Cómo vivir más y mejor

Cómo vivir más y mejor: ....una armonía que proporciona felicidad y prolonga la vida de [Serrano de Entrambasaguas, Guillermo]

Cómo vivir más y mejor te ayuda a conseguir tener una armonía en tu conciencia para reducir el estrés, tener las ideas claras y que tu cerebro trabaje con alto rendimiento.

Una tensión mental excesiva produce poco a poco deterioros orgánicos y enfermedades de las que la causa principal es el estrés. Las situaciones que afrontas a diario deforman tu visión de la realidad y te hacen acumular estrés y consumir más energía, lo que perjudica a tu salud y acelera el envejecimiento.

Para vivir más y mejor tienes que tener ideas claras, reflexionando cada cierto tiempo para restablecer la armonía en tu pensamiento y mejorar las respuestas emocionales del Subconsciente cuando tengas que reaccionar sin tiempo para pensar.

Te invito con «Cómo vivir más y mejor» a reflexionar sobre las cuestiones que afectan a tu vida diaria con la ayuda de 114 pautas, provisiones y cautelas. Son como 114 «píldoras», sobre las que puedes meditar y razonar hasta que tu Conciencia tome posición. Es una especie de «visita guiada» que no pretende adoctrinar sino provocar que tu pensamiento tenga sobre ellas sus propias conclusiones y puedan decantarse en el debate interno de tu Subconsciente.

Estas 114 reflexiones no incluyen de forma exhaustiva todas las que puedan ser fundamentales, pero son un conjunto coherente de cuestiones sobre las que tienes que tener ideas que no se contradigan ni necesites estar continuamente revisando.

Con ideas claras, tus esquemas mentales serán simples y coherentes y conseguirás una armonía mental que proporciona felicidad y prolonga la vida. Un fondo de paz y tranquilidad que te ayudará a obrar con acierto. El trabajo de tu cerebro será más eficiente y podrá extender su vida durante más años para permitirte vivir más y mejor.

Si sigues la disciplina que te propone «Cómo vivir más y mejor», tendrás una visión más simple y práctica del mundo que te rodea y arrojarás luz en tu Conciencia sobre muchos ángulos obscuros que te atormentan y condicionan. Es como tener un faro que ilumina tu camino para que no caigas en las trampas que la vida diaria te tiende.

El efecto Mandela

MandelaEl efecto Mandela de olvidar y mirar hacia el futuro todos los políticos lo alaban pero no lo aplican. En mis trece visitas a Sudáfrica totalizando cerca de doscientos días vividos allí en los últimos años, he podido comprobar que las dos comunidades antes radicalmente enfrentadas ahora conviven en paz y armonía y las veces que me he atrevido a preguntar sobre está convivencia me han respondido por ambas partes: «we love each other». Después de veintisiete años en la cárcel, Mandela dijo que «todos somos hermanos» y que había que olvidar el pasado y trabajar juntos unos y otros por el progreso del país, lo que marcó un antes y un después.

Es una pena que el efecto Mandela no podamos aplicarlo en nuestro país tradicionalmente dividido en bandos irreconciliables: izquierdas y derechas, nacionalistas y no nacionalistas, ricos y pobres, ….etc. y es lamentable que se quiera sembrar odio y ahondar en las diferencias revisando el pasado e incluso deformándolo, como forma de hacer política o hacer oposición. Es un juego macabro en el que los ciudadanos pagamos con impuestos una superestructura política sobredimensionada sin poder hacer otra cosa que votar cada cuatro años una lista precocinada.

Si el sistema electoral estuviera basado en circunscripciones uninominales, como lo está en las democracias occidentales de referencia, y cada ciudadano tuviera un diputado que le representa y pudiera participar en el desarrollo legislativo tanto como desee, el juego macabro de remover odios se terminaría y surgirían políticos más centrados en los verdaderos intereses ciudadanos dispuestos a aplicar el efecto Mandela y buscar la cooperación, superar el enfrentamiento y mirar hacia el futuro.

Internet en zonas rurales

internet en zonas ruralesDisponer de un buen servicio de Internet en zonas rurales es imprescindible para evitar una nueva migración masiva a las ciudades, pero también es una oportunidad para facilitar el desarrollo rural con actividades económicas que no son posibles sin tener plena disponibilidad de conexión a Internet.

