PP y PSOE

PP y PSOEAnte un futuro tan incierto, pongo mi granito de arena con la siguiente propuesta a PP y PSOE. Creo que la suscribirían una mayoría de ciudadanos.

Modificar la Constitución para que los tres poderes del Estado sean realmente independientes y para que haya un sistema electoral en el que cada ciudadano tenga un diputado concreto que le represente y pueda a través de él participar en el desarrollo político si así lo desea.

Reducir la estructura del Estado, el gasto y los impuestos, sin dejar de atender con prioridad las necesidades sociales básicas.

Dar prioridad a la educación y no contaminarla con doctrina ideológica.

Consenso para decidir las cuestiones fundamentales y preceptos de contenido ideológico.

Reprimir la delincuencia y proporcionar paz y seguridad a los ciudadanos.

Reprimir la corrupción, el nepotismo, los privilegios y la administración irresponsable.

Respetar las tradiciones, la historia y la cultura y mantener buena relación con otros estados.

No hacer demagogia, tener un perfil mediático limitado y no estar demasiado tiempo en cargos políticos.

Reforma de la ley electoral

ley electoralHay un debate público continuo sobre los problemas que aquejan a nuestra sociedad y sobre las reformas que deberían acometerse, pero nadie propone la reforma más importante, previa a todas las demás, que es una reforma de la ley electoral en la línea de lo que existe en las democracias occidentales más desarrolladas: Francia, EEUU, Reino Unido, Japón, Alemania, Canadá, Nueva Zelanda,….etc.

En España estamos sometidos a la hegemonía de los dos grandes partidos políticos que son quienes deciden quienes tienen que representar al pueblo. La intervención de un ciudadano se limita a votar a un partido cada cuatro años. Si desea proponer algo o simplemente transmitir sus opiniones sobre las materias que se debaten en el Parlamento o en su ayuntamiento, no tiene un representante con nombre y apellidos a quien dirigirse. Y si pretende dirigirse al partido que votó, puede que no consiga encontrar adonde dirigirse, y si lo consigue ni siquiera le acusen recibo o le contesten sin entrar en el tema. Solo queda el recurso de la calle.

La consecuencia de esta carencia democrática fundamental es que el poder político hace y deshace a su antojo de acuerdo con sus intereses. La estructura del Estado crece en tamaño, complejidad y coste cada vez más, y para financiarla hay una presión impositiva creciente que gravita principalmente sobre la clase media. Los políticos gastan más de lo que permiten los presupuestos y la deuda del Estado crece cada vez más hipotecando a las generaciones venideras. Y lo peor es que esa concentración de poder sin contestación posible ha generado que se «institucionalice» la corrupción y que haya un sobre-coste de comisiones en las obras y contratos del Estado, que se hayan hecho obras innecesarias, que hayan «quebrado» varias cajas de ahorro, ….etc. Lo peor es que esta situación es insostenible para la economía de los ciudadanos pero los dos grandes partidos no están dispuestos a cambiarla.

La reforma de la ley electoral adoptando circunscripciones uninominales permitiría que cada ciudadano tenga claro quien le representa en el Congreso o en el ayuntamiento y pueda participar dirigiéndose a él tanto como desee, aunque también puede optar por inhibirse y confiar en que un partido político se ocupe de representarle. El sistema basado en circunscripciones uninominales, en las que se vota a un solo candidato y no a una lista de nombres, permite la participación de los ciudadanos y devuelve la soberanía al pueblo. Tiene además la ventaja de que cualquier interés minoritario puede ser objeto de atención. Por añadidura, suele producir amplias mayorías, con lo que el partido mayoritario no tiene que «comprar» votos de grupos políticos oportunistas.

Por supuesto esta reforma de la ley electoral tendría que venir acompañada de la eliminación de subvenciones con dinero público a los partidos políticos, y de paso a los sindicatos y patronales. Y también de la supresión del Senado, que es innecesario. Sin embargo podría incorporar un mayor número de diputados para que cada uno de ellos represente a un número razonable de ciudadanos.

