El sindicato de los parados

sindicato de paradosUno de los ejes de las medidas para activar la economía y generar puestos de trabajo es la reforma laboral, reforma de la que se lleva dos hablando y negociando sin que lo decretado hasta ahora dé satisfacción.

Siendo una pieza clave para la economía y la competitividad del país, y tratándose de una materia controvertida que afecta a numerosos intereses, tendría que ser objeto de pacto entre los dos partidos mayoritarios, que se supone conocen los intereses generales de la ciudadanía y los de los diferentes sectores y grupos afectados.

Los sindicatos y las organizaciones empresariales tendrán que ser consultadas porque es un rito cultural, pero no cabe esperar nada de ello porque ante todo defienden sus subvenciones. De éstos no está claro si defienden realmente a los pequeños empresarios. Aquellos, subvencionados al 90%, a quien desde luego no representan es a los parados. Es una situación residual de tiempos pasados que todavía sobrevive y que contrasta con la de países altamente competitivos, como por ejemplo Alemania, donde los sindicatos están financiados en su totalidad por los afiliados.

Si alguien tiene que estar representado en las decisiones de la reforma laboral son los parados, que es un colectivo próximo a los cinco millones. Habría que constituir el sindicato de los parados, único que merecería algún tipo de subvención.

Valoración del arte

valoracion del arteLa primera dificultad para valorar la creación artística es que no está claro lo que hay que valorar porque el arte no tiene una definición concluyente, como puede comprobarse en el diccionario. La segunda dificultad es que el valor añadido que aporta la creación artística es un intangible que no está directamente relacionado con los costes de producción. La tercera es que la belleza es un valor relativo que sintoniza con las emociones más que con la razón.

Estas dificultades dejan ya de por si poco margen para que el mercado del arte haga valoraciones objetivas. Además, los artistas surgen de la soledad y muchas veces permanecen en ella durante décadas sin que el mundo tome en consideración su valía ni siquiera su existencia. Hay artistas extraordinarios que nunca llegan a ser conocidos y hay también artistas y seudoartistas que son producto del marketing y tienen la suerte o la habilidad de engancharse a la espiral de la especulación.

Hay un vacio tremendo entre el artista y el mercado. Cuando el precio de una obra, digamos un cuadro, es asequible para que el ciudadano medio lo adquiera para colgarlo en su casa, el elemento que cuenta es la sintonía, relajación o emoción que el cuadro le produce, porque tiene que verlo todos los días. Cuando el precio es elevado la compra tiene más bien carácter de inversión y aquí entra ya en la especulación y en las corrientes del mercado de subastas y de coleccionistas que se separan del mundo de la belleza y de sus emociones.

Este vacío tremendo habría que llenarlo de alguna forma con fórmulas de valoración, que si bien no pueden llegar a catalogar el arte, puedan incorporar estimaciones empíricas más o menos objetivas de las sensaciones, valores, sensibilidades, armonía, quietud, novedad,…etc. que incorpora la obra y estimaciones de la trayectoria y evolución de la tendencia del artista. No es fácil pero creo que no solo es posible sino que podría ser la piedra angular de una iniciativa útil y rentable.

Me estoy refiriendo a que este vacío podría rellenarse con agencias de valoración al estilo de las existentes para calificar la solvencia financiera de un país, de un banco, o de unos bonos. Agencias independientes que objetiven hasta donde es posible llegar, lo que está por ver, el valor que va adquiriendo un artista y sus obras. Ya sabemos que sería un escalón más del mundo especulativo, pero estaría intermediando entre los artistas y las galerías, coleccionistas y casas de subastas, y podrían ser suficientemente accesibles para que cualquier artista por aislado que esté pudiera darse a conocer.

Pacto nacional de progreso

pactoHay muchos ciudadanos, posiblemente una mayoría, que apoyan la idea de que los dos grandes partidos acuerden un pacto nacional en un programa para la recuperación económica y la regeneración política.

Soluciones económicas de austeridad y transparencia en el gasto público, reducción sensible de la administración y las empresas públicas, presupuestos con déficit cero, eliminar subvenciones no imprescindibles, garantizar la unidad de mercado, reforma laboral profunda, leyes penales severas contra la corrupción,….etc. Soluciones básicas del modelo energético, la educación, el sistema de pensiones, el sistema sanitario, ….etc.