Hay negocios en los que Internet es un eje fundamental, que no son viables en las ciudades pero si lo son en áreas rurales, con costes más reducidos,  pero no pueden llevarse a cabo por no ser fiable o no estar disponible la conexión a Internet.

Hace ocho o nueve años hubo un intento de desarrollar Internet en zonas rurales con un programa que pretendía garantizar que la calidad en cualquier punto de España fuera equiparable a la que constituía un estándar en los núcleos urbanos. Estaba basada en antenas parabólicas, pero desde entonces el ADSL en zonas urbanas ha progresado enormemente mientras que la solución de antenas parabólicas ha quedado obsoleta. Cuando se estropea una antena el operador se desentiende de su reparación, como he podido experimentar en casos concretos, y la calidad es muy precaria y el coste elevado.

Ahora la cobertura de Internet en zonas rurales debe de basarse en la red de telefonía móvil que se supone puede llegar más fácilmente a todos los rincones, con independencia de que la fibra óptica vaya extendiéndose. Ahora que se están planteando programas de ayuda a los emprendedores como parte necesaria para relanzar el crecimiento de la economía, el Gobierno debe de poner la atención en asegurar que haya Internet en zonas rurales porque es una contribución muy positiva para emprender nuevas actividades que no son posibles en las grandes ciudades.

Pacto de los dos grandes partidos políticos

partidos politicosAunque parezca una ilusión las circunstancias actuales pueden conducir a un pacto de los dos grandes partidos políticos. No tiene sentido que los socialistas gobiernen en Andalucía con el ideario del partido comunista que solo obtuvo un 11% de los votos ni es lógico ni aceptable que en Asturias imponga condiciones un partido de un solo diputado.

Tampoco tiene sentido que las reformas necesarias para remontar la situación económica sean combatidas en la calle contra la mayoría absoluta que apoya al Gobierno. Ni tampoco es lógico que en estos momentos en los que hace falta mucha concordia las minorías nacionalistas se radicalicen en busca de la independencia.

Por otra parte no existen hoy en día grandes diferencias ideológicas entre los dos partidos mayoritarios. Los socialistas entienden que hay restablecer la salud económica y de hecho ya el anterior gobierno adoptó medidas económicas impopulares, rebajando incluso las pensiones. Los populares por otra parte aceptan los programas de ayuda social y de bienestar que puedan financiarse, La justicia social ya no es bandera de nadie porque la apoya toda la sociedad.

Solo queda que los políticos se despojen de toda soberbia y demagogia y hagan lo que todos los seres humanos de buena voluntad tratan de hacer cuando tienen problemas de entendimiento que es precisamente convivir, conocerse mejor y buscar lo que les une en vez de esgrimir lo que les separa. Es hora ya de que se pongan de acuerdo. Los socialistas tienen que aceptar que el Gobierno tiene un apoyo mayoritario y los populares tienen que entender que no deben abusar de su mayoría. Puede ayudar apoyarse en los profesionales que por encima de sus inclinaciones políticas tienen conocimiento y criterio sobre los planteamientos económicos. Los ciudadanos agradecerían un pacto nacional por el verdadero progreso.

Debe gobernar la mayoría

Tanto en las elecciones andaluzala mayorias como en las de Asturias debe gobernar la mayoría, pero está a punto de cometerse el sinsentido de que el partido más votado no sea el que gobierne. Si en Asturias el partido mayoritario es el socialista, debería gobernar, igual que en Andalucía debería gobernar el parido popular. Las coaliciones electorales deberían ser previas a las votaciones para que los ciudadanos tengan claro el programa que votan y no suceda que un partido que no es el más votado gobierne con las imposiciones extremas de un grupo minoritario que solo tiene un 11% de apoyo popular como es el caso de Andalucía, o que como sucede en Asturias coexistan dos partidos conservadores mas o menos iguales solo para disputarse cual de las dos facciones lidera la coalición.

