Pactos de legislatura

imagesPor su actualidad, reproduzco a continuación lo que ya escribí en mayo de 2015:

Hay tres reformas que son necesarias en nuestro país y que no puede acometer ningún gobierno porque requieren pactos políticos:

1).- Modificar la Constitución para que los tres poderes del Estado sean realmente independientes y para que haya un sistema electoral en el que cada ciudadano tenga un diputado concreto que le represente y pueda a través de él participar en el desarrollo político si así lo desea.

2).- Reducir la estructura del Estado, el gasto y los impuestos, sin dejar de atender prioritariamente las necesidades sociales básicas.

3).- Dar prioridad a la educación y no contaminarla con doctrina ideológica para que haya un desarrollo libre del conocimiento y de la conciencia popular.

Un sistema electoral que garantice a cada ciudadano la “representación” y “participación” y la separación de los tres poderes del Estado son necesarios para que el sistema político sea una democracia y no una oligarquía.

La reducción de la estructura del Estado para suprimir gastos innecesarios e insostenibles pasa por la revisión del sistema de autonomías que cada vez se complica más y consume más recursos. Paradógicamente, los partidos mas entusiastas con la “igualdad” están tan contentos con que que las diecisiete autonomías vayan siendo cada vez más diferentes y crezcan los agravios comparativos para los ciudadanos.

El problema es que estos cambios requieren amplias mayorías y los políticos no están dispuestos a hacer pactos de este tipo. No tienen la categoría suficiente para entender estas necesidades ni para “ver” hacia el futuro y además anteponen sus propios intereses.

El líder del partido socialista ha sido explicito indicando que puede pactar con cualquier partido con la excepción del partido popular y los defensores del terrorismo, lo que supone destruir de antemano cualquier posibilidad de hacer estas reformas. Esta declaración dificulta también que haya mayorías de gobierno en muchas comunidades y ayuntamientos y también a nivel nacional. Dicho líder parece que apuesta por un “frente popular” que estaría lejos de hacer estas reformas. Esperemos que sus propios compañeros de partido le “muevan la silla” y haya mejores oportunidades en la próxima legislatura.

Reforma de la Constitución

Constitución españolaEs lamentable que los políticos hablen de la reforma de la Constitución sin decir claramente que es lo que quieren incluir y para qué y ninguno se refiera a las tres carencias básicas del texto constitucional, realmente urgentes de corregir, por las que nuestro sistema político es en la práctica escasamente democrático:

Una de ellas es la independencia del poder judicial, lo que por obvio no requiere mas comentario. Otra es la representación política de los ciudadanos, hoy en día inexistente ya que el ciudadano no tiene un representante concreto a quien pueda dirigirse como sucede en los principales países desarrollados. La soberanía está delegada a los partidos políticos y los diputados representan únicamente a quien les puso en la lista. La tercera carencia es la participación, que es consecuencia de la falta de representación. Para corregir estas dos últimas carencias sería preciso cambiar la ley electoral para adoptar el sistema de circunscripciones uninominales como en el Reino Unido, Japón, EEUU, Alemania, Francia, Canadá,…etc.

Sin embargo leemos todos los días propuestas inconcretas para la reforma de la Constitución. El líder del PSOE dice que «hay que avanzar en el federalismo» sin advertir que nuestro país es hoy en día más federalista que Alemania, con 17 autonomías que tienen descentralizadas las competencias que incluyen la mayoría de la actividad económica. Dice incluso que «el título VIII es letra muerta y que hay que dar salida a las necesidades de las Comunidades Autónomas», posiblemente refiriéndose a la «salida» total, porque su planteamiento está claramente basado en desmembrar todavía más el Estado para contentar a los separatistas catalanes, cosa además imposible. Otro líder político de nueva aparición habla de «abrir el candado», refiriéndose a todo lo acordado por consenso en la transición, seguramente para echar acto seguido otro candado de mayor alcance como el que mantuvo encerrados durante décadas a los países del este europeo.