Las dos grietas de la Constitución

ConstitucionEl sistema electoral y la separación de poderes son las dos grietas de la Constitución por donde se escapa la democracia. Con el sistema electoral actual el ciudadano no tiene un representante político al que dirigirse y por lo tanto no puede participar durante la legislatura y sin representación ni participación no hay una autentica democracia. La soberanía popular no reside en los ciudadanos sino en los partidos políticos, cuyos líderes son los que deciden las listas de quienes por su fidelidad merecen ser diputados. El ciudadano se tiene que limitar a echar una papeleta en la urna cada cuatro años para elegir la lista precocinada que menos rechazo le produce.

El sistema electoral en el que la soberanía reside en los ciudadanos y en el que hay auténtica representación y participación es el sistema de circunscripciones uninominales en el que se elige un diputado por cada circunscripción. El diputado elegido es el representante político de los ciudadanos residentes en la circunscripción y a él pueden dirigirse siempre que lo deseen, con lo que el diputado se verá obligado a representar lo que mayoritariamente opinan los ciudadanos que representa y no lo que le ordena el jefe de fila de su partido. No en vano es el sistema vigente en Francia, Reino Unido, Alemania, Estados Unidos, Canadá, Nueva Zelanda,…etc. Además, este sistema produce amplias mayorías con lo que el partido mas votado no tiene que «comprar» votos a minorías oportunistas.

La otra grieta es la separación de poderes que es actualmente prácticamente inexistente ya que el partido que gobierna controla el poder ejecutivo y el legislativo, y tiene una considerable influencia en el poder judicial. El ciudadano que se molesta en pensar sobre estas cosas no entiende porque existiendo un Tribunal Supremo de larga y antigua tradición, se han creado el Tribunal Constitucional y el Consejo Superior del Poder Judicial, y mucho menos entiende que sus miembros sean nombrados por los partidos políticos y que incluso puedan ser ajenos a la carrera judicial.

Pedagogía catalana

bandera nacionalLa pedagogía catalana adoctrina a los niños desde hace treinta años para facilitar la consolidación de la oligarquía catalana y la riqueza económica de la clase dirigente. Es un programa barato, porque se financia con fondos públicos utilizando las escuelas públicas y las televisiones públicas, e incluso se ve reforzado por colaboradores minoritarios ocasionales que de vez en cuando queman banderas españolas e imágenes del Rey. Empezó con un sistema electoral en el que todo se cuece en los partidos y en muchas ocasiones hay que «comprar» votos para poder gobernar, de lo que la oligarquía catalana ha arrancado importantes concesiones políticas y económicas a los gobiernos centrales de turno.

Cuando, gobernando el partido popular, se traspasaron las competencias en sanidad y educación a cambio de apoyo parlamentario, la oligarquía catalana pasó de repente a administrar una enorme suma de presupuesto que asciende en torno al 65% del total. Entonces comenzaron a acelerar su actividad pedagógica para asegurar que no había marcha atrás, lo que precisaba llegar al 100% es decir a la separación de Cataluña del Estado Español. Encontraron en el camino la oportunidad de arrancar una reforma constitucional a cambio nuevamente de apoyo parlamentario. Entonces gobernaba un presidente que decía que la unidad de España era discutible, lo que cuidó de no mencionar antes de ser elegido.

Ahora estamos en la pedagogía catalana de un referéndum que no permite la Constitución y quieren hacer los cambios necesarios para conseguirlo y controlarlo. Ya han conseguido que el partido socialista contemple que se puede cambiar la Constitución si lo que se pretende hacer no cabe hoy en ella, lo que da una idea de como consideran normal pasarse las leyes por el forro. Y el colmo de la caradura es el de ese político catalán de izquierda con cara de pocos amigos que dice que los ciudadanos catalanes pueden ser independientes pero además españoles (muy a su pesar supongo), está claro que para «chupar» de todos los beneficios derivados de la nacionalidad española. Es decir teta y sopas.

