Percepción emocional

Percepción emocionalEn una primera impresión, por percepción emocional, nos puede caer simpática una persona sólo por su aspecto, sin haberla visto de cerca ni haber hablado con ella, pero también puede transmitirnos sin motivo malas vibraciones. Las primeras impresiones surgen de las emociones y sentimientos más que de la razón. Son valoraciones espontáneas que aunque no tienen fundamento predisponen a favor o en contra y además duran mucho tiempo y cuesta mucho cambiarlas, sean o no sean acertadas.

Además, la percepción puramente emocional que podamos tener de una persona o de una situación  determinada, no la guardamos sólo para nosotros sino que a veces la transmitimos, casi siempre sin necesidad, incluso añadiendo opiniones. Por esto conviene poner en cuarentena la primera impresión, aunque no la desechemos totalmente, y dejar pasar cierto tiempo para poder ya tener motivos más concretos para confiar o desconfiar de ella. Hay que fijarse mas en los actos que en las palabras y valorar a las personas según como se comportan. La conducta de una persona proporciona pistas bastante claras de su forma de ser, pero sólo cuando está haciendo uso de algún poder por pequeño que sea. «Por los hechos los conoceréis».

El mito de la transparencia

el mito de la transparenciaEn nuestro país se está asentando la cultura de poner parches a problemas profundos que requieren cirugía y un ejemplo de ello es el mito de la transparencia, el mito de que legislando que las instituciones tengan transparencia puede evitarse la corrupción y el derroche de dinero público. En lugar de endurecer las penas, agilizar los procesos judiciales, blindar a la justicia de influencias políticas, y hacer auditorias independientes, los políticos se limitan a plantear leyes de transparencia.

Todo será más observable pero todo seguirá igual al amparo de un sistema en el que los corruptos no devuelven el dinero robado, los procesos judiciales se eternizan, las fianzas se reducen a discreción, la prisión preventiva es solo testimonial, los plazos de prescripción se apuran y los indultos se prodigan. El mito de la transparencia puede generar nuevos cargos públicos a expensas de los ciudadanos, como quizás el Comisario de la Transparencia, el Consejo Nacional de Transparencia, los asesores de Transparencia, los comités regionales….etc. Mientras tanto se está cociendo una ley para que no se airee en los medios noticias que afecten a los imputados.

Desde luego la transparencia es necesaria y mas que una ley especifica debería ser un hecho cultural que no necesita leyes para su aplicación, pues «va de soi» que los ciudadanos tenemos derecho a saber en que se gasta el dinero público. Lo que realmente necesitamos es un sistema electoral basado en circunscripciones uninominales y la independencia del poder judicial. Estando debidamente representados los ciudadanos, teniendo la posibilidad de participar, y con una justicia independiente, habría una base sólida de transparencia y una represión más efectiva de los delitos de corrupción.

Autonomía e independencia

autonomia e independenciaLo que no pueda resolver uno mismo nadie lo va a solucionar salvo casos muy concretos. Aparte de la tutela de los padres y de los lazos familiares más próximos estamos bastante solos en la sociedad y nadie va a echarnos una mano gratuitamente. En realidad todas las ayudas generan dependencias e incluso frustraciones, por lo que pedir ayuda es un último recurso.

En las relaciones personales no suele haber por lo general intereses ni compromisos, sino que simplemente se comparten momentos y ocupaciones. Si alguien hace un favor, lo normal es que sea correspondido con otro favor cuando se presenta la ocasión.

Sin embargo el favor genera dependencia si hay necesidad de pedir a alguien que resuelva algo sin estar seguro de poder corresponder. Cuando se contrata como un servicio, la contraprestación se compensa con dinero, pero cuando se trata de un favor queda siempre una deuda pendiente por mucho que no sea la intención de quien echa una mano.

La forma de convivencia más normal y menos comprometida requiere tener la autonomía e independencia necesarias para resolver los problemas por nuestra cuenta sin endosárselos a los demás sin nada a cambio y sin pedir favores que sean molestos de satisfacer.

Vivir en el siglo XXI en occidente

siglo XXIVivir en el siglo XXI en occidente es un privilegio que compensa con creces los contratiempos de la vida diaria. No es fácil de entender que quejarse de todo y de todos se haya convertido en el deporte nacional, y que estar indignado y no ver el lado positivo de las cosas sea el estado mental que está de moda. Es cierto que hay muchos motivos de disconformidad en el transcurso de la vida diaria pero hay que ver las cosas con la perspectiva correcta.