Monarquía o República

Monarquia o republicaIzquierda Unida presentó ayer en el Parlamento una moción para convocar un referéndum sobre Monarquía o República, moción que lógicamente fue desestimada. Seguramente volverán a plantearlo y seguirán exhibiendo banderas republicanas en sus manifestaciones, sea para lo que sea que las convoquen. Es materia de consumo para tontos universales que pierden el tiempo y consumen sus energías en una cuestión que es irrelevante para el desarrollo del país y para el bienestar de los ciudadanos.

En la Unión Europea hay repúblicas y hay monarquías y a los ciudadanos no les afecta en su vida diaria, en sus derechos y obligaciones, o en su economía, que la institución suprema del Estado sea de una u otra condición, porque las decisiones que realmente les afectan son las del poder ejecutivo, es decir las del Gobierno, con independencia de que haya monarquía o república. En el caso de Francia el Presidente tiene algunas competencias ejecutivas, lo que no es el caso de España, donde el Rey tiene funciones meramente representativas y no interviene en las decisiones del Gobierno.

La alta representación del Estado se ejerce en España normalmente con estabilidad, con eficacia y con costes razonables. La alternativa de que fuera un órgano elegido cada cierto tiempo y bajo la disciplina de un partido político no tiene sentido hoy por hoy si se trata de funciones representativas. Lo que se supone quieren los representantes de Izquierda Unida es que el Presidente de la República asuma poderes ejecutivos, lo que lleva a una elección en la que todos sus votos a nivel nacional pueden tener peso suficiente para lograr cuotas de poder y colocaciones, subvenciones y prebendas. Ya tenemos suficiente con la «casta política» que nos gobierna como para crear otra más.

Lo que realmente importa es que los tres poderes del Estado sean independientes, que no lo son, y que los ciudadanos estén representados y puedan participar, lo que hoy no es el caso ya que nuestro sistema electoral obliga a que los ciudadanos deleguen su soberanía en los partidos políticos. El sistema electoral español «canta» demasiado como para que no se enteren los políticos ni los ciudadanos. Basta con ver que en EEUU, Francia, Alemania, Reino Unido, Japón, Canadá, Nueva Zelanda,…etc, cada ciudadano elige a su representante político en circunscripciones uninominales y puede tratar los asuntos políticos con su representante tan frecuentemente como desee.

Cuando se haga la principal transformación de que haya circunscripciones uninominales, se separen los tres poderes del Estado, se suprima el Senado, se eliminen subvenciones a patronales, sindicatos y partidos políticos, ….etc., entonces podrán plantearse cosas más sutiles como la forma en que queremos que esté representado el Estado.

Número de aforados

El número de aforados en nuestro país es desaforado, es decir grande con exceso, desmedido, fuera de lo común. Son unos 10.000, cifra que en el ejercito formarían 10 batallones. En contraste, en Alemania, Estados Unidos y Reino Unido no hay nadie aforado, En Portugal e Italia solo el Presidente y en Francia solamente el Presidente y los ministros.

A los aforados, unos los ampara la Constitución, otros la Ley orgánica del Poder Judicial, otros los Estatutos de las Autonomías, leyes que les otorgan una competencia jurisdiccional especial por razón de su cargo. Los políticos que deciden estas normas y determinan quienes tienen que ser aforados han tenido bastante manga ancha, es decir excesiva indulgencia, para llegar a este desaforado número de aforados que está en torno a los 10.000. No obstante, suelen afirmar que todos los españoles somos iguales ante la ley.

Si ser aforado es un privilegio, habría que restringir el número de aforados en línea con los países de nuestro entorno. Y si no es un privilegio, como afirman algunos, no debiera tardar el Parlamento en suprimir el desaforado número de aforados para que en efecto todos seamos iguales ante la ley. Sería congruente con la voluntad de combatir la corrupción.

