Cómo vivir más y mejor

Cómo vivir más y mejor: ....una armonía que proporciona felicidad y prolonga la vida de [Serrano de Entrambasaguas, Guillermo]

Cómo vivir más y mejor te ayuda a conseguir tener una armonía en tu conciencia para reducir el estrés, tener las ideas claras y que tu cerebro trabaje con alto rendimiento.

Una tensión mental excesiva produce poco a poco deterioros orgánicos y enfermedades de las que la causa principal es el estrés. Las situaciones que afrontas a diario deforman tu visión de la realidad y te hacen acumular estrés y consumir más energía, lo que perjudica a tu salud y acelera el envejecimiento.

Para vivir más y mejor tienes que tener ideas claras, reflexionando cada cierto tiempo para restablecer la armonía en tu pensamiento y mejorar las respuestas emocionales del Subconsciente cuando tengas que reaccionar sin tiempo para pensar.

Te invito con «Cómo vivir más y mejor» a reflexionar sobre las cuestiones que afectan a tu vida diaria con la ayuda de 114 pautas, provisiones y cautelas. Son como 114 «píldoras», sobre las que puedes meditar y razonar hasta que tu Conciencia tome posición. Es una especie de «visita guiada» que no pretende adoctrinar sino provocar que tu pensamiento tenga sobre ellas sus propias conclusiones y puedan decantarse en el debate interno de tu Subconsciente.

Estas 114 reflexiones no incluyen de forma exhaustiva todas las que puedan ser fundamentales, pero son un conjunto coherente de cuestiones sobre las que tienes que tener ideas que no se contradigan ni necesites estar continuamente revisando.

Con ideas claras, tus esquemas mentales serán simples y coherentes y conseguirás una armonía mental que proporciona felicidad y prolonga la vida. Un fondo de paz y tranquilidad que te ayudará a obrar con acierto. El trabajo de tu cerebro será más eficiente y podrá extender su vida durante más años para permitirte vivir más y mejor.

Si sigues la disciplina que te propone «Cómo vivir más y mejor», tendrás una visión más simple y práctica del mundo que te rodea y arrojarás luz en tu Conciencia sobre muchos ángulos obscuros que te atormentan y condicionan. Es como tener un faro que ilumina tu camino para que no caigas en las trampas que la vida diaria te tiende.

Discriminación por edad

Discriminación por edadLa discriminación por edad se estima la sufren en alguna de sus formas un 30% de la población y sin embargo casi nadie la cuestiona. Hace tres días comentaban en la radio el caso de un conductor de 80 años que por error circulaba por la calzada equivocada de una autopista y debatían sobre si debería retirarse el carnet de conducir a partir de una cierta edad.

En otra ocasión comentaban el caso de un joven de veinte años que fue condenado a tres años de cárcel por conducir borracho a 120 Km/h en un tramo limitado a 40 Km/h y tener un accidente en el murieron tres personas. Dicho joven fue por cierto indultado y a nadie se le ocurrió plantear prohibir conducir a los jóvenes, aunque si nos guiáramos por estadísticas hay muchísimos más accidentes de conductores jóvenes que de personas de elevada edad

Yo recordaba que hace algún tiempo me expulsaron de una clase de gimnasia de mantenimiento en un polideportivo municipal por tener más de 65 años, estando en plena forma, teniendo el correspondiente certificado médico y habiendo firmado un descargo de responsabilidad. Se daba además la circunstancia de que hacía más abdominales y corría más la mayoría de los compañeros de clase, incluida gente de 40 años de edad. Me ofrecían integrarme en otra clase para “ancianos” que era muy floja y no se adecuaba a mis necesidades de hacer ejercicio. Escribí al entonces alcalde de Madrid y recibí contestación del subalterno de otro subalterno avalando la norma existente. Lamentable.

Espíritu alegre

Espíritu alegreUn espíritu alegre es como un talismán, que siempre te ayudará a encontrar soluciones en las encrucijadas de la vida. Es como tener una llave maestra para atravesar las cancelas que cierran tus caminos.

El ánimo positivo de ver el lado bueno de las cosas es un bálsamo milagroso que lubrica toda tu ma­quinaria. Todo te resulta más fácil y tienes fuerzas para todo, hasta para acechar nuevas oportunidades. La tristeza es, en cambio, un freno que disipa la energía y hace más difícil la actividad. Los espíritus tristes son como sumideros que ordeñan nuestra alegría, parásitos que lastran nuestras conciencias.

Con un talante alegre comprenderás que en cada vivencia hay una enseñanza, y que los fracasos forman parte de tu vida y sirven para aprender, y que el dolor, la amargura, y la desgracia, son experiencias que agitan tu sensibilidad y que templan y afinan tu identidad. La alegría de ser, de sentir, de sufrir, de querer, de tener esperanza y deseos de alcanzar todo lo lejano, es como un aura protector, aliado de la suerte, que te inspira y te da seguridad. Es como un manantial que baña de pensamiento positivo a los que te rodean.

Pero no es algo que puedas proponerte conseguir, porque ni es un objetivo ni se puede programar. Es como respirar, un reflejo automático del subconscien­te que sólo adquieren los espíritus comprometidos en la cruzada del conocimiento.

Solos en la sociedad

solos en la sociedadEstamos solos en la sociedad. Los problemas que no pueda resolver uno mismo nadie los va a solucionar salvo casos muy concretos. Aparte de la tutela de familiares próximos o amigos de verdad, estamos bastante solos en la sociedad y nadie va a echarnos una mano gratuitamente. Pedir ayuda fuera del núcleo más íntimo, es un último recurso porque implica dependencias y eventualmente frustraciones.

