Las centrales nucleares y el programa energético

Cuando el PSOE llegó al poder en 1982 ya estaban funcionando las centrales nucleares de Zorita, Garoña y Vandellós I, inaguradas en 1968, 1970 y 1972 respectivamente. Estaban entonces en avanzado estado de construcción las centrales de Almaraz I y II y Ascó I que comenzarían a operar en 1983 y 1984. Y estaba también en construcción la tristemente célebre central de Lemoniz.

La mayoría de los partidos políticos, incluido el PNV, apoyaban allá por 1980 el desarrollo de la energía nuclear como apuesta de futuro, pero a principios de 1981 la ETA asesinó al ingeniero José María Ryan encargado de la construcción de la central de Lemoniz y un año después, en mayo de 1982, asesinó también a Angel Pascual, ingeniero jefe de dicha central.

Por entonces los partidos políticos estaban perfilando su programa electoral para los comicios de después del verano y el PSOE incluyó en su programa la suspensión del programa de construcción de centrales nucleares anteponiendo a toda consideración la sensibilización de la opinión pública ante los referidos asesinatos de ETA y el interés electoral del partido y posiblemente también para claudicar menos vergonzosamente en Lemoniz.

La energía nuclear pasó entonces a ser cuestión ideológica con la paradoja de que mientras el partido en el gobierno pretendía terminar con la energía nuclear, se producían las inauguraciones de Almaraz I en 1983, Almaraz II y Ascó I en 1984, Ascó II en 1986, Trillo en 1987 y Vandellós II en 1988. En 1984 el gobierno había decretado la moratoria nuclear y posteriormente en 1991 se paralizan otros 6 proyectos de centrales nucleares incluyendo Lemoniz. No se si la paralización definitiva estuvo apoyada en el incidente de grado 3 que se produjo en 1989 en Vandellós I, que condujo a su paralización debido a los altos costes de reparación, pero en cualquier caso la paralización ya estaba programada.

La política socialista produjo el desmantelamiento de cuatro centrales nucleares que estaban ya construidas al 86% y la compensación que hubo que pagar ha supuesto un incremento del recibo de la luz del 3 al 4% durante 20 años. Pero además, los 32 millones de MW/h que hubieran producido esas centrales a 12 €/Mwh cuestan ahora 80 €/Mwh, lo que supone un impacto del 8,4% sobre el recibo de la luz, ya cargado también por otro 9,2 % por el impacto de las subvenciones a las energías renovables.

Actualmente, el entonces Presidente del Gobierno se declara partidario de la energía nuclear y alega que la cosa en 1982 no era ideológica sino que estaba guiada por la seguridad y por el problema de almacenamiento de residuos radioactivos. No se si después de lo del Japón matizará su posición. Lo cierto es que la energía nuclear es indispensable para el crecimiento de la población mundial que se incrementa en 1000 millones de personas cada catorce años. Es además la única solución realmente efectiva para generar “energía verde” y constituye la mejor respuesta al cambio climático.

El incidente de Japón es ciertamente preocupante y está bien que se revise la seguridad de las centrales una vez más, pero hay ya demasiadas centrales nucleares en el mundo para dar marcha atrás y concretamente en España tenemos unas cuantas muy cerca, además de las nuestras. Seguramente la central de Fukushima dará guerra algún tiempo pero es uno de los muchos riesgos que tiene que afrontar la humanidad desde que salió de las cavernas.

La energía nuclear de fisión, que es la problemática, es solo el camino para la futura energía nuclear de fusión, bastante más libre de problemas, aunque es cierto que todavía está por ver que su aplicación industrial llegue a ser una realidad. A pesar de Japón las declaraciones del PSOE sobre la energía nuclear no han sido muy negativas, quizás por la proximidad de las elecciones en las que el PP, defensor de la energía nuclear, tiene una ventaja considerable.