Los que tienen el privilegio de vivir en un país occidental y protestan de todo por sistema tendrían que tener en cuenta que la población mundial crece en 1000 millones de personas cada trece años y que este crecimiento se produce en países pobres donde todavía hay gente que muere de hambre. Pensar que podrían haber nacido en alguno de los países que nos vienen a la mente y que no viene a cuento señalar. Y si esta comparación no es suficiente podrían simplemente pensar que podían haber nacido hace cien años, con las condiciones de vida que tuvieron nuestros abuelos. No se puede ignorar que vivir en el siglo XXI en occidente es un privilegio que debería hacernos ver siempre el lado positivo de las cosa a la hora de afrontar los problemas de la vida diaria.

El pensamiento estimula la imaginación creadora

pensamientoEl pensamiento es una convulsión constante en la que se forman y conectan las ideas, un latido continuo que da vida a nuestra visión de la realidad para decidir y reflexionar sobre los actos y experiencias. No es útil pensar en lo que ya ha sucedido, porque el cerebro ya lo hace de forma automática sin tener que dedicar atención consciente. Mas bien hay que pensar en los proyectos de futuro, en los que las de ilusiones y el deseo pueden hacer fermentar en la conciencia la imaginación creadora.

El pensamiento se acelera cuando estamos en tensión y se remansa en la quietud y el silencio. Podemos abarcar zonas amplias de conocimiento, como el agua que baña una llanura, o podemos centrarnos en cosas concretas. Las cuestiones de amplio alcance elevan y relajan el pensamiento mientras que las cosas concretas generan tensión.

Dar demasiadas vueltas a las cosas hace perder tiempo y frena el ritmo del pensamiento por detrás de los acontecimientos, mientras que hacer las cosas sin pensar obliga a poner atención en lo inmediato y produce estrés. Para ajustar el ritmo más conveniente de pensamiento hay que adoptar en cada circunstancia la actitud mental más adecuada.

Espirituales

espiritualesLos espirituales están en la etapa más avanzada del progreso. Cultivan y desarrollan su sensibilidad humana porque consideran que es lo más valioso que tienen para asumir la complejidad creciente de la sociedad y resolver los problemas que les angustian. Esta alta valoración de la sensibilidad humana les sitúa en la estación espiritual que es la posición más avanzada de progreso.

Los espirituales son plenamente conscientes de su situación en el entorno que les rodea y de los riesgos y oportunidades. Enfocan sus actuaciones con instinto de progreso porque la sensibilidad para intuir lo que puede ocurrir a largo plazo les da seguridad. Se guían por sus valores y principios, tienen un alto nivel de compromiso social, y asumen sus responsabilidades. Son innovadores y aceptan las nuevas ideas que provienen de la investigación.

Tienen vocación de que sus obras superen el paso del tiempo. Encuadran sus planes en amplios contextos, analizando las consecuencias y la estabilidad a largo plazo. No aceptan que la eficacia o la eficiencia sean fines en sí mismos sino medios para servir a los individuos y a la sociedad para que prosperen de forma sostenible.

Las organizaciones espirituales tienen una estructura ligera pero eficiente, con capacidad de reacción para anticiparse a los hechos. Consiguen su estabilidad a través del perfeccionamiento continuo de sus miembros y del desarrollo de la conciencia colectiva. Sobre esta base sustentan la identidad, la credibilidad y la fama, que son valores que estos colectivos procuran reforzar porque tienen un alto concepto de su propia estima y porque buscan la autorrealización, la trascendencia, y la independencia.

Cerebrales

cerebralesCerebrales son quienes se guían por la razón y el sentido común más que por las emociones. Interpretan la realidad con más independencia que los “animales” porque aceptan que las cosas cambian y utilizan más información para analizar lo que sucede y tener capacidad de reacción y adaptación.

Son críticos incluso consigo mismos y están revisando siempre las situaciones valorando su desarrollo y destapando manipulaciones e intereses ocultos. Son ambiciosos y cuidan su formación. Necesitan tener desafíos para estar motivados y encontrar que sus actuaciones tienen sentido.

Consideran que las instituciones y la acción colectiva son fundamentales para el desarrollo de la sociedad, pero también que hay que regenerarlas continuamente para aligerarlas y para que estén al servicio de los individuos y no estén contaminadas de ideas o intereses de los que las dirigen.

No obstante, la estación cerebral no deja de ser una etapa de la evolución que hay que superar. Quienes quedan atrapados en esta estación valoran en exceso la fuerza de la razón y la cultura de la eficiencia y se hacen demasiado radicales. Deshumanizan el progreso con un materialismo que aliena a las personas y degrada su identidad. No son sensibles a que los seres humanos buscan un sentido más profundo a todo lo que hacen en la vida.