Las dos grietas de la Constitución

ConstitucionEl sistema electoral y la separación de poderes son las dos grietas de la Constitución por donde se escapa la democracia. Con el sistema electoral actual el ciudadano no tiene un representante político al que dirigirse y por lo tanto no puede participar durante la legislatura y sin representación ni participación no hay una autentica democracia. La soberanía popular no reside en los ciudadanos sino en los partidos políticos, cuyos líderes son los que deciden las listas de quienes por su fidelidad merecen ser diputados. El ciudadano se tiene que limitar a echar una papeleta en la urna cada cuatro años para elegir la lista precocinada que menos rechazo le produce.

El sistema electoral en el que la soberanía reside en los ciudadanos y en el que hay auténtica representación y participación es el sistema de circunscripciones uninominales en el que se elige un diputado por cada circunscripción. El diputado elegido es el representante político de los ciudadanos residentes en la circunscripción y a él pueden dirigirse siempre que lo deseen, con lo que el diputado se verá obligado a representar lo que mayoritariamente opinan los ciudadanos que representa y no lo que le ordena el jefe de fila de su partido. No en vano es el sistema vigente en Francia, Reino Unido, Alemania, Estados Unidos, Canadá, Nueva Zelanda,…etc. Además, este sistema produce amplias mayorías con lo que el partido mas votado no tiene que «comprar» votos a minorías oportunistas.

La otra grieta es la separación de poderes que es actualmente prácticamente inexistente ya que el partido que gobierna controla el poder ejecutivo y el legislativo, y tiene una considerable influencia en el poder judicial. El ciudadano que se molesta en pensar sobre estas cosas no entiende porque existiendo un Tribunal Supremo de larga y antigua tradición, se han creado el Tribunal Constitucional y el Consejo Superior del Poder Judicial, y mucho menos entiende que sus miembros sean nombrados por los partidos políticos y que incluso puedan ser ajenos a la carrera judicial.

O buscas la solución o eres parte del problema

problemaO buscas la solución o eres parte del problema es una reflexión que cualquier persona que tenga responsabilidades debe siempre platearse. Es oportuno, especialmente en estos tiempos, para los responsables de las instituciones del Estado, partidos políticos, clase política, medios de comunicación, sindicatos, patronales, empresas y ciudadanos. Porque todas las noticias, comentarios y debates se ocupan casi exclusivamente en incidir sobre los detalles de los problemas, y en las continuas acusaciones de unos a otros, pero nadie plantea seriamente las soluciones que hay que aplicar. Y sin embargo los problemas básicos están suficientemente identificados para proceder a buscar soluciones.

Si los ciudadanos no tienen representante político ni cauces de participación, porque la soberanía reside en los partidos políticos,  habrá que devolver la soberanía a los ciudadanos. La sociedad debería estar debatiendo sobre un nuevo sistema electoral y no lo hace, y lo poco que se comenta se centra en el tópico de las listas abiertas. Casi nadie plantea adoptar el sistema de circunscripciones uninominales que es el que hay en las democracias occidentales relevantes. Si el poder judicial está controlado por los partidos y hay dos instancias supremas, habrá que discutir soluciones para su independencia y unidad. Si las leyes son tan permisivas que los delincuentes salen a la calle al día siguiente o los políticos y empresarios corruptos no van a la cárcel ni devuelven el dinero, habrá que discutir como endurecer las leyes. Si el Estado gasta más de lo que ingresa habrá que debatir la simplificación de sus estructuras. Si el Senado no sirve para nada habrá que plantearse suprimirlo. Y ….etc, etc, etc.