No es aceptable que ideas comunistas ya obsoletas que solo apoyan un 11% de electores se impongan al partido socialista como pago a la coalición de izquierdas para que pueda gobernar. El partido socialista que a pesar de las veleidades de la última legislatura es una izquierda bastante centrada, se ve ahora en Andalucía obligado a considerar el «banco popular de tierras», la «implantación de la circunscripción electoral única» para Andalucía, la «economía democrática» planificada que hizo fracasar al comunismo, el «no a las bases de EEUU», el «proteccionismo agrícola», la «derogación de la ley antibotellón» y otras medidas que quizás permanezcan por el momento ocultas.

Este despropósito es consecuencia directa de la ley electoral que solo permite votar una lista de nombres previamente cocinados por un partido político, lo que equivale votar a un partido, es decir a una marca, y no votar a una persona que quieres que te represente, sea o no presentada por un partido. La circunscripción electoral uninominal es la que está vigente en las sociedades auténticamente progresistas y permite que cada ciudadano tenga su representante aun en el caso de que no sea a quien ha votado, detalle que el representante no tiene porqué conocer. Dicho representante canaliza las ideas e inquietudes de sus representados, los cuales tienen abierta una vía de participación que puede ser independiente de la militancia en un partido. En nuestro sistema, creado deliberadamente para repartirse el poder los dos grandes partidos, el ciudadano está obligado a delegar su soberanía a un partido político.

El partido comunista defiende la circunscripción única porque anula todavía más la representación y participación ciudadana y les da algunos escaños más para asegurar su posición de partido bisagra que impone políticas minoritarias. El sistema electoral con circunscripciones uninominales, que es el que debería implantarse en España, y que debió de haberlo sido en la transición, garantiza que gobierna el partido que ha alcanzado la mayoría de votos porque produce mayorías amplias que no tienen que comprar votos. Reflejan la voluntad mayoritaria de los ciudadanos, pero a su vez el gobierno está permanentemente amenazado por la participación activa del pueblo a través de sus representantes que determinan la posición de éstos en las votaciones por encima de la disciplina de voto.

El sistema electoral está blindado y es inaceptable

esta blindadoEl sistema electoral está blindado y el ciudadano no conoce quien es su representante político, sencillamente porque no lo tiene. Los diputados representan a quien les incluyó en la lista y están comprometidos con la disciplina de voto. Ningún ciudadano puede exponer sus puntos de vista ni hacer propuestas porque no tiene a quien dirigirse con el compromiso de ser atendido. Y si no hay representación no puede haber participación.

El Gobierno central, los gobiernos autonómicos, los diputados o senadores, los partidos políticos…etc.,  no tienen comunicación directa con los ciudadanos y por lo tanto desconocen lo que piensan. Solo les interesa lo que dicen las encuestas y los resultados electorales cada cuatro años sobre las listas y programas que presentan los partidos cocinados a espaldas del pueblo. El sistema vigente garantiza que uno de los dos partidos mayoritarios, en este momento el partido Popular, gobierne durante cuatro años sin participación ni representación ciudadana aglutinando los tres poderes del Estado. Ambos partidos están satisfechos con repartirse el poder alternando sus mandatos según los resultados.

La situación está blindada y es imposible que los dos partidos mayoritarios se pongan de acuerdo para reformar la ley electoral para que haya verdadera representación política y para que cualquiera que lo desee pueda participar a través de su representante. Tampoco es posible que se pongan de acuerdo para reformar la Constitución y garantizar una separación de poderes actualmente inexistente. Tampoco para otras actuaciones necesarias para garantizar la sostenibilidad del Estado hoy amenazada.

Es increíble que nadie levante la voz para denunciar este déficit democrático. Muchos hablan de la regeneración democrática sin reparar en que la única forma de que haya representación y participación es con el sistema mayoritario de circunscripción uninominal que es el que está vigente en los países democráticos desarrollados. Lamentablemente cada vez que se comenta públicamente sobre el sistema electoral se alzan voces pidiendo la proporcionalidad entre votos y escaños, que es todavía peor que lo existente, o las listas abiertas que ya fracasaron en la segunda república y que las tenemos en el Senado sin que sirvan para nada. La presión ciudadana tendría que concentrarse en exigir el sistema electoral con circunscripciones uninominales porque lo demás vendrá por añadidura.