¿Se estará cociendo el fin de la moratoria nuclear? Nuestros nietos lo agradecerían porque mientras tanto nosotros tenemos que seguir pagando caro el capricho “ideológico”.

El momento presente

Solo vivimos el momento presente. El pasado solo está en los recuerdos y poco a poco se va desvaneciendo hacia el olvido. Yace en la memoria a merced del subconsciente para aportar enseñanzas, pero ya solo son datos que no tienen vida. Agua pasada que no mueve el molino.

Los sentimientos que evocan experiencias vividas en el pasado son en realidad sentimientos del momento presente sobre residuos de información rescatados de la memoria y revividos con el pensamiento. Son escenas que ya no existen y lo que fueron ya no puede cambiarse.

El futuro tampoco se vive. Es una entelequia que todavía no existe y que nunca podemos estar seguros de lo que nos deparará, aunque la experiencia de vivir va trazando esbozos de lo que es probable que nos suceda.

Solo se vive en realidad cada momento presente antes de que pase a la historia. Es en el momento presente cuando nuestro aparato emocional está reaccionando y tomando las decisiones que van construyendo nuestro destino. Las personas responsables no pueden vivir sin preocupaciones, pero está en su mano enfocarlas como problemas de una realidad virtual sin involucrar los sentimientos más allá del momento presente.

Ministros y altos cargos por sorteo

El poder ejecutivo no está para hacer ideología, que para eso está el Parlamento, sino para administrar el bien común con austeridad, eficacia y eficiencia. Pero los ministros y altos cargos de la administración deben sus puestos al partido gobernante y toman sus decisiones de acuerdo a los intereses del partido por encima del criterio del equipo de profesionales de las instituciones que tienen a su cargo. Por esta razón tienen que rodearse de asesores de libre designación que pongan en sus manos los informes oportunos.

En realidad poco importa que el alto cargo sea un profesional del ramo porque casi todo lo que hay que hacer lo realiza el cuerpo de funcionarios. Lo que si es importante es que las decisiones a adoptar y las instrucciones a los profesionales sean objetivas y sirvan ante todo al bien común sin concesión alguna a la ideología. La defensa del interés común en materia de educación, sanidad o prestaciones sociales, requiere simplemente buena administración.

Cualquier ciudadano libre de incapacidad patológica puede ser ministro, siempre que no sea demasiado joven ni demasiado viejo y que no tenga contraindicaciones penales. Podrían elegirse los altos cargos más importantes de la Administración por un sistema de sorteo similar al utilizado para elegir un jurado. El ciudadano elegido tendría la opción de aceptar o rechazar el cargo y en caso de aceptarlo tendría que aparcar su patrimonio e intereses económicos en una teneduría independiente hasta pasado un tiempo del final de su mandato.

Los altos cargos elegidos por sorteo no tendrían demasiado tiempo para formar camarillas ni acoplarse a la voluntad del partido gobernante y en general atenderán a su cometido valorando las propuestas de los profesionales atendiendo al bien común. No es fácil que el grupo se coloree de ninguna ideología en concreto y en cualquier caso el Parlamento tendría la potestad de relevar a un titular de su cargo ante circunstancias notorias, como por ejemplo violar la ley de estabilidad presupuestaria.

El Jefe del Gobierno debatiría con los ministros las iniciativas a seguir en un clima de objetividad y se podría prever la recusación en casos extremos, para lo que mediaría el poder judicial. Al fin y al cabo la misión de un alto cargo del Gobierno no es muy diferente de la cualquier ciudadano que tenga que administrar sus intereses sin gastar de forma continuada más de lo que ingresa.

Los líderes y el clima social

El clima social es una especie de mar de fondo que afecta a todas nuestras actividades. Tiene sus corrientes y sus ritmos y es difícil zafarse de ellos. Si nadas contra corriente gastas demasiadas fuerzas mientras que si te dejas llevar puedes avanzar con rapidez, pero sólo en la dirección que te lleva la marea.