En lugar de discutir sobre las soluciones a aplicar, los políticos están peleándose unos con otros. Los unos para seguir gobernando sin abordar los cambios esenciales que habría que hacer,  los otros para la quimera de derribar un gobierno que tiene mayoría absoluta. Si discutieran sobre las soluciones con seriedad, sin demagogia, dejando aparte las rencillas y los intereses bastardos, probablemente tendrían unos y otros bastantes puntos de encuentro. Los medios de comunicación tendrían que ser más constructivos y dejar de dedicarse solo a «echar leña al fuego». O buscas la solución o eres parte del problema.

Sistema electoral con circunscripciones unipersonales

tanto montaEn un sistema electoral con circunscripciones unipersonales el mapa electoral está segmentado en tantas circunscripciones como diputados a elegir. En cada circunscripción, cada partido político presenta su candidato y el elector vota a uno de ellos, bien sea porque es la persona en quien más confía o porque confía en el partido que le presenta. El candidato que resulta elegido diputado es el representante político de todos los electores de la circunscripción. Este sistema electoral tiene las siguientes ventajas:

REPRESENTACIÓN. Cada elector tiene un representante político y conoce su nombre y apellidos, su dirección postal, su número de teléfono, su e-mail, su whats app, ….etc, y puede dirigirse a él cada vez que lo desee.

PARTICIPACIÓN. Cada ciudadano puede participar día a día en el desarrollo legislativo a través de su representante con sus opiniones y propuestas y el diputado tendrá que defender las posiciones que estime que son mayoritarias en su circunscripción.

MAYORÍA. Este sistema suele producir amplias mayorías, con lo que hay una estabilidad en la legislatura y no se precisan acuerdos onerosos con pequeños partidos que obtienen beneficios derivados de un poder que no han conseguido en las urnas.

REGIONALISMO. Los sensibilidades regionales pueden aflorar en las urnas tanto como los ciudadanos deseen, dado que las circunscripciones siguen un orden geográfico.

MINORÍAS. Los intereses minoritarios de los ciudadanos están mejor representados a través de la participación día a día con cada representante político que delegando en un partido político cada cuatro años.

Este sistema electoral reduce considerablemente el poder absoluto actual de los partidos políticos y da más poder a los ciudadanos. No es una casualidad que sea el sistema que utilizan en las democracias auténticas como las de Reino Unido, Francia, Alemania, EEUU, Canadá, Nueva Zelanda ….etc. Este sistema es la piedra angular sobre la que debe edificarse la regeneración democrática.

Manifiesto del Foro de la Sociedad Civil

foro de la sociedad civilEl Manifiesto que acaba de publicar el Foro de la Sociedad Civil se centra en proponer las reformas más básicas  y urgentes de la Constitución y de la Ley Electoral, que en síntesis incluye:

  • La «sustitución del actual Estado Autonómico por un Estado Unitario, con un solo Gobierno, un único Parlamento Nacional y un Tribunal Supremo».
  • «La supresión del Senado».
  • Nuevo sistema electoral con «50 Diputados elegidos en listas de partido a escala nacional» y «300 Diputados elegidos en circunscripciones uninominales a través de un sistema mayoritario a doble vuelta».
  • «Eliminar las subvenciones a los partidos políticos, sindicatos y organizaciones empresariales».

El Foro de la Sociedad Civil se concentra en lo que es realmente básico para abordar una nueva era de prosperidad y no cabe añadir mucho más al texto porque es casi perfecto y merece apoyo tal como es porque es la aportación más acertada de todas las expresadas en los últimos años. No obstante, en la hipótesis de que todavía fuera un texto abierto, cabría proponer las siguientes modificaciones:

  • Dejar clara la independencia del poder judicial
  • Elegir la totalidad de los diputados en circunscripciones uninominales.

Los 50 diputados elegidos en listas de partidos a escala nacional se supone sirven para defender los intereses minoritarios, pero los verdaderos intereses minoritarios que hay que defender son los de los ciudadanos, los cuales están mejor defendidos día a día con el diputado de cada circunscripción. Si toda la cámara fuera elegida en circunscripciones uninominales, podría incluso elevarse el número de diputados a 400 o 500 para que haya un representante político cada 60 o 70 mil ciudadanos.

