El orden natural es inconsciente

el orden natural es inconscienteEl orden natural es inconsciente y por lo que conocemos los seres humanos somos la excepción. Las estrellas se mueven de forma mecánica y su posición es en todo momento predecible, como si su trayectoria estuviera controlada por un ordenador. La materia y la energía obedecen a leyes universales ajustándose a un orden programado y el medio ambiente evoluciona de forma inconsciente.

Las bacterias no piensan y los animales están programados casi por completo o al menos eso parece. Y nosotros mismos, que según parece somos la excepción, nacemos ya muy programados por los genes que son meros programas que actúan sin pensar.

Aparte de nosotros, no conocemos nada ni a nadie con pensamiento consciente. No obstante creemos que alguien superior controla el orden universal pero, aunque éste sea el caso, sólo conectamos con él por vía inconsciente.

Los viajes interestelares parecen imposibles

viajes interestelaresHace 51 años del primer viaje orbital alrededor de la Tierra y 23 años del viaje a la Luna, pero los viajes interestelares parecen imposibles, porque las distancias son inmensas y los humanos tenemos una vida demasiado corta. En las dos últimas generaciones todo se ha acelerado y estamos cerca de conocer la programación de la vida humana, de clonar seres humanos y de artificializar funciones fisiológicas con nanorobots, pero no tenemos ni idea de que estamos haciendo en el Universo ni cual será nuestro futuro cuando las condiciones ambientales en la Tierra hagan imposible la vida humana.

Suponiendo que la tecnología estuviera lista para los viajes interestelares, los viajeros de llegada serían los descendientes de múltiples generaciones, y necesitarían que las condiciones en el punto de destino fueran apropiadas para la vida humana. Parece imposible y no soluciona nada, porque si las condiciones son favorables, la vida podría surgir allí sin que tenga que proceder de la Tierra. Es decir que los viajes interestelares parecen imposibles y además carecen de utilidad.

Puede elucubrarse que en algún tiempo futuro pudiera independizarse la mente humana del sustrato que la alberga y que viajara solo información y lo hiciera a la velocidad de la luz. La mente y/o conciencia incluiría la experiencia vivida, ideas, criterios, conceptos, valores, emociones, sentimientos, ….etc., un contenido que es pura información y teóricamente podría viajar a la velocidad de la luz. El sustrato de cuerpo humano no sería necesario en el punto de llegada porque, o bien se podría reconstruir a partir del código genético, que es también pura información, o bien la mente podría albergarse en otro sustrato más afín con las condiciones locales.

Con esta visión, hoy por hoy onírica, podría especularse si los viajes interestelares consistirían en externalizar la mente y conciencia de los viajeros para darles a su llegada otro cuerpo de su mismo código genético para continuar con su vida como cuando partieron de la Tierra. No se puede elucubrar mucho más y si de todas formas los viajes interestelares fueran imposibles, habrá que empezar a entender para qué sirve la vida humana y que hacemos aquí en la Tierra.

Viajes interestelares

Cumpliéndose ya 50 años desde que Gagarin hizo el primer viaje orbital sobre la Tierra estamos muy lejos tan solo de pensar que algún día sean posibles los viajes interestelares, porque la inmensidad del universo contrasta patéticamente con la fragilidad y la corta vida de los seres vivos.

Nuestro sistema solar tiene más de 4.600 millones de años, pero el “homo sapiens” solo tiene unos 160.000 años de antigüedad y no aprendió a cultivar la tierra hasta hace unos 7000 años. Nos separan de Jesucristo tan solo 64 generaciones y cuando nacieron nuestros abuelos o bisabuelos todavía se creía que el futuro del Universo estaba determinado por leyes matemáticas.

Hace menos de cien años se formuló la mecánica cuántica, teoría de lo infinitamente pequeño que se ha comprobado que gobierna el comportamiento de los transistores y de los circuitos integrados, componentes esenciales de los aparatos electrónicos, y es la base de la química y de la biología moderna. La estructura helicoidal del ADN se formuló hace tan sólo 58 años y parece que hemos abierto el cauce para entender la programación de la vida humana.

El progreso de la inteligencia  humana en las dos últimas generaciones es notable y estamos a punto de clonar seres humanos y de artificializar funciones fisiológicas con nanorobots, pero no tenemos ni idea de que estamos haciendo en el Universo ni cual será nuestro futuro. La Tierra desaparecerá algún día, pero antes las condiciones ambientales harán imposible la vida humana, por lo que o bien la humanidad se extinguirá entonces o bien habremos emigrado hacia otro confín del Universo. Lo malo es que los viajes espaciales parecen imposibles pues para llegar a la estrella más cercana a nosotros, la Alfa del Centauro, la luz tarda cuatro años viajando a 300.000 Km. por segundo.

Hay en teoría dos fórmulas para los viajes espaciales lejanos: o bien transcurren múltiples generaciones durante el viaje y llegan algunos descendientes, o lo que viaja es solo información y lo hace a la velocidad de la luz. La primera posibilidad es bastante absurda porque no parece útil al Universo trasplantar la vida humana de unas estrellas a otras cuando puede generarla en cualquier parte como sucedió en la Tierra.

