La velocidad de la luz es solo una barrera

Hasta hace poco más de cien años el tiempo era un concepto absoluto y la distancia era independiente del tiempo. Pero desde que Einstein publicó su famoso artículo en 1905 y surgió la teoría de la relatividad dejó de existir para la ciencia el tiempo absoluto. Las leyes de la ciencia, y la velocidad de la luz, han de ser las mismas para todos los observadores con independencia de cuál sea su posición y velocidad, y cada observador tiene su propia medida del tiempo que es la que marca el reloj que con él se desplaza.

La definición del metro como unidad de longitud fue por mucho tiempo “la diezmillonésima parte del cuadrante del meridiano terrestre” pero ha ido cambiando. En 1927 pasó a ser “la distancia entre dos marcas de una barra de platino iridiado que se conserva en París” y posteriormente en 1960 el metro pasó a ser algo tan sofisticado como “la longitud correspondiente a 1.650.763,73 oscilaciones en el vacio de la radiación emitida por el salto cuántico de un electrón entre 2p10 y 5d5 del átomo de Kriptón-86″.

Por entonces, concretamente hasta 1967, la unidad de tiempo, es decir el segundo, tenía su propia definición independiente de la distancia: ”la ochenta y seis mil cuatrocientosava parte de la duración que tuvo el día solar medio entre los años 1750 y 1890″. Desde entonces, esta definición cambió radicalmente a “la duración de 9 192 631 770 oscilaciones de la radiación emitida en la transición entre los dos niveles hiperfinos del estado fundamental del isótopo del átomo de Cesio (133Cs), a una temperatura de 0 grados Kelvin”. Todavía el tiempo y la distancia tenían definiciones independientes.

Desde 1983 la distancia se subordina al tiempo y el metro pasa a ser “la distancia recorrida por la luz en el vacío en 1/299.792.458 segundos“. A estas definiciones se incorpora por lo tanto la constante de la velocidad de la luz que constituye para la ciencia actual un límite superior que no puede sobrepasarse.

En realidad, la teoría de la relatividad no dice que esta velocidad sea insuperable sino que para que un objeto con masa pudiera superarla requeriría una energía infinita. Es más bien una barrera que impide que cualquier partícula pueda aumentar su velocidad y llegue a pasar a través de ella. En teoría, podrían existir partículas que siempre se hayan movido a velocidades superiores a la de la luz y no hayan tenido por tanto que superar esta barrera, aunque dichas partículas virtuales, denominadas “taquiones” nunca hasta ahora han sido detectadas y la mayoría de los investigadores no creen en su existencia.

La barrera de la velocidad de la luz tampoco puede sobrepasarse sin violar el principio de causalidad, aunque este principio se sustenta simplemente en el hecho de que nunca se hayan detectado efectos anteriores a sus causas. Ciertamente la relación causa-efecto es para los seres humanos un postulado consustancial con la capacidad de entendimiento. En años recientes se han reportado experimentos en los que parece haberse superado la barrera de la luz pero los resultados han podido explicarse por la teoría clásica de la propagación de ondas. Hace poco se han detectado neutrinos que parecen haber superado esa barrera, lo que está por confirmar.

La velocidad de la luz es hoy por hoy una constante y constituye un límite que no puede sobrepasarse, aunque para el pensamiento resulte una caprichosa particularidad de la naturaleza. Cabe preguntarse si todo este cambio de definiciones del tiempo y de la distancia ha terminado o la cuestión seguirá evolucionando tan radicalmente como lo ha hecho en los últimos cien años. Todavía queda mucho futuro para poner a prueba la barrera de la velocidad de la luz.

Internet con ADSL es básico para el desarrollo rural

internet con adslDurante la segunda mitad del pasado siglo se ha producido el éxodo hacia las grandes ciudades mientras las zonas rurales españolas se han desertizado. La causa principal se atribuye a la mecanización de la producción agrícola y la localización del desarrollo industrial en zonas urbanas.

Sin embargo la verdadera causa de la migración hacia las ciudades reside más bien en la búsqueda de la modernidad y de nuevas oportunidades. Las zonas rurales quedaban desfasadas y se alejaban cada vez más del nuevo estilo de vida que ofrecían las ciudades.