Soluciones políticas de revisión profunda de las autonomías, de reforma de la ley electoral con circunscripciones en las que se elija a un solo diputado, de reforma de la Constitución planteando un poder judicial totalmente independiente, ….etc. En realidad, es muy difícil un pacto con este contenido. Éstas reformas requerirían más bien un gobierno de coalición al estilo alemán, del que a la vista está su eficacia.

Si los ciudadanos tuviéramos “nuestro diputado”, con un sistema electoral de circunscripción uninominal, como tienen las democracias auténticas, seguramente sería un clamor la petición de que los dos partidos busquen soluciones conjuntamente y dejen de escenificar peleas “callejeras”. El presidente Zapatero lo puso muy difícil desde el principio con su política de victimizar y marginar al partido de la oposición, pactando incluso esta marginación con las minorías nacionalistas. La oposición cayó también en la trampa del “cuerpo a cuerpo” y no tiene fácil el acercamiento.

Muchas de las soluciones se pueden imponer con la mayoría absoluta, pero hay reformas necesarias que requieren mayorías cualificadas. Y desde luego la iniciativa tiene que partir del ganador de las elecciones. Merece la pena que lo intenten, pero el proceso de reformas no debe de esperar a que haya acuerdos. Puesto en marcha el proceso de reformas los demás grupos políticos podrían incorporarse en la medida en que consideren que es la mejor forma de defender desde dentro los intereses que representan aunque tengan que estar necesariamente supeditados al interés general.

Ajuste económico y político al margen de las ideologías

Hay líderes políticos y sindicales que califican las medidas de ajuste económico como política de derechas, mezclando intencionadamente las cuestiones económicas con las ideológicas. Defienden el gasto excesivo, como si los déficits se disolvieran con el tiempo como si fueran simples recuerdos y cuestionan la buena administración porque dicen que es de derechas.

Ignoran, o niegan, que un déficit alto es malo para cualquier posición ideológica porque implica mayor endeudamiento, desconfianza, encarecimiento del dinero, paro,…etc., que acaba por lastar el crecimiento, incrementar la presión fiscal y deteriorar la calidad de vida, presiones que afectan principalmente a los más desfavorecidos, que son a los que parece que dirigen sus palabras.

El Gobierno va haciendo ajustes con cuentagotas porque no quiere defraudar más de la cuenta a todas esas personas e instituciones que ha estado alimentando de declaraciones y medidas demagógicas en los años recientes. Los sindicatos, que siguen estando subvencionados desde la dictadura, tienen un ejército de liberados preparados para salir a la calle cuando se lo ordenen, lo que hace difícil que el Gobierno se atreva a hacer la reforma laboral que necesita la economía y desde luego los parados.

También resulta difícil contener el gasto innecesario que se propaga a lo ancho de las autonomías y del aparato del estado y de las empresas públicas, que han crecido en las tres pasadas décadas hasta el punto de multiplicar por cuatro o cinco el número de funcionarios. Para estos ajustes lo mejor sería que los dos principales partidos se pusieran de acuerdo y actuaran conjuntamente. Son programas de ajuste que en la vida de cualquier empresa tienen lugar cada cierto tiempo.

El problema para que se pongan de acuerdo es que no han parado de insultarse durante siete años. El reciente entendimiento para incluir el equilibrio presupuestario como precepto constitucional abre una puerta a la esperanza de que se entiendan. El país lo necesita para racionalizar la administración del conjunto del Estado y poner freno a los intereses bastardos disfrazados de reivindicaciones nacionalistas.

Un pacto de reforma de la ley electoral dividiendo el país en tantas circunscripciones como diputados, es decir eligiendo un diputado en cada una de ellas, abriría un nuevo periodo de gobiernos con amplias mayorías sin tener que comprar votos a partidos minoritarios oportunistas y sin que por ellos las minorías ciudadanas dejaran de estar amparadas. Sería además una nueva era de participación ciudadana en las tareas políticas, hoy tan imposible como lo era en la dictadura.

Sindicatos independientes del dinero público

dinero publicoLos tiempos de crisis nos hacen pensar en muchas cosas y nos obligan a revisar cuestiones que aunque fueran controvertidas estaban asumidas como normales. Una de ellas es la representación sindical de los trabajadores y la conveniencia de articularla con sindicatos independientes del dinero público. Hoy la representación está concentrada en dos sindicatos mayoritarios que en realidad operan como si fueran uno solo. Ambos sindicatos viven de subvenciones públicas y defienden más o menos lo mismo, incluso suelen expresar sus mensajes de forma conjunta. Para gran parte de los ciudadanos parecen la misma cosa.

