Atrapados por la flecha del tiempo

Nuestra vida discurre desde el pasado hacia el futuro y no podemos concebir que el transcurso del tiempo pueda cambiar de sentido, aunque paradójicamente podamos ver una película al revés. La flecha del tiempo siempre está avanzando y la Ciencia la reconoce como un fundamento básico, igual que el principio de causalidad o la segunda ley de la termodinámica.

Sin embargo no deja de ser curioso que la verdad científica de que “la causa precede al efecto en el tiempo” se refiera a un tiempo absoluto independiente del observador, como si la relatividad especial que postula que el tiempo depende del observador solo fuera aplicable a conceptos o sucesos no relacionados causalmente.

En la práctica, la “película de la vida” de los próximos millones de años serán escenas fijas ya determinadas para quienes nos observaran desde el Universo. Los hipotéticos observadores que se encuentren en la galaxia de Andrómeda (el objeto más lejano directamente visible) verán dentro de dos millones y medio de años lo que está pasando ahora en la Tierra y para ellos nuestras andanzas forman parte de una “película” que ya está rodada para los próximos dos millones y medio de años y no puede cambiarse. A no ser que el fenómeno de ”entrelazamiento cuántico”, que produce vinculaciones instantáneas independientes de la distancia, permitiera cambiar las causas antes de que generen los efectos.

Es una pena que no podamos asimilar lo que es la dimensión tiempo de la misma forma que tenemos asimiladas las otras tres dimensiones espaciales, porque es probable que todas tengan la misma naturaleza aunque no lo entendamos. Para tener mayor entendimiento tendríamos que tener mayor capacidad sensorial, porque como decían los escolásticos: Nihil est in intellectu, quod prius non fuerit in sensu. La tecnología nos está ayudando a percibir detalles de la realidad que no están al alcance de nuestros sentidos, pero por el momento seguimos estando atrapados por la flecha del tiempo.

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