A pesar del programa cuidadosamente planificado de pedagogía catalana, no parece que la demanda separatista cuente con un apoyo mayoritario en Cataluña. Afortunadamente la mayoría de los catalanes demanda de sus políticos que se centren en administrar el bien común y saquen a la economía catalana de la situación actual próxima a la quiebra y se dejen de hacer demagogia y jugar con las emociones y sentimientos de los ciudadanos.

Nueva aristocracia de los políticos

aristocracia de los politicosVivimos como vasallos de la nueva aristocracia de los políticos. Los líderes políticos tienen en teoría la vocación de servir a los demás, pero luchan por tener poder y por aumentarlo lo más posible y en realidad muchos de ellos sirven ante todo sus propios intereses. Les votamos por su comunicación mediática y sus principales argumentos son la imagen y la palabra. Dicen lo que la gente a la que se dirigen quiere escuchar, sabiendo que las promesas se diluyen y la memoria histórica es efímera y manipulable.

Las elecciones sirven para otorgar poder a personas que buscan el poder. Nadie presta dinero por sintonía emocional pero sin embargo designamos a los que organizan nuestra vida y manejan nuestro dinero por adhesión a su imagen. Los líderes políticos son elegidos democráticamente lo que no garantiza que vayan a tener un comportamiento democrático, pues la realidad está plagada de abusos de poder y de enriquecimientos ilícitos.

En épocas antiguas el dinero y el poder caminaban juntos y los señores feudales cobraban impuestos y manejaban las finanzas a su antojo y conveniencia. Servían al pueblo lo estrictamente necesario para que no se sublevara o para no gastar demasiado en reprimir el descontento social. La sociedad occidental fue evolucionando entre guerra y guerra, aumentando la presión del pueblo sobre la clase dirigente y se fueron creando instituciones que asumían el poder y el dinero de los señores feudales.

Entonces surgió la democracia como forma de gobierno, rescatada de épocas antiguas olvidadas. Después, la revolución industrial propició concentraciones proletarias de cuyo poder de coacción surgieron impulsos revolucionarios de reivindicación social. Las ideas de reparto de la riqueza, de justicia social, de que la soberanía reside en el pueblo, o de asumir el Estado en mayor o menor medida los medios de producción, han impulsado importantes transformaciones sociales.

Ahora, la convivencia democrática requiere que los que mandan sean elegidos por los ciudadanos. Pero el poder sigue siendo ejercido por personas concretas que tienen impulsos y motivaciones en esencia similares a las de los señores feudales de antaño, aunque hoy haya leyes e instituciones que velan por la paz, la libertad y la justicia. Los que mandan siguen siendo humanos y ya no son señores de horca y cuchillo, al menos en el mundo occidental, y no cometen los excesos de épocas pasadas, pero es porque no pueden y no porque la naturaleza humana haya mejorado.

Sigue habiendo sangre azul, pero ya no corre por las venas, sino que se conquista en la lucha por el poder, aunque se dan también muchos casos de transmisión del poder de padres a hijos. Es la aristocracia de los partidos políticos la que decide quien es el «heredero» tras un proceso de confrontación entre facciones y grupos de presión al estilo de las antiguas intrigas palaciegas. El “heredero” adquiere compromisos para repartir la tarta del poder, o eso es al menos lo que esperan quienes han contribuido a encumbrarle. Y de hecho la mano del poder reparte prebendas a sus fieles. Y si las cuentas del Estado se desbordan y no son suficientes para pagar los excesos del poder político, se recauda mas dinero del pueblo tal y como ocurría en épocas medievales. Es la nueva aristocracia de los políticos.

Sistema electoral con circunscripciones unipersonales

tanto montaEn un sistema electoral con circunscripciones unipersonales el mapa electoral está segmentado en tantas circunscripciones como diputados a elegir. En cada circunscripción, cada partido político presenta su candidato y el elector vota a uno de ellos, bien sea porque es la persona en quien más confía o porque confía en el partido que le presenta. El candidato que resulta elegido diputado es el representante político de todos los electores de la circunscripción. Este sistema electoral tiene las siguientes ventajas:

REPRESENTACIÓN. Cada elector tiene un representante político y conoce su nombre y apellidos, su dirección postal, su número de teléfono, su e-mail, su whats app, ….etc, y puede dirigirse a él cada vez que lo desee.