Hay mucha gente que opina que los sindicatos no representan fielmente los intereses del conjunto de la población activa y que se ocupan más en defender los derechos de los que están trabajando, aunque dicha defensa contribuya a dificultar la contratación de los más jóvenes y contribuya también al cierre de negocios en situación de precariedad. Desde luego la posición de los sindicatos es opuesta a flexibilizar determinados aspectos de la contratación laboral que muchos economistas juzgan necesario para relanzar la economía.

Los sindicatos reciben dinero público con el que financian alrededor del 90% de sus presupuestos, cubriendo las cuotas de sus afiliados tan solo un 10%. Esta situación contrasta con la de Alemania, país en el que los sindicatos están sufragados por los afiliados y son independientes del dinero público. En Alemania los sindicatos tienen que defender de forma rigurosa el interés colectivo de sus miembros porque es la razón de ser de las contribuciones que éstos hacen y la forma de que continúen haciéndolas.

Aquí en nuestro país los sindicatos tienen la vida asegurada con dinero público y no tienen que profundizar demasiado en como representan a un colectivo que en realidad es un simple “accionista minoritario”. Tienen que escenificar enfrentamientos con el gobierno pero no pueden llegar muy lejos y desde luego defienden muy bien los intereses corporativos propios. Para ello cuentan con un “ejercito” de 57.000  liberados cuya principal misión es salir a la calle cuando les convoquen.

Especialmente negativo es el impacto de que hagan acuerdos de sector con las organizaciones patronales (con representatividad también discutible) para decidir sobre materias que un empresario debería de poder libremente pactar con sus trabajadores según las posibilidades reales de la marcha del negocio. La verdadera reforma laboral debe de empezar por que los sindicatos sean independientes y se financien con las aportaciones de sus afiliados. Una vez conseguido esto ya se preocuparán los sindicatos de contribuir de forma efectiva a defender a la colectividad que representan.

Internet con ADSL es básico para el desarrollo rural

internet con adslDurante la segunda mitad del pasado siglo se ha producido el éxodo hacia las grandes ciudades mientras las zonas rurales españolas se han desertizado. La causa principal se atribuye a la mecanización de la producción agrícola y la localización del desarrollo industrial en zonas urbanas.

Sin embargo la verdadera causa de la migración hacia las ciudades reside más bien en la búsqueda de la modernidad y de nuevas oportunidades. Las zonas rurales quedaban desfasadas y se alejaban cada vez más del nuevo estilo de vida que ofrecían las ciudades.

Ahora las grandes ciudades se han saturado, son incomodas, y en ellas la vida es mucho más cara que en los pequeños pueblos. La vuelta a las zonas rurales es una oportunidad que tendría muchos partidarios si no es porque los políticos no se están ocupando de incentivar y potenciar la principal infraestructura que necesitan las zonas rurales que es el acceso a internet con ADSL.

Hace siete años se legislaron subvenciones y se planificaron sistemas para que las zonas rurales tuvieran la misma velocidad de acceso a internet que las áreas urbanas, pero la solución adoptada está estancada en la tecnología de hace siete años y además es cara. Las zonas urbanas han progresado enormemente en estos siete años e incluso han sido dotadas de alta velocidad con fibra óptica. Mientras tanto las zonas rurales siguen olvidadas y condenadas a no sobrepasar lo se ofrecía a las zonas urbanas hace siete años. Está claro que los políticos viven en ciudades.

Sin internet con ADSL las nuevas generaciones ya no pueden vivir, ni tampoco nadie que tenga alguna ocupación o quiera emprender alguna iniciativa empresarial. La cobertura de internet en las zonas rurales, con ADSL de velocidad aceptable y precios equiparables a los de las ciudades, es imprescindible para evitar una nueva ola migratoria y para potenciar la productividad de muchos negocios que podrían tener éxito basados en zonas rurales pero que son inviables con los costes de la gran ciudad.

Los políticos deberían ejercer su autoridad reguladora y obligar a los proveedores que esté disponible el servicio de internet con ADSL en todo el ámbito nacional.

Reconsideración de la energía nuclear

Cuando el PSOE llegó al poder en 1982 ya estaban funcionando las centrales nucleares de Zorita, Garoña y Vandellós I, inauguradas en 1968, 1970 y 1972 respectivamente. Estaban entonces en avanzado estado de construcción las centrales de Almaraz I y II y Ascó I que comenzarían a operar en 1983 y 1984. Y estaba también en construcción la tristemente célebre central de Lemoniz.