Los líderes orquestan el clima social para que presione a las personas y les haga estar bajo su influencia. Agitan el mar de fondo para mover a las personas a su antojo. Manipulan los ambientes, calentándolos o enfriándolos, utilizando todas sus armas para producir la tensión que más les conviene.

La tensión es una especie de carga eléctrica que ioniza los ambientes irritando a las personas. Las provocaciones, injusticias, urgencias, o cualquier acto que produzca estrés, atizan el ambiente, aumentan la tensión y calientan el clima social. Los individuos se vuelven más susceptibles y simplemente por ello tienen muchas más reacciones. Cuando disminuye la tensión, el clima social se enfría y los individuos se relajan y reaccionan menos y con más lentitud.

La tensión del ambiente calienta el clima social y moviliza a las personas, igual que la presión del gas en un recipiente cerrado agita las moléculas y las hace tener mayor actividad. El líder, si puede, impone a los demás el ritmo de fondo. Es como un director de orquesta que marca los tiempos de interpretación. Con el clima social a su gusto, trata de manipular la realidad y utiliza a las personas para alcanzar los objetivos concretos que mayor beneficio le reporten.

Todos tenemos a lo largo de cada día momentos de mucha tensión y momentos de mucha calma. Es una oscilación que depende bastante de las actividades que tenemos que desarrollar pero sobre todo del mar de fondo de la presión del ambiente. También tenemos todos una tendencia natural a estar más o menos estresados o a reaccionar en mayor o menor medida a las cosas que nos pueden afectar, lo que depende de nuestra forma de ser, de nuestro trabajo, de los problemas que tengamos en la cabeza y de la influencia que sobre nosotros ejercen las personas que nos rodean.

Aunque cambie nuestra carga de tensión de acuerdo con las necesidades del momento, todos tendemos a regresar a nuestro propio clima de tensión estacionario. La persona que es tranquila y despreocupada por naturaleza, tiende a comportarse así de forma natural aunque pase ocasionalmente por momentos críticos.

Nuestro nivel de tensión o relajación más natural viene a ser el que tiene como ritmo de fondo el clima social con el que nos sentimos más identificados. Es el ambiente que nos resulta más conveniente y del que de forma instintiva procuramos contagiar a las personas con las que nos relacionamos. Si conseguimos que los que nos rodean se posicionen en el mismo clima social que nosotros, estaremos en mejores condiciones de seguir con nuestra forma de actuar. Nos sentiremos como los peces que navegan siguiendo la marea todos juntos en armonía.

El tiempo y la vida

El progreso de una persona o una sociedad, sólo se entiende comparando con tiempos anteriores y con relación a otras personas u organizaciones. Si de repente se para el tiempo y la vida pasa a ser una foto fija, ya no cabe hablar de progreso nunca más, ni tiene sentido compararnos porque todos formaríamos parte de una foto fija como si fuéramos las piezas de un puzle.

Vivir viene a ser como pasar a través del tiempo y vencer las pruebas y resistencias que nos pone la presión del ambiente continuamente en el camino. Pueden no requerir demasiado esfuerzo, pero también puede ser enorme y consumir mucha energía y causar mucho desgaste. Hay personas y sociedades que tienen la suerte de vivir casi sin desgastarse, sin tener que afrontar problemas importantes y sin la incertidumbre de qué pueda depararles el futuro, pero todos luchamos contra el reloj consumiendo las fuerzas y desgastando la naturaleza.

La lucha continua contra el reloj desarrolla la personalidad, y proporciona libertad, independencia y autonomía. Sin embargo, la presión del ambiente puede ser tan elevada que absorba toda la energía y no se pueda progresar. Es lo que sucede en un país en el que la presión del estado agobia a los ciudadanos con impuestos excesivos, trabas burocráticas innecesarias, exceso de regulación e intervencionismo, excesivo peso muerto de estructuras públicas sobredimensionadas, subvenciones cuestionables, privilegios de la clase política, financiación de sindicatos y patronales, y corrupción elevada y creciente.