Animales

animalesLos «animales» tienen tendencia a integrarse en grupos sociales y a asumir las ideas de sus líderes. Están seducidos por el impacto emocional que tienen los ideales de colectivización e igualdad de los individuos. Aceptan sin controversia la cultura del grupo y no tienen demasiadas oportunidades de expresar libremente sus ideas. Son partidarios de neutralizar el dominio excesivo de las personas y de eliminar los abusos y privilegios. Creen en el esfuerzo colectivo para resolver los problemas de la sociedad y consideran que la iniciativa individual tiene supeditarse a los intereses del grupo.

En un ambiente dominado por animales los individuos tienen poca influencia, salvo los que pertenecen a las minorías de control. Los que tienen poder cuidan de los valores e intereses colectivos según ellos los interpretan y no aceptan que otras personas puedan discrepar, sobre todo si se trata de independientes. Los líderes deciden sobre los intereses colectivos, para lo que son autoritarios, incluso tanto como los vegetales.

En una sociedad “animal” las instituciones se desarrollan de abajo hacia arriba con lo que tienden a crecer más de lo necesario y a ser burocráticas. Derivan en organizaciones pesadas, en las que las decisiones pasan por largos procesos que condicionan las soluciones. No hay en ellas cultura de razonar y debatir las situaciones y se apoyan mucho en la programación y en la inercia de los sistemas y procedimientos de producción.

Muchas personas se quedan estancadas en el ideal de que todos seamos iguales y estemos supeditados al interés común. Otras van balanceando más la razón sobre las emociones y advirtiendo que conviene que haya un cierto equilibrio entre los intereses de los grupos y los de los individuos, con lo que van acercándose a la estación cerebral.

Vegetales

vegetalesLos vegetales viven muy presionados por el ambiente que les rodea y tienen que dedicar gran parte de su energía a sortear los problemas que les amenazan. Luchan por la supervivencia y están más preocupados por lo que pueda ocurrirles en cada momento que por lo que pueda depararles el futuro.

Necesitan sentirse seguros en su ambiente y tener cada vez más poder. En los ambientes dominados por vegetales, los que mandan hacen uso de su fuerza e imponen siempre que pueden su voluntad sin importarles que esta situación haga difícil que prosperen ideas nuevas. La sociedad que está bajo la influencia de los vegetales se desarrolla lentamente.

La preocupación por lo cercano e inmediato les hace depender demasiado de sus percepciones. Se dejan llevar por las apariencias más que por la realidad y su juicio sobre las cosas que suceden está influido por la presión del ambiente. Reaccionan con precipitación dando importancia a cuestiones accesorias, pero son lentos en decidir sobre las cuestiones de largo alcance porque no tienen perspectiva de futuro.

Tienden a ser autoritarios y buscan el poder y la riqueza para defender su posición y para premiar a sus colaboradores a cambio de apoyo y entrega incondicional. Son hábiles en movilizar a las personas y aprovechar su capacidad pero no les dejan suficiente margen para que progresen y dejen escuela. Consiguen su mejor rendimiento cuando comienzan nuevas aventuras porque es cuando hace más falta luchar por subsistir y más necesario es el empuje individual.

El sueño ocupa un tercio de nuestra vida

sueñoEl sueño ocupa un tercio de nuestra vida que es demasiado para que solo sirva para descansar.

Durante el sueño nuestro organismo puede descansar y reponerse porque no tiene que atender a las demandas de la voluntad y del pensamiento consciente. Sin embargo, durante el sueño nos concentramos intensamente en la actividad del mundo interior que reside en nuestra memoria.

Soñamos rápidas y variadas experiencias ficticias que parecen enteramente reales. Unas veces son sueños placenteros, otras pesadillas, pero casi siempre son episodios en los que no nos involucramos demasiado ni nos provocan reacciones emocionales. En ocasiones recordamos sueños espeluznantes que soportamos sin sufrimiento, mientras que otras veces recordamos pesadillas que no se justifican por el episodio soñado.

Son escenas que visualizamos en la retina como si las captaran nuestros sentidos. En la etapa más activa del sueño abrimos los ojos y los movemos como si estuviéramos despiertos, movimiento que en este caso es muy rápido sucediéndose las escenas como sí rebobináramos los recuerdos de la memoria y los pasáramos a gran velocidad por la retina.

En realidad lo más importante que se produce en el sueño es el proceso de las experiencias vividas para que germine el conocimiento en el cerebro. Merece la pena que sigamos elaborando sobre esto.