las principales democracias electorales, en el que hay tantas circunscripciones electorales como diputados a elegir, además de proporcionar la autentica representación y participación política, suele proporcionar amplias mayorías, lo que impide la funesta relación entre separatismo y ley electoral que se produce en España. Esto no quiere decir que las minorías auténticas quedaran desatendidas pues dicho sistema es precisamente el que mas protege a las minorías autenticas ley a ley, semana a semana, a través del entramado de la representación y participación política. Lo que no facilita, es la defensa de intereses de minorías fabricadas por el uso oportunista de la sinergia entre separatismo y ley electoral.

Resistencia al cambio

resistencia al cambioLa resistencia al cambio es en España habitual y es raro que dimita de su cargo un político por muy insostenible que sea su situación y por muy evidente que sea la voluntad popular de que lo haga. Son gente que disfruta de puestos de trabajo a salvo de despidos, restructuraciones o expedientes de regulación.

La resistencia al cambio está presente en los relevos después de los procesos electorales. Los cargos del Gobierno, de las Comunidades Autónomas, Ayuntamientos, Diputaciones,….etc., siguen en sus puestos por largos periodos antes de ser sustituidos por los nuevos equipos, lo que se ha convertido en un hecho cultural de resistencia al cambio que nadie discute.

Unas veces la resistencia al cambio se justifica por posibles pactos poselectorales, pero en muchas otras no hay nada que discutir sino resultados claros que acatar. No entiendo porque los relevos que no dependen de pactos no son inmediatos, ni porque cuando no hay mayoría absoluta no asume directamente el poder la lista más votada sin pactos a espaldas de los electores. La segunda vuelta podría resolver esta situación, aunque la verdadera solución es la circunscripción unipersonal.

Los periodos prolongados de resistencia al cambio tienen dos consecuencias nefastas. La primera es que no hay gobierno, porque el que está “en funciones” está de retirada y no tiene interés en solucionar problemas sino más bien todo lo contrario. La segunda es el margen que deja para manipular la información y destruir documentos.

Letra del Himno Nacional y la Roja

Himno nacionalA continuación propongo una letra del Himno Nacional y la Roja para comenzar a superar el hecho de que la letra del himno nacional sea inexistente, lo que es una de las causas de que en España haya falta de unidad y cada uno vaya por su lado aun en los momentos más críticos. Produce envidia ver como en cualquier celebración los franceses entonan fervorosamente «La Marsellesa» o los británicos el «God Save the Queen» mientras que en España tenemos que entonar el «chunda, chunda, tachunda chunda chunda….».

La bandera española es considerada por muchos como un símbolo fascista del que hay que avergonzarse y cuando los sindicatos convocan una manifestación, por la razón que sea, aparecen banderas republicanas. Y hay regiones españolas en las que exhibir la bandera española es causa de problemas, mientras que en EEUU o en el Reino Unido utilizan los colores de la bandera nacional con orgullo para los usos más diversos.

Sin embargo ha surgido en los últimos años el fenómeno nuevo de «la Roja», que es lo único une a los españoles bajo la bandera nacional sin mayor distinción de nacionalismos ni ideologías. En el día de hoy, en el que se juega la final de la Eurocopa, podemos ver la bandera española en coches, rostros, vestidos,….etc., y desde luego en muchos más balcones que cuando se celebra la fiesta nacional. Creo que hay que aprovechar este único nexo de unión patriótica entre españoles y darle de una vez una letra al himno nacional centrada solo en el fútbol y huyendo de cualquier matiz político. A continuación mi propuesta:

Aúpa la Roja – que siendo campeona – del fútbol mundial – no cesa de triunfar

Aúpa la Roja – que con el tiki taka – sabe encontrar – el camino del gol

Aúpa la Roja – de los Iniestas, Xavis, – Ramos y Piqués, – Casillas y Busquets

Todos unidos – cantemos con Reina – los triunfos que la Roja – nos conseguirá

Porque no quieren llamarle rescate

rescateSe entiende porque no quieren llamarle rescate al programa de ayuda a los bancos, si examinamos las cinco acepciones  de la palabra rescatar en el diccionario de la Real Academia de la Lengua:

1. Recobrar por precio o por fuerza lo que el enemigo ha cogido, y, por ext., cualquier cosa que pasó a mano ajena. Si quien paga es Europa, aparte de considerarnos enemigos, se supondría que es para quitarnos lo que previamente les hemos arrebatado.