Ahora las grandes ciudades se han saturado, son incomodas, y en ellas la vida es mucho más cara que en los pequeños pueblos. La vuelta a las zonas rurales es una oportunidad que tendría muchos partidarios si no es porque los políticos no se están ocupando de incentivar y potenciar la principal infraestructura que necesitan las zonas rurales que es el acceso a internet con ADSL.

Hace siete años se legislaron subvenciones y se planificaron sistemas para que las zonas rurales tuvieran la misma velocidad de acceso a internet que las áreas urbanas, pero la solución adoptada está estancada en la tecnología de hace siete años y además es cara. Las zonas urbanas han progresado enormemente en estos siete años e incluso han sido dotadas de alta velocidad con fibra óptica. Mientras tanto las zonas rurales siguen olvidadas y condenadas a no sobrepasar lo se ofrecía a las zonas urbanas hace siete años. Está claro que los políticos viven en ciudades.

Sin internet con ADSL las nuevas generaciones ya no pueden vivir, ni tampoco nadie que tenga alguna ocupación o quiera emprender alguna iniciativa empresarial. La cobertura de internet en las zonas rurales, con ADSL de velocidad aceptable y precios equiparables a los de las ciudades, es imprescindible para evitar una nueva ola migratoria y para potenciar la productividad de muchos negocios que podrían tener éxito basados en zonas rurales pero que son inviables con los costes de la gran ciudad.

Los políticos deberían ejercer su autoridad reguladora y obligar a los proveedores que esté disponible el servicio de internet con ADSL en todo el ámbito nacional.

La burbuja humana

En los últimos años hemos visto explotar la burbuja inmobiliaria, la burbuja de los activos financieros tóxicos, la burbuja de las “.com”,…etc., y aunque en todos los casos se barrunta antes de producirse, los economistas dicen que “las burbujas” no pueden detectarse claramente hasta que explotan. No obstante, los medios de comunicación difunden opiniones de los expertos y son bastante activos en tratar estas amenazas, especialmente desde que comenzó la crisis global actual.

Sin embargo, no hay demasiada inquietud en debatir públicamente sobre la gran burbuja de superpoblación humana que se puede estar formando. Se estima que la población humana no superaba los 200 millones de habitantes hace mil años y a principios del siglo XIX era de unos 1000 millones. Desde entonces se duplicó en tan solo 123 años alcanzando los 2000 millones en 1927, después de la primera guerra mundial. En 1960, tan solo 33 años después los habitantes del planeta tierra eran ya 3000 millones, con otra guerra mundial por medio.  Desde entonces cada 14 años la población crece 1000 millones alcanzando los 7000 en este año que comienza.

Entretanto el PIB mundial, que estuvo estancado hasta el siglo XIX, comienza a crecer significativamente y en los últimos 50 años lo hace de forma casi “vertical”.

En los años 70 se publicó el informe del Club de Roma “Los límites del crecimiento” en el que se concluía que el colapso mundial estaba próximo y sería inevitable si el hombre no cambiaba su actitud frente al medio ambiente y la utilización de los recursos. Los más optimistas sin embargo sostienen que la población mundial se duplicará pero que cambiara la tendencia de crecimiento hasta estancarse.

El deterioro del medio ambiente es un problema que todos los países están tratando y de momento parece que se están dando soluciones. El problema de la alimentación es más acuciante y no está claro que pueda haber soluciones ante un crecimiento explosivo de la población. La producción de alimentos no es el problema, pues las modernas tecnologías permiten multiplicar los cultivos y las cosechas, pero la distribución no está resuelta. De hecho muere a diario mucha gente de hambre en el mundo.

El problema de la distribución se acrecienta con la realidad de que la población crece mucho más deprisa en las zonas más deprimidas.  Donde no hay bastante comida  se multiplica la población a alimentar mientras que en las zonas ricas hay superabundancia. La ONU propone el “desarrollo con equidad”, buscando el bienestar de toda la población preservando el medio ambiente. Una cuadratura del círculo en la que la humanidad debe enfrentarse al desafío de alcanzar un razonable equilibrio entre población y producción de alimentos sin deteriorar el ambiente.

Ello requiere reducir el coste ecológico del desarrollo y el coste social del propio crecimiento de la población, lo que implica importantes decisiones a nivel mundial en materia de salud, educación, condiciones de trabajo, seguridad social, viviendas, ….etc. La espiral del crecimiento parece que va mucho más deprisa que la voluntad política de resolver los desafíos que plantea.