La burbuja humana

En los últimos años hemos visto explotar la burbuja inmobiliaria, la burbuja de los activos financieros tóxicos, la burbuja de las “.com”,…etc., y aunque en todos los casos se barrunta antes de producirse, los economistas dicen que “las burbujas” no pueden detectarse claramente hasta que explotan. No obstante, los medios de comunicación difunden opiniones de los expertos y son bastante activos en tratar estas amenazas, especialmente desde que comenzó la crisis global actual.

Sin embargo, no hay demasiada inquietud en debatir públicamente sobre la gran burbuja de superpoblación humana que se puede estar formando. Se estima que la población humana no superaba los 200 millones de habitantes hace mil años y a principios del siglo XIX era de unos 1000 millones. Desde entonces se duplicó en tan solo 123 años alcanzando los 2000 millones en 1927, después de la primera guerra mundial. En 1960, tan solo 33 años después los habitantes del planeta tierra eran ya 3000 millones, con otra guerra mundial por medio.  Desde entonces cada 14 años la población crece 1000 millones alcanzando los 7000 en este año que comienza.

Entretanto el PIB mundial, que estuvo estancado hasta el siglo XIX, comienza a crecer significativamente y en los últimos 50 años lo hace de forma casi “vertical”.

En los años 70 se publicó el informe del Club de Roma “Los límites del crecimiento” en el que se concluía que el colapso mundial estaba próximo y sería inevitable si el hombre no cambiaba su actitud frente al medio ambiente y la utilización de los recursos. Los más optimistas sin embargo sostienen que la población mundial se duplicará pero que cambiara la tendencia de crecimiento hasta estancarse.

El deterioro del medio ambiente es un problema que todos los países están tratando y de momento parece que se están dando soluciones. El problema de la alimentación es más acuciante y no está claro que pueda haber soluciones ante un crecimiento explosivo de la población. La producción de alimentos no es el problema, pues las modernas tecnologías permiten multiplicar los cultivos y las cosechas, pero la distribución no está resuelta. De hecho muere a diario mucha gente de hambre en el mundo.

El problema de la distribución se acrecienta con la realidad de que la población crece mucho más deprisa en las zonas más deprimidas.  Donde no hay bastante comida  se multiplica la población a alimentar mientras que en las zonas ricas hay superabundancia. La ONU propone el “desarrollo con equidad”, buscando el bienestar de toda la población preservando el medio ambiente. Una cuadratura del círculo en la que la humanidad debe enfrentarse al desafío de alcanzar un razonable equilibrio entre población y producción de alimentos sin deteriorar el ambiente.

Ello requiere reducir el coste ecológico del desarrollo y el coste social del propio crecimiento de la población, lo que implica importantes decisiones a nivel mundial en materia de salud, educación, condiciones de trabajo, seguridad social, viviendas, ….etc. La espiral del crecimiento parece que va mucho más deprisa que la voluntad política de resolver los desafíos que plantea.

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