PARTICIPACIÓN. Cada ciudadano puede participar día a día en el desarrollo legislativo a través de su representante con sus opiniones y propuestas y el diputado tendrá que defender las posiciones que estime que son mayoritarias en su circunscripción.

MAYORÍA. Este sistema suele producir amplias mayorías, con lo que hay una estabilidad en la legislatura y no se precisan acuerdos onerosos con pequeños partidos que obtienen beneficios derivados de un poder que no han conseguido en las urnas.

REGIONALISMO. Los sensibilidades regionales pueden aflorar en las urnas tanto como los ciudadanos deseen, dado que las circunscripciones siguen un orden geográfico.

MINORÍAS. Los intereses minoritarios de los ciudadanos están mejor representados a través de la participación día a día con cada representante político que delegando en un partido político cada cuatro años.

Este sistema electoral reduce considerablemente el poder absoluto actual de los partidos políticos y da más poder a los ciudadanos. No es una casualidad que sea el sistema que utilizan en las democracias auténticas como las de Reino Unido, Francia, Alemania, EEUU, Canadá, Nueva Zelanda ….etc. Este sistema es la piedra angular sobre la que debe edificarse la regeneración democrática.

Referendum sobre subvenciones

referendum sobre subvencionesLa Presidenta del partido Popular de Madrid propuso ayer un referéndum sobre subvenciones a los sindicatos, pero puestos a convocar un referéndum habría que incluir en la pregunta las subvenciones a los partidos políticos y a las patronales. Como reciben cuantiosas subvenciones no necesitan concentrarse en defender los derechos de los trabajadores ni que estos se afilien. Administran sobre todo su propio «negocio» y se dedican a las «batallas» ideológicas a favor o en contra del Gobierno, según quien gobierne. A los trabajadores y sobre todo a los parados, que los zurzan. Lo mismo sucede con las patronales, que deberían vivir exclusivamente de sus representados y no del dinero de los ciudadanos,  dinero que pasa desapercibido en su caso porque no generan algarabías en la calle.

También debería preguntarse a los ciudadanos si están de acuerdo en subvencionar a los partidos políticos, que reciben  grandes cantidades de dinero público, y además gastan todavía más endeudándose con los bancos y gestionando la condonación de las deudas, a saber a cambio de que favores. La ley electoral les garantiza que son ellos quienes administran a su criterio la soberanía popular y con dinero fácil y con los poderes del Estado en sus manos, el partido que gobierna es una maquinaria de poder que antepone sus intereses al de los ciudadanos. Unas veces manda uno y otras el otro, pero ambos están de acuerdo en mantener el sistema que les garantiza tener poder y dinero.

Si tuvieran que limitarse a vivir de las cuotas de sus afiliados, se centrarían mas en gestionar el bien común y menos en gestionar ideologías. Si además hubiera un sistema electoral como el que tienen las principales democracias occidentales, estarían mas cerca de los ciudadanos y tendrían que ajustarse a lo que ellos desean en lugar de atender en primer lugar sus intereses. Además, se desactivaría el negocio de quienes manipulan a la gente con propaganda separatista para incrementar su poder económico y poder lucrarse a sus anchas con proyectos inútiles, adjudicaciones a dedo, cobro de comisiones y sueldos millonarios para familiares y amiguetes.

 

La cuestión identitaria catalana

cuestion identitaria catalanaContinúan con la cuestión identitaria catalana, porque si se salieran con la suya, la cúpula del poder «levantaría» un negocio del que vivirían holgadamente todas sus sucesivas generaciones. Tenían una pista de que la cuestión identitaria catalana podría embelesar a los más jóvenes, aparte de a los «clientes» aborregados de poco juicio que se apuntan sin reflexionar a todo lo que sea protestar o manifestarse. Pero fue en la época de Aznar  cuando «vieron el cielo abierto» con la transferencia de las competencias de educación y sanidad. Entonces empezaron a manejar ingentes cantidades de dinero sin pasar por el rigor del control establecido durante muchas décadas en el gobierno central. El entreguismo de Zapatero aceptando «todo lo que venga de Cataluña» resultó decisivo para trazar planes más ambiciosos.

