Paco Valencia

Ayer perdí a uno de mis amigos, Paco Valencia, con quien compartí seis años en la universidad y en el servicio militar. Hacía tiempo que no nos veíamos pero seguía siendo un amigo entrañable. Su ausencia deja un sentimiento de soledad, amargura y tristeza. Descanse en paz.

Al ir cumpliendo años te vas dando cuenta que lo que te ata al mundo son las relaciones humanas muy por encima de todo lo demás. De ellas hay un núcleo duro que es la familia y otro casi igual de duro y en ocasiones incluso más que son los amigos de verdad.

Más superficialmente te relacionas con otros amigos, que en realidad son simples conocidos, a veces con mucha frecuencia, y también con otras personas más desconocidas que ocasionalmente se cruzan tu camino. También con desconocidos e incluso con personas hostiles.

A veces la frontera entre los amigos y los simplemente conocidos no se dibuja con claridad. Te vas dando cuenta con los años y con experiencias muy concretas que lo prueban, pero entretanto es muy común situar equivocadamente a quienes más conoces del lado de los amigos.

Por lo general, los verdaderos amigos se hacen en la infancia o en la juventud, cuando la convivencia es más prolongada y no hay intereses significativos en juego. También porque compartes aventuras y emociones que no son frecuentes después en las relaciones profesionales.

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