Queda la segunda posibilidad que parece la más lógica. El ser humano es al fin y al cabo un soporte biológico que alberga la información para manejar el cuerpo, para almacenar la experiencia vivida, parea alojar su libre albedrío y para agrupar en el subconsciente la conducta automática, las emociones y los sentimientos. El contenido es pura información y no cabe duda de que la tecnología se desarrollará hasta el punto de poder transmitirlo a la velocidad de la luz. El continente no será necesario transmitirlo porque se puede reconstruir en cualquier parte a partir del código genético que también es pura información.

Los viajes interestelares consistirían en una externalización de toda la información que caracteriza el conocimiento de las personas para poder darles a su llegada otro cuerpo fabricado con su mismo código genético, es decir un clon, y continuar con su vida como cuando partieron de la Tierra. Teniendo en cuenta que la vida humana se alargará considerablemente, habrá margen para viajar en nuestra galaxia dando continuidad a nuestra aventura humana. Si no fuera así no puede entenderse que hacemos aquí.

Vemos muy poco de lo que existe

lo que existeNuestra percepción de la realidad está muy limitada por los sentidos corporales y por la pobreza que todavía tienen los instrumentos con los que tratamos de llegar un poco más allá. Vemos muy poco de lo que existe.

De nuestros sentidos corporales, sólo la vista nos permite percibir cosas lejanas a nuestro entorno, pero lo que nuestros ojos detectan es una pequeña parte de la radiación electromagnética que es la comprendida entre 400 y 750 nanómetros (1 nanómetro = 0,000000001 metros). Aún así podemos llegar a distinguir directamente la espiral de Andrómeda, que es una galaxia “cercana”, pero lo que vemos es algo que existió hace 2.250.000 años. De lo que hay en el centro de nuestra propia galaxia, la Vía Láctea, solo nos llega radiación que fue emitida hace 27.700 años.

Hoy nuestros ojos ya sirven de poco para percibir lo que ocurre en el universo, pero disponemos de instrumentos que detectan y nos informan de la radiación electromagnética aunque sea infrarroja o ultravioleta. Sin embargo los instrumentos tampoco llegan “muy lejos” porque de la realidad existente de la que hay noticia directa o indirecta solo pueden detectar aproximadamente un 4%, ya que el 23% es materia oscura y el 73% energía oscura, es decir materia y energía que no se detecta por radiación porque solo interactúa con la gravedad, produciendo efectos gravitacionales que son los que dan indicación de su existencia.

La materia oscura incluye los agujeros negros, que son concentraciones de masa de las que la velocidad de escape es superior a la de la luz, incluye también materia intergaláctica no luminosa, WIMP´s (weakly interacting massive particles), que son partículas elementales que interactúan muy débilmente de las que solo el neutrino ha sido identificado, axiones, de existencia no demostrada,….etc. La energía oscura es mucho más enigmática y se supone que está más o menos uniformemente repartida, como una especie de “éter” aristotélico responsable del incremento de la aceleración del Universo.

La parte del mundo infinitesimal de las partículas y fuerzas elementales está bastante más estudiado y al menos la física cuántica, con todas sus lagunas, proporciona un conocimiento que ha demostrado ser cierto y ha servido de base para el desarrollo de la tecnología electrónica. No obstante hay todavía en lo infinitesimal un mundo desconocido, por el momento indetectable, que está alimentado de hipótesis como los universos paralelos o por el Bosson de Higgs, u otras, que abren el camino de la coexistencia en espacio y tiempo con otras realidades que ni percibimos ni imaginamos.

Siendo tan limitada nuestra percepción de la realidad hay que preguntarse si los sucesos extraños en los que alguien ve o detecta realidades extraordinarias como “apariciones”, “ovnis”,….etc., o tiene una visión de sucesos futuros, u otras manifestaciones que la ciencia descarta, no pudieran ser una especie de “contactos” con parte de la existencia que nos es totalmente desconocida y es por el momento indetectable.

La barrera del tiempo y la velocidad de la luz

velocidad de la luzEl desarrollo de la humanidad nos parece extraordinario, pero en realidad es insignificante en el Universo. Además, estamos condenados a no conocer la razón de nuestra existencia porque estamos atrapados por la inmensidad del Universo y por la velocidad de la luz, dos limitaciones que parecen insalvables:

1.-Solos y aislados en la inmensidad del universo. Nuestro sol es una de los cien mil millones de estrellas que tiene nuestra galaxia, que a su vez es una de las ochocientas mil millones de galaxias que se estima existen. La estrella vecina más cercana está tan lejos que la luz tarda cuatro años en llegar. Una nave espacial como el Voyager tardaría en llegar un tiempo treinta veces superior al de la historia de la actual cultura humana.