La llave de la regeneración democrática

llaveEn los meses previos a las pasadas elecciones generales se ha hablado mucho de la reforma de la ley electoral y de la regeneración democrática. Los partidos políticos minoritarios planteaban la proporcionalidad de votos y escaños e incluso la circunscripción única, sin duda porque conseguirían mas diputados. Los partidos mayoritarios no han mostrado entusiasmo por cambiar el sistema electoral, aunque algunos de sus representantes indicaban, vagamente, que los ciudadanos deben de estar más cerca de sus administradores, con referencia a la posible ampliación del número de circunscripciones electorales. Evidentemente les interesa dejar las cosas como están.

La visión de la clase política se reduce a que los ciudadanos nos limitemos a votar a un partido cada cuatro años, es decir que deleguemos la soberanía popular en los partidos políticos. A ningún político le preocupa que no haya representación democrática de los ciudadanos y que en consecuencia no puedan participar. De nada sirven las opiniones de los ciudadanos, ni de las asociaciones de ciudadanos, si no existen cauces para someterlas a consideración para ser democráticamente adoptadas o rechazadas.

En una verdadera democracia la ley electoral tiene que garantizar algo tan simple como que cada ciudadano tenga un representante concreto a quien dirigirse, tanto a título individual como a través de asociaciones ciudadanas. Esto abriría el canal de la participación ciudadana hoy inexistente. La reforma de la ley electoral introduciendo las circunscripciones uninominales es la llave de la regeneración democrática y sin esta llave no se puede abrir la puerta del progreso. Es lo que hay en Alemania, Reino Unido, Francia, EEUU y otros países, pero nuestros políticos de la transición prefirieron “inventar la pólvora” antes de copiar los sistemas que tienen éxito en el mundo.

Debería de ser posible el consenso sobre esta orientación de la ley electoral, porque no hay argumentos razonables para rechazar este principio básico de representación y participación. La única oportunidad de conseguirlo es que el esfuerzo ciudadano de opinar en los medios y en las demás tribunas al alcance, se concentrara en clamar por esta reforma.  Y si los partidos políticos no se ponen de acuerdo en articular la representación y la participación ciudadana, menos aún lo harán sobre otras opiniones de reformas que tienen colores políticos.

Pacto nacional de progreso

pactoHay muchos ciudadanos, posiblemente una mayoría, que apoyan la idea de que los dos grandes partidos acuerden un pacto nacional en un programa para la recuperación económica y la regeneración política.

Soluciones económicas de austeridad y transparencia en el gasto público, reducción sensible de la administración y las empresas públicas, presupuestos con déficit cero, eliminar subvenciones no imprescindibles, garantizar la unidad de mercado, reforma laboral profunda, leyes penales severas contra la corrupción,….etc. Soluciones básicas del modelo energético, la educación, el sistema de pensiones, el sistema sanitario, ….etc.

Soluciones políticas de revisión profunda de las autonomías, de reforma de la ley electoral con circunscripciones en las que se elija a un solo diputado, de reforma de la Constitución planteando un poder judicial totalmente independiente, ….etc. En realidad, es muy difícil un pacto con este contenido. Éstas reformas requerirían más bien un gobierno de coalición al estilo alemán, del que a la vista está su eficacia.

Si los ciudadanos tuviéramos “nuestro diputado”, con un sistema electoral de circunscripción uninominal, como tienen las democracias auténticas, seguramente sería un clamor la petición de que los dos partidos busquen soluciones conjuntamente y dejen de escenificar peleas “callejeras”. El presidente Zapatero lo puso muy difícil desde el principio con su política de victimizar y marginar al partido de la oposición, pactando incluso esta marginación con las minorías nacionalistas. La oposición cayó también en la trampa del “cuerpo a cuerpo” y no tiene fácil el acercamiento.

Muchas de las soluciones se pueden imponer con la mayoría absoluta, pero hay reformas necesarias que requieren mayorías cualificadas. Y desde luego la iniciativa tiene que partir del ganador de las elecciones. Merece la pena que lo intenten, pero el proceso de reformas no debe de esperar a que haya acuerdos. Puesto en marcha el proceso de reformas los demás grupos políticos podrían incorporarse en la medida en que consideren que es la mejor forma de defender desde dentro los intereses que representan aunque tengan que estar necesariamente supeditados al interés general.