La comparación con tiempos pasados y con otros escenarios que nos rodean es imprescindible. No se puede hablar de progreso sin comparar con otras sociedades porque lo que de forma aislada se puede vender como avances pueden ser en realidad retrocesos, contraste bastante patente en la realidad española de los últimos años. Para avanzar en el tiempo y tener progreso social y económico hay que eliminar los pesos muertos que nos anclan al pasado. Los dos primeros pasos consisten en eliminar la concentración de poder que otorga el sistema político vigente y en que haya representación política de los ciudadanos. Desactivando estos dos frenos se podrá simplificar todo lo demás.

Energía nuclear de fusión

energia nuclearEl accidente nuclear de Fukushima ha dado nuevo impulso a los detractores de la energía nuclear, pero la suerte ya está echada y en Japón no pueden prescindir de las 55 centrales nucleares que tienen. Tampoco Francia puede prescindir de sus 58 reactores nucleares, que por cierto tenemos bastante cerca. El incremento del consumo de energía en el mundo es inevitable y la energía nuclear es imprescindible, aunque ciertamente hay que impulsar su evolución hacia proyectos más seguros.

La radioactividad dejaría de ser una amenaza si en las próximas décadas se consiguieran poner en marcha centrales que produzcan electricidad con energía nuclear de fusión. La energía nuclear de fusión, no produce emisiones, no contamina el aire, se nutre de un combustible ilimitado y es intrínsecamente segura. Como primer paso hacia la utilización industrial de la energía nuclear de fusión está en marcha el proyecto ITER, que costará 10.000 millones de euros durante 30 años, proyecto financiado por China, EU, EEUU, India, Japón, Corea y Rusia, es decir los 37 países más importantes.

La reacción nuclear de fusión es el proceso de generación de energía que tiene lugar en el sol y en todas las estrellas, es decir el proceso estándar del universo. No parece viable que en la tierra inventemos otro método de producir energía que cubra las enormemente crecientes necesidades y sea eternamente sostenible. La reacción de fusión es cuatro millones de veces más energética que quemar fuel o carbón. Una central de carbón de 1000 MW quema 2,7 millones de toneladas de carbón al año, mientras que una central nuclear de fusión consumiría (si existiese) 250 Kg de Deuterio y Tritio.

El Deuterio es abundante, inofensivo e inagotable y hoy en día se utiliza rutinariamente en aplicaciones industriales y científicas. El Tritio, se crea por la interacción de los neutrones que escapan del plasma con el Litio que reviste las paredes del tokamak. El Litio es tan abundante que suponiendo que toda la Tierra se abasteciera de energía nuclear de fusión las reservas de Litio hoy conocidas durarían 1000 años.

Naturalmente, la energía nuclear de fusión no estará exenta de problemas pero, una vez que  se consiga desarrollar de forma segura, será necesaria para acompañar al crecimiento explosivo de la actividad humana. Descartar la energía nuclear o colorearla de tintes ideológicos es una postura emocional que puede devolvernos a las cavernas en unas cuantas décadas.

Neutralizar la tensión emocional

tension emocionalConviene neutralizar la tensión emocional antes de que somatize  en el cuerpo físico y produzca daños irreparables. La tensión física y la tensión mental deterioran el organismo y queman energía, pero son inevitables e incluso necesarias en muchas situaciones.

La tensión física es relativamente fácil de neutralizar porque el cansancio obliga a descansar y relajar los músculos. Algunos ejercicios físicos pueden ser peligrosos, como jugar tenis o fútbol a partir de cierta edad, sobre todo si no se tiene el hábito de hacerlo, pero hay alarmas que avisan de los excesos. El problema suele ser más bien no hacer ejercicio físico suficiente, porque es relativamente fácil caer en la rutina del sedentarismo, la relajación y el abandono. El organismo es una “máquina” que tiene que estar siempre lista para funcionar a plena capacidad, para lo hay que hacer ejercicio físico de mantenimiento.