La mayoría de los partidos políticos, incluido el PNV, apoyaban allá por 1980 el desarrollo de la energía nuclear como apuesta de futuro, pero a principios de 1981 la ETA asesinó al ingeniero José María Ryan encargado de la construcción de la central de Lemoniz y un año después, en mayo de 1982, asesinó también a Ángel Pascual, ingeniero jefe de dicha central.

Por entonces, los partidos políticos estaban perfilando su programa electoral para las elecciones de después del verano y el PSOE incluyó en su programa la suspensión del programa de construcción de centrales nucleares. Lo hizo anteponiendo a cualquier otra consideración la sensibilización de la opinión pública ante los referidos asesinatos de ETA, el interés electoral del partido, y quizás también para claudicar menos vergonzosamente en Lemoniz.

La energía nuclear pasó entonces a ser cuestión ideológica con la paradoja de que mientras el partido en el gobierno pretendía terminar con la energía nuclear, se producían las inauguraciones de Almaraz I en 1983, Almaraz II y Ascó I en 1984, Ascó II en 1986, Trillo en 1987 y Vandellós IIen 1988 . En 1984 el gobierno había decretado la moratoria nuclear y posteriormente en 1991 se paralizan otros 6 proyectos de centrales nucleares incluyendo Lemoniz. No se sabe si la paralización definitiva estuvo apoyada en el incidente de grado 3 que se produjo en 1989 en Vandellós I, que condujo a su paralización debido a los altos costes de reparación, pero en cualquier caso la paralización ya estaba programada.

La política socialista produjo el desmantelamiento de cuatro centrales nucleares que estaban ya construidas al 86% y la compensación que hubo que pagar ha supuesto un incremento del recibo de la luz del 3 al 4% durante 20 años. Pero además, los 32 millones de MW/H que hubieran producido esas centrales a 12 €/MWH cuestan ahora 80 €/MWH, lo que supone un impacto del 8,4% sobre el recibo de la luz, ya cargado también por otro 9,2 % por el impacto de las subvenciones a las energías renovables.

Ahora, el entonces Presidente del Gobierno se declara partidario de la energía nuclear y alega que la cosa en 1982 no era ideológica sino que estaba guiada por la seguridad y por el problema de almacenamiento de residuos radioactivos. Lo cierto es que la energía nuclear es indispensable para el crecimiento de la población mundial que se incrementa en 1000 millones de personas cada catorce años. Es además la única solución realmente efectiva para generar “energía verde” y constituye la mejor respuesta al cambio climático.

El incidente de Japón es ciertamente preocupante y está bien que se revise la seguridad de las centrales una vez más, pero hay ya demasiadas centrales nucleares en el mundo para dar marcha atrás y concretamente en España tenemos unas cuantas muy cerca, además de las nuestras. Seguramente la central de Fukushima dará guerra algún tiempo pero parece que el problema de radiación está bajo control. Es uno de los muchos riesgos que tiene que afrontar la humanidad desde que salió de las cavernas.

La energía nuclear de fisión, que es la problemática, es solo el camino para la futura energía nuclear de fusión, bastante más libre de problemas, aunque es cierto que todavía está por ver que su aplicación industrial llegue a ser una realidad. A pesar de Japón, las declaraciones del PSOE sobre la energía nuclear no son hoy más negativas de lo que lo fueron en tiempos pasados. Vuelve a producirse la circunstancia de que hay unas elecciones muy próximas y que el PP, defensor de la energía nuclear, tiene una ventaja considerable.

La crisis económica invita a considerar seriamente acabar con la moratoria nuclear para tener energía mucho más barata y menos dependiente del exterior. Los dos partidos dominantes podrían ponerse de acuerdo igual que lo han hecho para incluir en la Constitución el equilibrio presupuestario. Nuestros nietos lo agradecerían, porque mientras tanto nosotros tenemos que seguir pagando caro que la energía nuclear sea de «derechas».

El cáncer de las subvenciones innecesarias

Las subvenciones innecesarias son un cáncer económico que ahoga poco a poco a la sociedad civil. Cuando las cuentas del estado están equilibradas las subvenciones innecesarias no comprometen el balance económico pero son cuestionables porque encarecen la economía del contribuyente. Y cuando, como ahora, el Estado gasta más de lo que ingresa y el déficit de sus cuentas llega a ser de 11,2% como lo fue en 2009, las subvenciones que no son imprescindibles hay que eliminarlas de forma radical e inmediata.