La fórmula era clara, por un lado a colocar y blindar a los familiares y amigos y a gastar todo lo que podían y más para trincar comisiones, que según dijo Maragall en sede parlamentaria no bajaban de un tres por ciento. Antes de llegar a un endeudamiento tan excesivo como previsible y tener sus emisiones de deuda la calificación de bonos basura, procedieron a crear empresas públicas con dinero del contribuyente para continuar endeudando a los ciudadanos con mayor opacidad. Por otro lado invirtieron masivas cantidades de dinero en la propaganda identitaria para manipular a la juventud y a los mas torpes y obtener amplio apoyo popular.

Ahora que están cortos de caja, no ellos por supuesto sino las cuentas públicas, tienen que ir a por todas y conquistar el resto de las competencias, aparte de poner el cazo y solicitar al Estado un anticipo urgente de 5.000 millones. Quieren independizarse para dejar de estar sometidos a control alguno sobre sus cuentas, que pasarían a estar en sus manos sin injerencias de tribunales de cuentas ni presupuestos centrales. Sería un desastre irreparable que sumiría en la pobreza a los ciudadanos que viven en Cataluña, pero entretanto se produciría un enriquecimiento todavía más masivo que los que se relatan en e-mails que están circulando por ahí.

Lo que sorprende es que la cuestión identitaria catalana embelese a la gente y tenga apoyo incondicional de un alto porcentaje de ciudadanos. Toda esa gente enfervorizada que apoya el independentismo bajo los colores de la bandera de Aragón (que tiene narices) serían los grandes perdedores si se produce la avería. Habrían dedicado gran parte de su vida a hacer «el caldo gordo» a la cúpula del poder, a estar permanentemente cabreados, protestando y llenos de pensamiento negativo, simplemente para nada, o mejor dicho para ser cada vez más pobres y hacer inmensamente ricos a unas cuantas familias poderosas.

Los hombres de negro

los hombres de negroParece que los hombres de negro ya visitan España para controlar que la restructuración bancaria se realiza correctamente. Algunos de ellos que según lo publicado nos han visitado son expertos de la máxima garantía como Paul Mathias ThomsenServaas DerooseGert-Jan Koopma, Jürgen Kröger (director de la misión de la CE en Portugal) o Klaus Masuch.

En todo caso, las decisiones que impongan los hombres de negro seguramente serán mejores que las que en todos estos años han tomado los «hombres de gris» que se han encumbrado a los máximos niveles políticos sin tener experiencia acreditada.

Las decisiones que tomen los hombres de negro serán en todo caso mejores que las decisiones que en todos estos años han tomado los «hombres de marrón» que nos han metido en toda esta «mierda» de corrupción, nepotismo, amiguismo, separatismo y derroche generalizado.

El verdadero rescate

el verdadero rescateEl rescate económico lleva mucho tiempo en los medios de comunicación siendo materia de discusión, pero el verdadero rescate, que todo indica que desean los ciudadanos, es que nos rescaten del abuso de poder de la clase política.

El verdadero rescate es suprimir cargos políticos, estructuras del estado innecesarias, empresas públicas innecesarias,  subvenciones a partidos políticos, subvenciones a sindicatos, subvenciones a patronales, demás subvenciones innecesarias, televisiones públicas, embajadas autonómicas, coches oficiales, privilegios salariales, ….etc.

Se podría también suprimir el Senado y unas cuantas autonomías, cambiar la ley electoral para permitir que cada ciudadano tenga su representante político, y llegar a romper la autocracia existente y establecer la separación de poderes.

El verdadero rescate supondría que los políticos que nos gobiernen sean honestos administradores del bien común y dejen de abusar del dinero de los ciudadanos.