El arte de la pintura está marginado

arte de la pinturaEl arte de la pintura servía en siglos pasados para transmitir a la posteridad imágenes de personas, hechos y sucesos para complementar los relatos de los historiadores. Entonces dominaba la necesidad de que el cuadro del artista tuviera una técnica y una composición lo más fiel posible a la realidad, aunque eran los ojos del artista los únicos que daban fe de las escenas que inmortalizaban. El artista tenía también margen para comunicar a su obra signos de su sensibilidad interior, pero esto es un valor añadido que solo se ha ido apreciando con los años.

En la actualidad sigue siendo importante la técnica y la estética de la obra pero además el artista tiene que transmitir emociones, una especie de sensibilidad subliminal que hace que la obra sea agradable de contemplar por encima del hecho de que reproduzca fielmente una figura o un paisaje, porque para esto ya hay medios más eficaces. El arte es ahora más que nunca una comunicación entre el pintor y el observador y es éste quien ha de juzgar cuán importante es una obra. Nadie debe ponerse en medio para decir al observador si le tiene que gustar la obra.

Pero por desgracia hay interpretadores oficiales, que viven de opinar sobre el arte, que deciden lo que es bueno y lo que es malo, y también hay todo un engranaje de galerías, museos, certámenes, coleccionistas, …etc., que viven del arte de la pintura y necesitan que el arte sea escaso y muy bien valorado para generar suficiente dinero para mantenerlos. Muy pocos pintores pueden entonces vivir del arte porque les resulta muy difícil entrar en ese engranaje. Hay muy pocas oportunidades para un artista independiente de comunicarse con otro público observador aparte del entorno social más allegado. Tendrían que promocionarse más oportunidades de poner en contacto las obras de los artistas con el gran público en convocatorias abiertas sin la intermediación de los “controladores oficiales” del arte.

Exposición de pintura en el Ateneo el 23 de abril

Exposición 23 de abrilEl próximo día 23 de abril inauguro una exposición de pintura en el Ateneo de Madrid, en la Sala Prado 19, que será mi décima exposición individual.

El Profesor  Luis Hernández del Pozo, Vicepresidente de la Academia Libre de Arte y Letras de San Antón y miembro de número de la Asociación Internacional de Críticos de Arte hace la siguiente reseña sobre la exposición:

La obra pictórica de Serrano de Entrambasaguas nace como los manantiales de agua pura, sin influencias ni lejanas ni próximas, con la fluidez de lo natural, de lo no preconcebido, de la inspiración a la que sólo la luz y el color van a poner límites. Pintura abstracta sí, pero condicionada a unas vivencias que sin querer afloran de los lienzos -generalmente de gran tamaño- en tímidas pinceladas anaranjadas o pajizas que son como la firma del autor en estos cuadros en los que el espectador siempre ve algo distinto. Una muy interesante obra que nos hace comprender porqué Serrano ganó el Primer Premio Julio Quesada de la villa de Crevillente y por qué, en dos ocasiones que se ha presentado, ha sido finalista de los muy solicitados premios BMW, algo que en estos y en todos los tiempos, es muy difícil de conseguir.

La belleza es relativa

belleza relativaLa belleza no existe porque es un valor relativo. Lo bonito cobra su carácter en relación a lo feo, y lo que para unos es arte para otros es basura. Hasta cosas que en muchas ocasiones nos parecieron feas podemos acabar considerándolas bellas, porque a veces, hasta lo feo resulta patéticamente bello, como si por encima de la belleza o la fealdad estuviera el poder de fascinación.

Y es que lo bello, en realidad, es lo que sintoniza con nuestra sensibilidad y provoca en el mundo interior emociones y sentimientos. Por eso, es bello lo que cada persona considera bello, como reflejo de la escala de valores de su realidad sensible.

Al erudito le gustan más las cosas recargadas, como recargada tiene su cabeza, mientras que quien realmente tiene conocimiento, inclina sus gustos por lo sencillo y lo elemental. A mayor claridad de ideas hay más sensibilidad para la simplicidad y la síntesis.

Pero el sentido de la belleza evoluciona. El paso del tiempo embellece lo que tiene consistencia y personalidad, mientras que entierra en la historia todo lo que genera indiferencia.

Valoración del arte

valoracion del arteLa primera dificultad para valorar la creación artística es que no está claro lo que hay que valorar porque el arte no tiene una definición concluyente, como puede comprobarse en el diccionario. La segunda dificultad es que el valor añadido que aporta la creación artística es un intangible que no está directamente relacionado con los costes de producción. La tercera es que la belleza es un valor relativo que sintoniza con las emociones más que con la razón.

Estas dificultades dejan ya de por si poco margen para que el mercado del arte haga valoraciones objetivas. Además, los artistas surgen de la soledad y muchas veces permanecen en ella durante décadas sin que el mundo tome en consideración su valía ni siquiera su existencia. Hay artistas extraordinarios que nunca llegan a ser conocidos y hay también artistas y seudoartistas que son producto del marketing y tienen la suerte o la habilidad de engancharse a la espiral de la especulación.

Hay un vacio tremendo entre el artista y el mercado. Cuando el precio de una obra, digamos un cuadro, es asequible para que el ciudadano medio lo adquiera para colgarlo en su casa, el elemento que cuenta es la sintonía, relajación o emoción que el cuadro le produce, porque tiene que verlo todos los días. Cuando el precio es elevado la compra tiene más bien carácter de inversión y aquí entra ya en la especulación y en las corrientes del mercado de subastas y de coleccionistas que se separan del mundo de la belleza y de sus emociones.

Este vacío tremendo habría que llenarlo de alguna forma con fórmulas de valoración, que si bien no pueden llegar a catalogar el arte, puedan incorporar estimaciones empíricas más o menos objetivas de las sensaciones, valores, sensibilidades, armonía, quietud, novedad,…etc. que incorpora la obra y estimaciones de la trayectoria y evolución de la tendencia del artista. No es fácil pero creo que no solo es posible sino que podría ser la piedra angular de una iniciativa útil y rentable.

Me estoy refiriendo a que este vacío podría rellenarse con agencias de valoración al estilo de las existentes para calificar la solvencia financiera de un país, de un banco, o de unos bonos. Agencias independientes que objetiven hasta donde es posible llegar, lo que está por ver, el valor que va adquiriendo un artista y sus obras. Ya sabemos que sería un escalón más del mundo especulativo, pero estaría intermediando entre los artistas y las galerías, coleccionistas y casas de subastas, y podrían ser suficientemente accesibles para que cualquier artista por aislado que esté pudiera darse a conocer.