Dos mayorías imposibles

mayorias imposiblesEn Cataluña han quedado las cosas mas o menos igual con dos mayorías imposibles. Por un lado hay una mayoría de derechas que suma 78 diputados que se rompe porque 50 de ellos son separatistas. Por otro lado hay una mayoría separatista que suma 87 diputados que se rompe porque están divididos en 50 de derechas y 37 de izquierdas.

Este balance es mas o menos el que había antes de las elecciones y no cabía prever que cambiara. Solo el Presidente Más creía que se podía formar una mayoría separatista y a la vez de derechas. Cabría preguntarse si no ha sido el Sr. Pujol el que ha encandilado al Sr. Más en el separatismo urgente y radical para que se queme y pudiera ser reemplazado por su hijo, quien además de promocionar se quitaría de en medio la presión de las investigaciones sobre la concesión de las ITV´s. Él mismo eludió otras cuando ascendió a Presidente.

Si CIU pacta con ERC será para la convocatoria separatista a cambio de concesiones económicamente imposibles, ambas cosas con oposición frontal del Gobierno central. Mas bien parece posible el pacto ce CIU con el PSC, lo que requeriría disfrazar la convocatoria separatista de federalismo ambiguo, es decir la congelación a la que se refería el hijo del Sr. Pujol. A cambio CIU podría gobernar, aunque con la presión del PSC para continuar gastando mas de lo posible, pero con menor intransigencia del Gobierno central.

Sindicatos decadentes

SINDICATOS decadentesLa pasada huelga general ha escenificado la realidad de unos sindicatos decadentes que pretenden retrotraernos al siglo XIX. Los sindicatos decadentes, llamados sindicatos de clase, tienen solamente una afiliación del 16% y por lo tanto escasa representatividad y las cuotas de sus afiliados no cubren ni el 10% de sus gastos, por lo que se financian con dinero público. Con tan escasa representatividad, los sindicatos decadentes convocaron la huelga con la absurda pretensión de que el Gobierno, que tiene mayoría absoluta, convocara un referendum sobre las reformas en curso.

El espectáculo de los piquetes intimidando a los trabajadores y al comercio para que se sumaran a la huelga y los discursos decimonónicos de los líderes, orgullosos de parecernos a Grecia, denotan que la preocupación de estos sindicatos decadentes es la propia supervivencia que ven amenazada por la inevitable reducción progresiva de las subvenciones públicas. A pesar del  descontento popular con la situación económica, los ciudadanos no han considerado que la huelga aporte soluciones sino más problemas.

A la gente no se le escapa que estos sindicatos decadentes sintonizaban con el anterior gobierno y tienen por tanto su parte de responsabilidad en el deterioro económico, ni tampoco se le escapa que participaban en la gestión de las Cajas, ni que están aplicando con rigor las normas laborales que cuestionan para reducir sus plantillas. Hay el sentimiento de que los sindicatos tienen que modernizarse y centrarse en la defensa de los trabajadores en lugar de dedicarse a la acción política. Para ello nada mejor que vivir de las cuotas de sus afiliados, como en muchos países europeos.

Ayudaría mucho que se desarrollara la ley de huelgas que se recoge en la Constitución y que está pendiente de desarrollar. Aclararía mucho en que condiciones puede convocarse una huelga general, si es que se estima conveniente que pueda convocarse en alguna. Aclararía también que los convocados a una huelga son libres de sumarse a ella o de ejercer su derecho al trabajo, y también podría resolver los problemas añadidos de grupos violentos oportunistas que «pescan en río revuelto». Y desde luego ayudaría a transformar los actuales sindicatos decadentes en sindicatos modernos orientados a defender realmente los intereses de los trabajadores de participar en el valor añadido con que contribuyen al desarrollo de la economía.