También se ejercita la capacidad mental para tenerla siempre a punto y tener pleno entendimiento de las situaciones y los actos. Sin embargo, la tensión mental excesiva es más difícil de neutralizar que la tensión física porque no avisa. Tiene además peores consecuencias, porque hace daño poco a poco, produciendo deterioros orgánicos y enfermedades de las que no se advierte que la causa principal es el estrés.

Los problemas mentales somatizan además en problemas orgánicos, como si el cuerpo fuera un pararrayos en el que descarga la tensión emocional. Al contrario que el ejercicio físico, que tendemos a no hacerlo en la medida necesaria, la tendencia del ejercicio mental es de acumular tensión en la conciencia y vivir con estrés. El agobio de las cosas de las que hay que ocuparse y las relaciones sociales y sentimentales cargan la tensión emocional.

La tensión emocional es como un residuo corporal que hay que ir eliminando a diario para que no se acumule. La mejor forma de hacerlo es tener el hábito diario de la relajación mental, algo que cada uno puede descubrir por su cuenta, aunque también hay técnicas especificas que enseñan a hacerlo. De una u otra forma, lo importante es descargar la tensión emocional al ambiente antes de que la absorba el cuerpo y produzca daños irreparables.

Futuro de la vida humana

La ciencia no ayuda demasiado en aclarar si la vida inteligente surge por casualidad o si es un eslabón necesario en la evolución del Universo. Es difícil de imaginar que el desarrollo de la inteligencia humana en la Tierra solo sea un hecho accidental fruto de caprichosas mutaciones y que un buen día comience a desaparecer sin dejar rastro ante la indiferencia del resto del Universo. No sabemos si nuestra misión, si es que existe, es relevante para el Universo. Llevamos poco tiempo sobre la Tierra y apenas hemos progresado hasta que empezó la revolución tecnológica hace cuatro o cinco generaciones. La electricidad, la energía atómica, el teléfono, la televisión, los computadores, internet, los nano robots,….etc., suponen grandes avances pero no cambian nuestra débil y vulnerable estructura biológica.

El simple choque de un asteroide con la Tierra sería el fin de nuestra existencia. Hace poco se detectó el choque entre dos asteroides equivalente a la explosión de una bomba atómica y ya hay quien calcula que en el año 2034 puede chocar uno de ellos con la Tierra. Pero aun suponiendo que una catástrofe como ésta nunca suceda, la simple evolución del Sistema Solar hará nuestro planeta inhabitable para el género humano. Poco importa que sea dentro de cientos, de miles, o de millones de años.

Para entonces, ¿cual habrá sido nuestra aportación al Universo? Para el planeta Tierra, lo único previsible es que lo estropeemos cada vez más y contribuyamos a hacerlo inhabitable. En la Vía Láctea, nuestra galaxia, parece que no llegaremos a acercarnos a ningún sitio habitable. Viajar a esas distancias lleva mucho tiempo y no se vislumbra para que serviría. El género humano también podría surgir en otros confines del Universo sin necesidad de viajes que parecen imposibles. Tampoco parece que viajar por el Universo sea una forma de supervivencia.

En unas décadas, los computadores o lo que de ellos crezca serán suficientemente inteligentes para tomar el relevo y la raza humana comenzará a transformarse o a desaparecer. El silicio, que es el elemento más abundante en la Tierra después del oxígeno, en torno al 28% de la corteza terrestre, es un elemento base de los microchips sobre el que se desarrollan los computadores. Ya se han reportado experimentos de inserción de microchips en células vivas que actúan de sensores, como si estuviera surgiendo una nueva biología del silicio. Otro material recientemente descubierto, el grafeno, superdenso, del grosor de un átomo, de alta resistencia, buen conductor de la electricidad y el calor, ya ha sido utilizado para construir microchips diez veces más rápidos.