Las elecciones generales y el túnel del tiempo

tunel del tiempoEl planteamiento político del socialismo en este país está atrapado en el túnel del tiempo. Está todavía contaminado por doctrinas fracasadas de los estados socialistas y no tiene la flexibilidad suficiente para ofrecer estabilidad y competitividad en un entorno de libertad como es el de la Unión Europea. Los dirigentes socialistas son conscientes de esto pero están atrapados por su clientela y no se atreven a cambiar el rumbo de forma sensible.

Subyace en la doctrina socialista la idea de un estado paternalista que interviene excesivamente en la economía y en los usos y costumbres de los ciudadanos, con un sector público sobredimensionado y en continuo crecimiento, y con reglas proteccionistas que estimulan el aburguesamiento social y desincentivan las iniciativas emprendedoras. El país acumula ineficiencias, pierde competitividad y su economía se deteriora.

Si el país no formara parte de la Unión Europea y fuera un espacio de dictadura o un estado socialista, el planteamiento paternalista podría funcionar, aunque a costa de devaluar la moneda cada cierto tiempo y empobrecer a la ciudadanía. El sector público, lleno de “clientes” adictos a la causa, evitaría el descontento social con la propaganda de las virtudes de la protección social y el progresismo.

Lo malo es que hoy en día existe internet y la gente comienza a estar más informada. Pero es que, además, estamos integrados en un entorno que exige tener viabilidad económica, porque nuestra moneda es el euro y no cabe el recurso empobrecedor de la devaluación. La doctrina de gastar más de lo que se tiene y de incrementar irresponsablemente año a año los presupuestos del estado, conduce a unos niveles de déficit y endeudamiento que son insostenibles. Todavía los presupuestos contenían substanciales incrementos cuando ya caminábamos “cuesta abajo y sin frenos”.

Las elecciones generales de hoy 20-N dan una oportunidad al país de ser gobernado con rigor económico, abordando seriamente la reducción del déficit y del endeudamiento para  impulsar la economía, manteniendo al mismo tiempo como prioridad la protección social. El punto de partida esta tan deteriorado que hará falta que los dos grandes partidos se pongan de acuerdo en las cuestiones básicas para no depender de minorías oportunistas. Es una oportunidad también para que el partido socialista salga de una vez por todas del túnel del tiempo que le ancla al pasado.

Soñar es progresar

soñarSoñar es progresar. Los sueños parecen fantasías lúdicas destinadas a entretener el espíritu en la pausa nocturna, algo así como un calidoscopio con el que se pueden generar infinitas vivencias imaginarias.

Pero sobre todo es un proceso de fermentación de las experiencias vividas en el que se destilan las esencias del conocimiento. Las vivencias reales son enlazadas de todas las maneras posibles y son ensayadas en todas las situaciones. El espíritu reedita todas las posibles hipótesis vivenciales, en una actividad simulada, en la que los propios órganos de percepción suministran imágenes a la conciencia como si de la realidad se tratase.

En el sueño la mente va “exprimiendo” la experiencia, que se enriquece y amplifica con el efecto multiplicador de esa mágica combinatoria mezcladora de vivencias, liberada en la noche del consumo energético de lo somático.

Una vida sin contrastes tiene escaso potencial para la fantasía de los sueños y el espíritu se debilita y no evoluciona perdiendo capacidad para imponer una identidad. Como el velero que en la calma pierde velocidad y no puede mantener un rumbo.

Las experiencias de vida que desafían a nuestros esquemas mentales, son como líderes del movimiento de reforma de la conciencia, con un amplio protagonismo en el debate misterioso de la ensoñación. Modelan e impulsan la evolución del espíritu.

Las vivencias traumáticas tardan en ser asimiladas y a veces se enquistan como fallas de la conciencia y pueden generar ajustes somáticos que conducen a lo patológico. Es como traspasar la barrera de la evolución y situarse en la frontera de ruptura de la identidad. Es el “bang” de los conceptos, que sólo pueden superar los espíritus esforzados que tienen el reto de caminar hacia lo imposible.