2.- Atrapados por el tiempo y la velocidad de la luz. El tiempo camina solo en una dirección y es irreversible y todo lo que observamos está deformado por la distancia y la velocidad de la luz. Si observamos la galaxia de Andrómeda, que es la parte del Universo directamente visible más alejada de la Tierra, vemos en realidad como era dicha galaxia hace dos millones y medio de años.

La barrera del tiempo parece insuperable según el estado actual de la ciencia, aunque haya elementos nuevos como el “entrelazamiento de partículas” o los “agujeros de gusano” que en alguna medida desafían al tiempo y a la velocidad de la luz. La ciencia niega que pueda superarse la velocidad de la luz porque no se han encontrado evidencias que violen el principio de causalidad y niega también, por la segunda ley de la termodinámica, que el tiempo pueda ser reversible.

Sin embargo, en pruebas realizadas durante tres años en el LHC de Ginebra, acaban de aparecer indicios de unos neutrinos que han viajado más rápido que la luz. Es todo un desafío al postulado de que ningún objeto con masa puede sobrepasar la velocidad de la luz, aunque se tardará años en confirmar o desautorizar el reciente hallazgo.

Entretanto, las limitaciones existentes pueden ser reales o ser debidas al limitado conocimiento humano y a los tópicos que de él se derivan. Cita Stephen Hawkings en su libro más famoso, cuando se refiere a la “fecha del tiempo”, el ejemplo de la vajilla que cae al suelo y se rompe, señalando que no puede verse la inversa de los trozos de vajilla, recomponiéndose otra vez sobre la mesa, porque lo prohíbe el segundo principio de la termodinámica. Añade que dicho principio postula que la entropía o “desorden” en un sistema cerrado siempre aumenta con el tiempo y que el hecho de que “con el tiempo aumente el desorden o la entropía es un ejemplo de lo que se llama una flecha del tiempo, algo que distingue el pasado del futuro dando una dirección al tiempo”.

Sin embargo, podría también argumentarse que la vajilla era en origen un conjunto desordenado de materiales que aumentaron su potencial con el tiempo organizándose y llegando a ser una vajilla, desafiando al principio de la entropía gracias a la intervención humana. El conocimiento humano interviene desarrollando potenciales y “exportando” entropía y desde hace varias décadas existe el concepto de entropía negativa, introducido por Schrödinger.

Sería una magnífica noticia que llegara a confirmarse que la velocidad de la luz puede superarse. Tendríamos que revisar muchos conceptos y se abriría un nuevo horizonte para el conocimiento y el pensamiento humano. La simple idea de que podrían enviarse mensajes al pasado desafiando la flecha del tiempo ampliaría la esperanza de que la humanidad y su entorno puedan autorregularse y mantener las constantes fundamentales para la supervivencia.

Inmensidad del Universo

universoLa inmensidad del universo es inimaginable. En pocos años hemos pasado de creer que la Tierra es el centro del universo a comprobar que no somos casi nada. El simple Sol, que es una estrella enana, es 1.300.000 veces más grande que la Tierra y está alejado 150 millones de Km. El viaje a la estrella más próxima, la Alfa del Centauro, tardaría 135.000 años viajando a la velocidad de la nave Voyager, es decir unas 30 veces el tiempo transcurrido desde que apareció la cultura humana.

Nuestra galaxia, la Vía Láctea, se estima que tiene unos 100.000 millones de estrellas y en el universo se estima que hay unos 800.000 millones de galaxias. Una inmensidad de la que además no tenemos ni idea de cómo es en realidad, pues las imágenes que nos llegan a los telescopios están deformadas por el factor tiempo. El Sol lo vemos donde estaba hace 8 minutos, que es lo que tarda en llegar la imagen, y a medida que enfocamos el telescopio a regiones cada vez más lejanas contemplamos escenas más antiguas en el tiempo, sin saber siquiera si siguen existiendo.

La teoría de la relatividad nos dice que el universo hay que considerarlo en el espacio-tiempo y que la velocidad de la luz es constante (300.000Km./segundo). No niega  que puedan existir velocidades superiores pero dice que requeriría energía infinita, que es lo mismo que negarlo. Esta constante de la velocidad de la luz se ha impuesto de tal manera que la definición del metro como unidad de longitud ha pasado de ser “la distancia entre dos marcas de una barra de platino que se conserva en Paris” a la distancia recorrida por la luz en 0,000000003335640952 segundos. Las distancias se miden ahora en función de la velocidad de la luz y del tiempo que ésta tarda en recorrerlas.

Sin embargo hay ciertas experiencias de laboratorio en las que al parecer se han alcanzado velocidades superiores a la de la luz, lo que no es incompatible con la teoría de la relatividad cuando se trata de elementos sin masa. Si llegáramos a tener un telescopio que recibiera imágenes a una velocidad ampliamente superior a la hoy asumida de la luz, veríamos un universo posiblemente muy diferente, aunque quizás también sería más o menos lo mismo por estar  en continua expansión. El mundo de lo infinitamente pequeño es todavía más difícil de entender. La mecánica cuántica lo define con probada exactitud en términos matemáticos pero su apreciación no cabe en la mente humana.