Quien sabe cual será el final. Es todavía más interesante la evolución del espíritu y la conciencia colectiva, que es una dimensión humana muy poco explorada, todavía embrionaria, que por el momento es terreno de las creencias.

Internet con ADSL es básico para el desarrollo rural

internet con adslDurante la segunda mitad del pasado siglo se ha producido el éxodo hacia las grandes ciudades mientras las zonas rurales españolas se han desertizado. La causa principal se atribuye a la mecanización de la producción agrícola y la localización del desarrollo industrial en zonas urbanas.

Sin embargo la verdadera causa de la migración hacia las ciudades reside más bien en la búsqueda de la modernidad y de nuevas oportunidades. Las zonas rurales quedaban desfasadas y se alejaban cada vez más del nuevo estilo de vida que ofrecían las ciudades.

Ahora las grandes ciudades se han saturado, son incomodas, y en ellas la vida es mucho más cara que en los pequeños pueblos. La vuelta a las zonas rurales es una oportunidad que tendría muchos partidarios si no es porque los políticos no se están ocupando de incentivar y potenciar la principal infraestructura que necesitan las zonas rurales que es el acceso a internet con ADSL.

Hace siete años se legislaron subvenciones y se planificaron sistemas para que las zonas rurales tuvieran la misma velocidad de acceso a internet que las áreas urbanas, pero la solución adoptada está estancada en la tecnología de hace siete años y además es cara. Las zonas urbanas han progresado enormemente en estos siete años e incluso han sido dotadas de alta velocidad con fibra óptica. Mientras tanto las zonas rurales siguen olvidadas y condenadas a no sobrepasar lo se ofrecía a las zonas urbanas hace siete años. Está claro que los políticos viven en ciudades.

Sin internet con ADSL las nuevas generaciones ya no pueden vivir, ni tampoco nadie que tenga alguna ocupación o quiera emprender alguna iniciativa empresarial. La cobertura de internet en las zonas rurales, con ADSL de velocidad aceptable y precios equiparables a los de las ciudades, es imprescindible para evitar una nueva ola migratoria y para potenciar la productividad de muchos negocios que podrían tener éxito basados en zonas rurales pero que son inviables con los costes de la gran ciudad.

Los políticos deberían ejercer su autoridad reguladora y obligar a los proveedores que esté disponible el servicio de internet con ADSL en todo el ámbito nacional.

Paco Valencia

Ayer perdí a uno de mis amigos, Paco Valencia, con quien compartí seis años en la universidad y en el servicio militar. Hacía tiempo que no nos veíamos pero seguía siendo un amigo entrañable. Su ausencia deja un sentimiento de soledad, amargura y tristeza. Descanse en paz.

Al ir cumpliendo años te vas dando cuenta que lo que te ata al mundo son las relaciones humanas muy por encima de todo lo demás. De ellas hay un núcleo duro que es la familia y otro casi igual de duro y en ocasiones incluso más que son los amigos de verdad.

Más superficialmente te relacionas con otros amigos, que en realidad son simples conocidos, a veces con mucha frecuencia, y también con otras personas más desconocidas que ocasionalmente se cruzan tu camino. También con desconocidos e incluso con personas hostiles.

A veces la frontera entre los amigos y los simplemente conocidos no se dibuja con claridad. Te vas dando cuenta con los años y con experiencias muy concretas que lo prueban, pero entretanto es muy común situar equivocadamente a quienes más conoces del lado de los amigos.

Por lo general, los verdaderos amigos se hacen en la infancia o en la juventud, cuando la convivencia es más prolongada y no hay intereses significativos en juego. También porque compartes aventuras y emociones que no son frecuentes después en las relaciones profesionales.