2. Cambiar o trocar oro u otros objetos preciosos por mercancías ordinarias. Es decir que nos darían gato por liebre

3. Liberar de un peligro, daño, trabajo, molestia, opresión,…. etc. Parece, según precedentes, que la liberación del peligro es a costa de daño, trabajo, molestia y opresión.

4. Recobrar el tiempo o la ocasión perdidos. Efectivamente parece que recobraríamos la situación de hace dos décadas más para mal que para bien.

5. Recuperar para su uso algún objeto que se tenía olvidado, estropeado o perdido. Supongo que sería el manual de la buena administración, o quizás, en sentido figurado, la ética, la moral y la decencia. No estaría mal.

Lo que está por ver es si los políticos europeos son diferentes o son más de lo mismo.

Burbuja del gasto público

gasto publicoLa burbuja del gasto público es tan peligrosa o más que la del ladrillo. Un experto economista que opinaba hace un par de días en «El Confidencial «sobre la situación económica lamentándose del silencio respecto a los detalles de las relaciones inconfesables cajas/casta política/promotores corruptos. Parece evidente que estas «relaciones inconfesables» han impulsado al sector de la construcción mucho más lejos de lo razonable al amparo del ciclo de bonanza económica de los últimos años. Estos excesos son los que ahora, en las horas bajas de la economía, han provocado que las cajas tengan créditos incobrables por miles de millones de euros que de una u otra forma tiene que reponerlos la sociedad. Parece obvio que estas operaciones fallidas sean investigadas a fondo, pero no se ve progreso al respecto. Están sin aclarar incluso casos señalados como el de la construcción del aeropuerto que supuso el fin de la Caja Castilla-La Mancha.

La burbuja del ladrillo ha explotado y de una u otra forma la tenemos que pagar los ciudadanos. Sin embargo la burbuja del gasto público no parece que pueda explotar porque depende de los propios políticos y no parece que estén por la labor. La administración está sobredimensionada con autonomías, diputaciones, ayuntamientos, con duplicidades, solapamientos e ineficiencias por falta de unidad, asesores, subvenciones innecesarias e incluso escandalosas, coches oficiales, guardaespaldas, …etc., que es un conjunto insostenible a largo plazo.

La burbuja del gasto público solo puede explotar si deciden hacerlo los propios políticos porque los ciudadanos no podemos hacer nada aparte de votar cada cuatro años para que gobierne uno de los dos partidos mayoritarios. Otra cosa sería si en nuestro país tuviéramos el sistema electoral vigente en los países desarrollados, reforma que es la primera que hay que hacer porque es la llave de todas las demás.

De todas formas si la burbuja del gasto público no explota, la harán explotar los europeos a través del mecanismo de la intervención, o bien volveremos a la antigua divisa y nos empobreceremos todavía más.

El juego limpio es una ley universal

juego linpioEl juego limpio es la ley de la gravedad de la conducta, pero igual que la luz curva su trayectoria con la masa, el juego limpio lo distorsionan las personas.

En un mundo ideal en el que todos fueran con la verdad por delante, sólo se acabarían imponiendo cosas razonables. Quien no juega limpio no inspira confianza ni a sus más directos compañeros o amigos. Quien actúa con nobleza suele quedar satisfecho de lo que hace y la gente lo agradece aunque tenga otros puntos de vista y no apruebe sus actuaciones. Otra cosa es que consiga resultados prácticos.

Suele ser compatible defender intereses y hacerlo con ética, aunque hay ocasiones y ambientes en los que sólo se consiguen resultados con malicia. Hasta en la guerra hay normas internacionales que previenen contra el uso de armas inaceptables.

La ética inspira confianza y facilita las relaciones con las personas aunque piensen de otra forma o tengan intereses diferentes. La conducta humana incluye reacciones emocionales que a menudo se separan de la ética, pero siempre hay margen para analizar los hechos en frío y reflexionar para consumo interno.