Empezando por los partidos políticos, en 2010 se subvencionó al PP con 36 m€ y con 34 m€ al PSOE. Aparte de que como principio los partidos políticos deberían financiarse por sí mismos, bastaría con que sus 200.000 miembros, como es el caso del PSOE, abonaran una cuota anual de 170 € que representa mucho menos que el incremento del recibo de la luz. Y si así fuera ya se encargarían los militantes en que no se dilapide el dinero.

Para subvencionar los sindicatos en el año 2010 se presupuestaron 193 m€ para repartirse entre UGT y CCOO, a lo que hay que sumar el gasto de 7574 m€ que el Ministerio de Trabajo presupuestó para el fomento de la inserción y estabilidad laboral, que no es otra cosa que la celebración de cursos para parados normalmente gestionados por los sindicatos con eficacia casi nula según los expertos. Además, parece ser que los sindicatos perciben una comisión del montante de los expedientes de regulación de empleo, al menos en Andalucía. En contraste, en Alemania los sindicatos se financian con las cuotas de sus afiliados.

Las subvenciones que presupuesta el Ministerio de Cultura ascienden a 414 m€, la mitad para el cine y el teatro, entre ceja y ceja. Las subvenciones de cooperación al desarrollo ascienden a 2808 m€ incluyendo millonarias ayudas públicas muy cuestionables. Y lo que resulta escandaloso es que haya una partida presupuestaria de 2094 m€ para imprevistos y funciones no clasificadas, montante un 35% superior al de congelación de las pensiones.

El Ministerio de Industria reparte 4425 m€ en subvenciones, muchas de ellas necesarias, aunque otras cuestionables, como es el caso del sostenimiento de la minería del carbón que no es competitiva y es altamente contaminante, por un valor de 750 m€, además de las partidas dedicadas a desarrollos alternativos e infraestructuras. El Ministerio de Fomento administra 908 m€ de subvenciones en su mayor parte al transporte terrestre.

La falta de transparencia impide al ciudadano normal conocer el detalle del gasto en subvenciones y cuando se discute en los medios sobre alguna subvención en concreto suelen afirmar los responsables que se trata “del chocolate del loro” y que no se arregla nada eliminándola, argumento que no se ha aplicado para la miserable cuantía congelada a cada pensionista.

Es importante y urgente que los ciudadanos conozcamos cuanto y a quién se subvenciona. Es una información que existe y está debidamente digitalizada, por lo que se puede dar a conocer en una publicación ad-hoc, o más simplemente a través de internet. Solo requiere la voluntad política de cumplir con la obligación de informar a los ciudadanos en que se gasta su dinero.

Excesos verbales de altos responsables

De vez en cuando aparecen en los medios declaraciones imprudentes con excesos verbales de altos responsables que tienen a su cargo instituciones importantes. Estas declaraciones no son consideradas por el entorno político-social como opiniones de una determinada persona sino como expresión formal de la institución que dirige de la que es dirigente y portavoz.

Cuando un alto responsable es apartado de la institución que dirige, sus opiniones dejan de tener importancia, igual que les ocurre a ellos mismos. Dicen que el primer síntoma de la irrelevancia en la que cae un cesado es que dejan de sonar los teléfonos. Es decir que ni siquiera les piden ya opinión.

Pero un alto cargo en ejercicio habla por boca de la institución que dirige y tiene que ser responsable de las consecuencias que sus declaraciones pueden generar. Un ejemplo son las conclusiones de la Directora Gerente del Fondo Monetario Internacional de que los riesgos para la economía mundial están aumentando, expresadas en su discurso del pasado día 27 de agosto en Jackson Hole y enfatizadas en unas declaraciones al semanario Der Spiegel advirtiendo del riesgo de una recesión mundial.  Sus palabras fueron en gran medida la causa de un desplome del 5% de los mercados de renta variable.

No se entiende como puede ser tan radical una persona que acaba de llegar al cargo y se supone no tiene por lo tanto maestría suficiente para ser tan concluyente ni para endosar las opiniones e informes que le suministren. Pero aunque tuviera firme convencimiento de sus conclusiones, tendría que guardarlas para sí y expresarse con moderación y prudencia, como suelen hacerlo los responsables de los bancos centrales. Igual que si tiene exceso de gases los contiene sin evacuarlos en público.

Se supone que una persona de este nivel no actúa por interés personal, pero también tendría que tener en cuenta lo de la mujer del César, máxime si tiene cuestiones pendientes con la justicia.