Lo ideal es no tener intereses ni compromisos con las personas con las que nos relacionamos sino simplemente compartir con ellas momentos, ocupaciones y ocasionalmente favores. Si alguien te hace un favor le correspondes con otro favor cuando se presenta la ocasión. Otras veces. puede ser necesario que alguien te resuelva algo que no puedes contratar como un servicio sin saber si podrás corresponder, lo que supone adquirir una dependencia.

La convivencia más normal y menos comprometida requiere no endosar problemas a los demás sin nada a cambio ni pedir favores que sean molestos de satisfacer.

Credibilidad

credibilidadLa credibilidad es una especie de halo que emana de la persona y que los demás perciben. La gente saca conclusiones de la validez de las cosas que hacemos según perciban nuestra credibilidad. Es una valoración que puede tener fundamento real pero es más bien una valoración irracional que hace que la percepción de lo que se hace tenga mayor impacto que lo que realmente se hace.

Lograr el reconocimiento de las personas requiere tiempo y esfuerzos considerables. Quien inspira confianza tiene credibilidad y todo lo que haga tendrá más posibilidades de ser aceptado. Nunca se tiene crédito desde el principio sino que hay que ganarlo poco a poco y cuando se gana hay que conservarlo y no perderlo.

Sin embargo, aunque sea injusto, no podemos perder de vista que las personas no valoran la credibilidad de forma objetiva sino que lo hacen de forma bastante irracional, más bien por intuición.

Continuamente observados

observadosPor el mero hecho de vivir propagamos datos sobre nosotros y sobre nuestra conducta que están siendo continuamente observados. Pero no podemos mostrar siempre una cara amable porque la actividad de la vida diaria nos hace adoptar posturas que pueden no serlo. Si vivimos de espaldas a la gente sin importarnos lo que piensan los demás podemos parecer egoístas y sólo por esto tener enemigos. Pero, también, si vivimos demasiado pendientes de lo que piensan los demás nos complicamos demasiado la vida.

Además las valoraciones que hacen de nosotros, igual que las que nosotros hacemos de los demás, pueden ser emocionales y no tener una clara explicación. Pueden influir cuestiones tales como si somos altos, bajos, guapos, feos, o si tenemos una expresión tensa o relajada, si somos amables o antipáticos, o por lo que decimos, aunque sean cosas intrascendentes. La gente hace una valoración de conjunto y concluye si les inspiras interés, aversión o indiferencia.

Opiniones y consejos

opiniones y consejosRespetar las opiniones de las personas con las que nos relacionamos es una norma de convivencia que siempre se agradece. No cuesta nada dejar pasar las opiniones de los demás sin sentirnos obligados a confrontarlas y en todo caso las discrepancias son siempre legítimas y pueden ser educadamente presentadas.

Otra forma de ser respetuoso es no dar consejos si no te los piden y si realmente no te interesa darlos. Hay que tener presente que nadie escarmienta en cabeza ajena y que dar consejos puede crear enemistades.

Somos lo que parecemos

Somos lo que parecemosCasi todos somos en esencia más o menos iguales y servimos para casi todo, aunque desde que nacemos nos vamos especializando y diferenciando. Pero para la sociedad somos lo que parecemos, o mejor dicho lo que la gente cree que somos.

La vida diaria es en realidad como un teatro en el que estamos interpretando aunque no seamos conscientes de ello. Si sabemos lo que queremos, tenemos claro el papel que queremos interpretar y podemos motivar mejor todo lo que decimos y hacemos, pero si no estamos seguros de lo que queremos tendremos que pasar más desapercibidos.

Somos actores que representan unos guiones escritos sobre la marcha improvisando y lo más importante de la representación es comunicar alegría, optimismo, simpatía y humanidad, para transmitir una idea positiva de quienes somos.

Opiniones radicales

Opiniones radicalesSi comunicamos opiniones radicales estamos proyectando a la vez una imagen radical de nosotros mismos. Es cuestión a valorar en cada ambiente hasta que punto nos interesa y podemos permitirnos expresar opiniones radicales, porque muchas veces es preferible comprometer ideas sólo con opiniones que estén ya muy extendidas.

Por lo general no ganamos nada con que otras personas conozcan lo que pensamos de algo o de alguien, sobre todo si no estamos seguros de que va a ser una opinión compartida en los ambientes con los que más nos identificamos.

No aporta utilidad dar opiniones comprometidas sobre personas o sobre cuestiones concretas si no es para conseguir algo y en todo caso sin tener alguna seguridad de que tienen fundamento. Siempre hay que tener en cuenta que las opiniones radicales pueden ser difundidas y distorsionadas con matices añadidos.

Las opiniones comprometen

Las opinionesMuchas veces somos demasiado ligeros aventurando opiniones sobre personas o sobre determinadas cuestiones sin advertir que las opiniones comprometen porque dan demasiadas referencias de quienes somos, de cómo pensamos y de que se puede esperar de nosotros.

Las ideas que nos formamos de las personas, y la información que transmitimos de ellas con palabras, gestos y actitudes, son pistas gratuitas que damos sobre nosotros mismos. Son pistas que nos califican o descalifican por mucho tiempo y pueden ser un lastre cuando necesitamos proyectar buena imagen. Nos pueden hacer perder oportunidades que están al alcance.

Opinar sobre las personas es una tendencia natural en las relaciones humanas, pero no es conveniente hacerlo sin necesidad porque las opiniones comprometen. Un buen ejemplo es lo que contestó Churchill cuando le preguntaron qué opinaba de los franceses: «No puedo opinar porque no los conozco a todos».